Por Carlos Aira
La historia es tan tétrica como alucinante. En la madrugada del 22 de febrero de 1977, seis militantes populares fueron asesinados por las fuerzas de tareas de la dictadura cívico militar. El lugar de ejecución fueron las viejas boleterías del Cilindro de Racing Club. Un testigo oculto y silencioso fue una gloria del club de Avellaneda como fue Orestes Omar Corbatta y un amigo del crack llamado Rafael Barone.
Micaela Polak es periodista y socia de Racing Club. Leyendo el libro biográfico del Loco Corbatta (Corbatta, el wing / Alejandro Wall) dio con la historia. Corbatta y Barone presenciaron los fusilamientos. El libro se le cayó de sus manos. Militante de Derechos Humanos, tenía conocimiento de aquellas muertes, pero nunca imaginó que se habían perpetrado en las paredes de su club.
Entrevistada en Abrí la Cancha, Polak expresó: “Esta historia me toca por todos lados. Milité mucho y me toca por Racing. Quise saber si todo lo que dice Barone en el libro es así, porque pasaba casi de largo. Me enteré que también que había sido testigo por la causa Primer Cuerpo del Ejército. Fue citado por Pablo Llonto en la causa, pero nunca creyó en su testimonio».
¿Pero quien es Rafael Barone, único testigo de la masacre? «Era un amigo de Corbatta, con quién compartía noches de tertulia y vino», expresó Polak, quién agregó: «A él lo citan en la causa Primer Cuerpo por un hecho sucedido a fines de 1976. Lo habían metido preso por levantar quiniela. Después de unos días en la comisaría, lo subieron a un camión y lo dejaron cerca de su casa. Habían liberado la cárcel de presos comunes. Ya en su casa, vio pasar el mismo camión lleno de pibes. A estos los bajaron y fusilaron. Esto fue en Piñeyro, partido de Avellaneda. Un par de meses después sucede lo de Racing«.
Barone contó ante la justicia los detalles del fusilamiento en Piñeyro , y como quien no quiere la cosa, también comentó lo que vivió en Racing: «Una noche estábamos caminando con Corbatta hacia los vestuarios y vimos un montón de cuerpos bañados en sangre«. Recordemos que Orestes Omar Corbatta vivía en una habitación dentro del Cilindro de Avellaneda.
Polak comenzó su investigación: «Me contacté con Barone quién me ratificó lo dicho. Luego fui a la Comisión Provincial de la Memoria. Allí cualquiera puede pedir una investigación sobre un hecho particular, siempre y cuando no se difundan nombres propios. Pedí los hechos del 22 de febrero de 1977. Allí me cayó la ficha«
«El acta escrita por los represores es ridícula. Inventaron una situación con una docena de subversivos haciendo pintadas de la organización Montoneros. Una supuesta voz de alto, un tiroteo donde terminan seis muertos y ningún soldado herido. Obviamente todo fraguado«. Polak agrega: «Esa parte de la cancha de Racing no da a la calle. Si bien en aquellos días se podía acceder, nadie va a pintar allí porque no lo vería nadie«.
«No hay testigos. Nadie vio nada. Es probable que sea así porque es una parte casi interna del club. Aparte, esto fue a la una y media de la mañana. Allí solo estaba la pensión del club, la pieza de Corbatta y también de Tita Mattiussi«, dijo Polak.
La investigación por la masacre de Racing está trabada. «El hecho existió. Cerraría la historia saber quienes fueron los seis asesinados. Es difícil, pero tenemos una llave. Uno de los fusilados, según el acta, tenía 45 años. El porcentaje de detenidos-desaparecidos de esa edad es muy bajo. Debemos hacer un recorte geográfico, porque tenemos sospechas que los seis asesinados salieron del centro de torturas llamado El Infierno, que era la Brigada de Investigaciones de Lanús. Pedimos un recorte a la Secretaría de Derechos Humanos de Lanús, averiguando alguno de los nombres de los desaparecidos que estuvieron allí, con la misma edad y descripción física».
En aquellos días de plomo, Horacio Rodríguez Larreta era presidente de Racing Club. Padre de quién fue Jefe de Gobierno porteño, Polak entrevistó a Augusto, hijo de Horacio, quién expresó no saber nada del tema. «Muy amable me detalló el secuestro de su padre en aquellos días y el famoso pase de Ricardo Julio Villa. Pero me aseguró no saber nada de este tema«.
En mayo de 2016, Rafael Barone atestiguó ante el juez federal Daniel Rafecas en la megacausa de lesa humanidad del Primer Cuerpo de Ejército. El testigo fue convocado para que brinde información sobre otro hecho: la masacre de la calle Rosetti, en la localidad de Piñeiro, donde ejecutaron a cinco personas contra un paredón, en enero de 1977. En medio de su declaración, Barone refirió otro hecho vinculado con la represión ilegal; las consecuencias de esa matanza que había presenciado junto a su amigo Corbatta, en las puertas del cilindro de Avellaneda. Esa declaración fue el génesis de esta trama.
El Loco Corbatta falleció en diciembre de 1991. Barone en 2018.
En 2019, Racing Club, el Municipio de Avellaneda y diversas agrupaciones de Derechos Humanos llevaron un homenaje a los fusilados de 1977. El artista Mario Almaraz realizó un mural sobre la calle Colón, frente a la zona en que se llevaron a cabo los fusilamientos. En la misma calle pero sobre la vereda de la cancha, la Municipalidad colocó un cartel con un mensaje que ya alcanzó dimensión universal: “Presente ahora y siempre“.
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