El cronista especializado en policiales, Ricardo Ragendorfer, dialogó con Vivian Elem y Carlos Aira en Radio Gráfica, sobre la situación de las fuerzas de seguridad, la falta de democratización de las policías y, por ende, su falta de legitimidad en la actualidad. Además, manifestó su rechazo al discurso de la oposición, que termina legitimando los delitos cometidos por la policía.
“Uno de los ejes de la política de seguridad del macrismo, está cifrado justamente en el control del espacio público y el disciplinamiento, tanto político como social, lo cual conduce a la criminalización de la protesta, entre otras cosas. También, como se ha visto en el caso de los pibes que circulaban en un vehículo en Barracas, la criminalización de los que no son delincuentes y eso posibilita el gatillo fácil”, explicó el periodista.
Puntualizó que “el macrismo le agregó una vuelta de tuerca, la represión y el punitivismo por una cuestión de marketing, a sabiendo de que hay un sector, de lo que podríamos llamar la parte sana de la población, que le gusta este tipo de cosas. Bueno, ellos se deben a su público”.
“En ese sentido, hay que tomar en cuenta y eso, también forma parte del marketing, los discursos esgrimidos por personajes como Patricia Bullrich, como Espert, que andaban reclamando fusilamientos para delincuentes. Se exacerban en el discurso, legitimando mediáticamente este tipo de prácticas homicidas. Cuando un policía comete un asesinato, tal como a Espert le gusta, es juzgado por la ley, le van a tirar el código penal por la cabeza. Y todavía no he visto que Espert vaya al lugar de detención de esos sujetos a llevarles cigarrillos. Es decir, también son usados, pero ellos se creen impunes, creen que tienen permiso para matar”, expresó el escritor.
Respecto al asesinato de Lucas González, uno de los detenidos, integrantes de la patota policial identificado como Gabriel Isassi, “anduvo haciendo tarea de inteligencia en Santa Cruz, en Río Gallegos, en la época de Macri, sobre la casa de los suegros de la actual vicepresidenta de la Nación”, aseveró Ragendorfer, y sostuvo que, “muchos efectivos de la Policía de la Ciudad fueron incorporados en comisión a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), para alambrar las cárceles, para espiar dirigentes opositores, ex funcionarios kirchneristas, etc”. Por ende, consideró que “la Policía de la Ciudad, a diferencia de otras agencias policiales, es una suerte de mazorca partidaria, es la policía del PRO”.
La crisis de legitimidad de la policía en la Argentina, es consecuencia de varios factores, uno de ellos es la falta de democratización de las policías. “y acá –describe el cronista- no estoy hablando solamente de la policía de la Ciudad, sino de casi todas las fuerzas de seguridad que actúan en el país, es una gran deuda que el Estado le debe a su propia historia. Estamos hablando de fuerzas policiales que a través de la recaudación ilegal se autofinancian, en consecuencia, se autogobiernan, es un problema mucho más profundo. Y el gatillo fácil, los asesinatos por vejámenes o torturas en comisarías, suelen ser su arista más dramática, pero la madre del problema es que son fuerzas que se autofinancian a través del delito y por lo tanto se autogobiernan“.
Y agregó, “el intento más profundo fue el de León Arslanián, quien decidió descuartizar esa estructura, por la cual el dinero iba de abajo hacia arriba, dividiendo la Bonaerense en 7 u 8 departamentales independientes. Y en cierta medida, lo logró, pero la Bonaerense o las agencias policiales son como el agua, es decir, toman la forma del envase que las contiene”.
Finalmente, Ragendorfer dijo que “cuando Arslanian fue reemplazado, durante el gobierno de Scioli, por Stornelli, hubo una contrarreforma y todo volvió a su situación habitual”.
- Entrevista realizada en Sumemos (domingos de 13 a 14 horas)
- Redacción por Lucia Izaguirre
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