Por Lucía Izaguirre.
Manuel Merino de Lama, que asumió la presidencia tras la destitución de Martín Vizcarra, renunció a través de un mensaje televisado en cadena nacional. Su dimisión se da tras las masivas movilizaciones que se realizaron en distintos puntos del Perú, entre el la noche del sábado y la madrugada del domingo. Las 2 víctimas fatales en los disturbios en Lima fueron el desencadenante de la renuncia.
Jack Bryan Pintado Sánchez, de 25 años, llegó muerto al Hospital Guillermo Almenara según lo reportado por la Defensoría del Pueblo de Lima. Inti Sotelo Camargo, de 24 años, ingresó al Hospital Grau, donde falleció, según lo indicó EsSalud. Ambos presentaban heridas de proyectil y golpes. La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos de Perú informó sobre la desaparición de al menos 44 personas y el Ministerio de Salud informó 93 personas heridas.
La situación de Merino de Lama era insostenible. Tras la aprobación de la vacancia de Martín Vizcarra por “incapacidad moral”, fue llevado a la presidencia por un Congreso que carece de representatividad. Lo ocurrido dejó al descubierto una puja por el poder entre la derecha peruana, sin alternativas políticas y una incertidumbre política y social, que se remarca en el sentir de la ciudadanía en medio de la pandemia del Covid-19, que ha ubicado al Perú dentro de los países con mayor mortalidad en el mundo.
El cuestionado Congreso del Perú se reúne para designar un nuevo presidente. Se elegirá una nueva mesa directiva, que estará conformada por congresistas que votaron en contra de la vacancia de Martín Vizcarra.
Las movilizaciones en la calle no han cesado, se prevén otras manifestaciones en el Centro Histórico de Lima y una marcha nacional para el martes 17 de noviembre, convocada por sindicatos, organizaciones sociales y universitarios.
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