Amor sostuvo que “lo primero que tenemos que debatir y sostener desde nuestro lado es que nadie vive en la calle porque le gusta, vive ahí porque el sistema lo expulsó. En la calle hay (entre) 7 mil, 8 mil personas. Queda claro que la mayor indignidad para una persona es estar tirado en un colchón debajo de la lluvia y el frío”.
Si bien destacó el rol “fundamental” de las organizaciones sociales para contener a los sectores más vulnerables, aseguró que “la ausencia del estado es demoledora, porque es el estado el que tiene que asumir la responsabilidad de darles a esas personas un lugar para que puedan tener dignidad y al mismo tiempo prepararlos para que luego salgan con algún empleo”.
Amor manifestó la necesidad de construir “hogares integrales de familias” para evitar la fragmentación de las mismas en paraderos que dividen entre hombres y mujeres. También remarcó que “el plan social es una etapa necesaria para una situación crítica económica pero siempre el trabajo devuelve a la sociedad”.
Consultado por las demandas del personas de salud porteño, el abogado resaltó: “la sociedad puso en primer plano a la salud pública, porque fue ahí donde fue a hisoparse, a atenderse porque tenía covid o donde encontró la cama de terapia intensiva, donde le aplicaron el suero, o tratamientos continuos que necesitan de cuidado permanente. Fue puesta en valor por la sociedad y reconocida por los aplausos”. Y agregó: “Ahora falta que el Estado de la Ciudad reconozca salarialmente lo que corresponde y entienda que el equipo de salud es uno solo; el médico, enfermero, técnico, personal administrativa, camilleros, servicios generales, todos. Pero deben tener un reconocimiento en una carrera única, que se reconozca la actividad profesional y pagarles como profesionales”.
“Hay que poner en claro que ésta agenda de salud, educación y ambiente, la puso la sociedad para que los políticos nos hagamos cargo”
Por último, destacó el alto nivel de vacunación de la Ciudad de Buenos Aires, que al igual que el resto de los distritos del país alcanza un porcentaje cercano al 70% de la población con al menos una dosis. “Ahora, cuando vas a los barrios más vulnerados donde viven 280 mil personas, te encontrás con que en las villas el 18% de las personas están vacunadas y en el resto (casas tomadas, conventillos, pensiones) sólo el 15%”, explicó.
“El estado tiene que plantearse que no sólo debe ser pasivo, sino que hay personas que por su condición trabajo conectividad, necesita que el estado vaya a vacunarlos. La villa 1-11-14, la 31, los conventillos de La Boca. Ahí el estado tiene que tener una actitud distinta”, concluyó.
- Entrevista realizada por Laura Velasco en Legislatura Abierta (viernes de 14 a 15hs)
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