El día lunes 23 de junio la Suprema Corte de Justicia Bonaerense autorizó, luego de un largo litigio judicial, a Asociación Civil Racing Club a ingresar y construir el predio deportivo, en la zona de humedales de la Laguna de Rocha, espacio protegido y declarado Reserva Natural por la ley provincial N° 14.488 en 2013. Organizaciones ambientalistas, vecinos y vecinas de Esteban Echeverría reclamaron ante las autoridades, ya que el hecho abre camino a una crisis ambiental y habitacional. Además de ser uno de los pulmones verdes más grandes de la provincia, el riesgo de inundaciones es inminente. Un nuevo capítulo del extractivismo inmobiliario.
Por Juan Patricio Méndez*
¿Cuál es la diferencia entre verter agua en un recipiente plástico o sobre la tierra? En primer lugar, la capacidad de absorber el líquido. En algún momento, la capacidad del pote donde ingresa el agua se llena, y desborda inundando lo que lo rodea. Lo mismo sucedería en el caso de que se construyan obras sobre un humedal: la capacidad de filtrado del terreno se pierde, y la primer lluvia fuerte anegaría los barrios de alrededor. La diferencia es abrumadora, y el peligro es más que grande. Y la preocupación de las organizaciones se materializó en numerosos comunicados que se han emitido, luego de que el 23 de Junio la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires (SCBA) diera luz verde a Racing Club para continuar con la construcción del Predio de Alto Rendimiento en el lugar.
El extractivismo inmobiliario no es novedad, y constituye un tipo más de contaminación ambiental al desequilibrar, remover, romper y secar los suelos de los terrenos por los que pasa. El trabajo de la Dra. Patricia Pintos, acerca de los Partidos del Norte del AMBA, permite comprender mejor el fenómeno coyuntural que representa esta problemática. Las urbanizaciones cerradas en la cuenca baja del río Luján, que comprenden Countrys como Nordelta, son símbolos del avance neoliberal y del negocio inmobiliario. La construcción sobre zonas húmedas, como es el delta del Paraná, ha generado la sistemática pérdida de capacidad de filtración del terreno, al mismo tiempo que emprendió un generalizado proceso de levantamiento del suelo. En detrimento, los barrios que quedaron abajo (literalmente), sufren las inundaciones: General Pacheco, Benavídez y Rojas, las cuales son menos noticia que cualquier cuestión que suceda frontera hacia dentro.
Al estar terreno arriba, el agua que fluye y no es absorbida por el suelo, drena con mayor velocidad e inunda o anega áreas costeras a baja cota. ¿Donde? De rellenarse hectáreas en Laguna de Rocha, a las localidades de 9 de Abril, Ingeniero Budge, Villa Celina, Fiorito, y de los partidos de Lanús y de Avellaneda, además de los barrios de la franja Sur de la CABA, que en su conjunto están habitadas por más de dos millones de personas. La importancia de los humedales es más de la que se sabe, y además de constituir espacios de generación de oxígeno, de limpieza de aire, de equilibrio climático y de regeneración del ambiente, es una zona protegida. El caso de Laguna de Rocha no está exento, y es preciso recorrerlo para conocerlo.
El expediente contra la Provincia de Buenos Aires
La disputa data del 2009, y tomó forma jurídica en el 2013, en autos “Asociación Para la Protección del Medio Ambiente y Educación Ecológica 18 de Octubre C/ Provincia de Buenos Aires s/ Inconstitucionalidad Ley 14.516”. En dicha demanda, el proceso encontró a organizaciones ambientalistas a enfrentarse a la Provincia de Buenos Aires y a la Asociación Civil Racing Club, luego de que se haya aprobado la venta de 32 hectáreas linderas a la Laguna de Rocha, ubicada en Esteban Echeverría.
Uno de los puntos claves de la disputa fue en el año 2013, cuando se declaró a la laguna como “Reserva Natural y Mixta” a partir de la sanción de la Ley 14.488, tras cuadro años de discuión en comisiones y votación unánime en ambas Cámaras de la Legislatura de La Plata. En este sentido, la región pasó a estar protegida y amparada al considerarse un humedal clave para el saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo, además de ser un pulmón verde fundamental para el equilibrio ambiental de la Provincia de Buenos Aires. Sumada como complemento de la Ley 13.860, la anteriormente citada representó la protección, el cuidado y el desarrollo del área en Esteban Echeverría, toda vez que la misma se trata de “interés público” y que persigue el objetivo de garantizar la “perpetuidad de la naturaleza en su conjunto”.
La ley creó, en su artículo segundo, al Comité de Gestión de la Reserva Laguna de Rocha, conformado por el Municipio de Esteban Echeverría, organismos nacionales y provinciales competentes y organizaciones de la sociedad civil, a los fines de promover la articulación de sectores diversos para evitar decisiones unilaterales, o que puedan invocar en un conflicto de intereses. De esta forma, el trabajo multisectorial garantizaría el mejor tratamiento de los suelos, del ambiente y de la zona de humedales.
Sin embargo, en el año 2013, a través del Decreto 372/13, se promulgó la Ley 14.516, en un contexto complejo para La Plata, que atravesaba una gran inundación para el 2 y 3 de abril, por la cual se modificaron los artículos primero, segundo y noveno de la Ley 14.488, que en resumidas cuentas, permitió la desafectación de 64 hectáreas en beneficio directo de Racing Club y de Boca Juniors. En este sentido, la clave del proceso tuvo que ver con la añadidura del siguiente párrafo en la modificatoria del artículo primero: “Quedan excluidas de la presente ley las parcelas pertenecientes al Estado Nacional, cuyo uso concedió a las instituciones deportivas Club Atlético Boca Juniors y Racing Club Asociación Civil, para el desarrollo de actividades deportivas, sociales y recreativas de interés general, identificada catastralmente como 827, 828, parte de la 829 circunscripción VI de la Provincia de Bueno Aires”. A su vez, el artículo noveno incluyó un apartado en donde resaltó que “en caso de resultar el predio en cuestión propiedad del Estado Nacional, se deberán arbitrar los medios necesarios para armonizar jurídicamente la afectación de los bienes en cuestión, conforme el ordenamiento legal vigente en la materia”.
En esta línea, la causa tomó otro giro, y las agrupaciones ambientalistas (actoras en el expediente en cuestión), comenzaron a presentar demandas e impulsaron el inicio de la causa sobre la inconstitucionalidad de la ley 14.516, toda vez que la misma afecta al interés público ciudadano, pone en riesgo a la sociedad y va en contra del artículo 41 de la Constitución Nacional: “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo”.
En el año 2015, la SCBA resolvió suspender los efectos de la ley 14.516 hasta tanto se dicte sentencia definitiva en el proceso judicial. En aquel, aún no se habían presentado los informes de impacto ambiental que son necesarios para llevar adelante cualquier tipo de construcción de gran envergadura. El predio deportivo de alto rendimiento, a ser construido en zona de humedales y dentro de una reserva natural, debió contar con los avales de los organismos municipales y provinciales para llevar adelante su construcción.
En todo este tiempo, las idas y vueltas han sido constantes. Por un lado los clubes, y por otro, las organizaciones ambientalistas. Apelando siempre al diálogo, estas últimas esperaron la instancia de diálogo para evaluar los informes de impacto ambiental de Racing Club, y efectuar, en tal caso, un plan de acción en conjunto. Sin embargo, el Comité de Gestión de la Reserva Natural Laguna de Rocha, en conjunto con el Municipio de Esteban Echeverría,presentaron un informe final a la SCBA dando cuenta de “la viabilidad de las obras a realizar en el predio”, el cual no fue apelado. Al no existir oposición, la Justicia, el pasado 23 de Junio, aprobó el último paso para que comience la construcción.
El quid de la cuestión
Pero es aquí donde explotó el conflicto. Desde los sectores ambientalistas se informó que en ningún momento, ni el plan de obras del Polideportivo de Racing, ni el informe con el Estudio de Impacto Ambiental conexo, fueron compartidos ni puestos a disposición formal para abrir su tratamiento en la última sesión del pasado 9 de marzo. El Colectivo Ecológico Unid@s por Laguna de Rocha emitió un comunicado donde expresaron la disconformidad y la preocupación por lo sucedido: “ante estas gravísimas falacias, y habiendo siempre apostado al diálogo y a la buena fe, nos preguntamos e invitamos al intendente Gray y al presidente del Organismo para el desarrollo Sustentable (OPDS), Ignacio Brardinelli, de la provincia de Buenos Aires, que en un muy corto plazo esclarezcan a la ciudadanía lo acontecido”.
Esta nota enviada desde el Municipio de Esteban Echeverria a la Suprema Corte de Justicia de la Provincia fue emitida el pasado 5 de Junio. Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría y Presidente del Comité de gestión de la Reserva Natural Provincial “Laguna de Rocha”, firmó la misma, en la que se expresó que ninguna organización ambientalista objetó el plan de obras del predio deportivo de Racing Club sobre el humedal.
Las agrupaciones denunciaron que los mismos nunca fueron puestos a disposición de las mismas, por lo que informan que se trató de una maniobra política para dar curso a este proyecto. Formalmente, este plan y el Estudio de Impacto Ambiental se debe tratar en el Comité de Gestión (que recordemos, es multisectorial), de acuerdo a la sentencia de la Suprema Corte. Ninguna de las organizaciones presentes fue notificada del libramiento de esta exhortación por parte del municipio, y este hecho fue el que encendió las alarmas en Laguna de Rocha.
La Reserva tiene una extensión aproximada de 1400 hectáreas, de las cuales 305 son de agua, mientras que 625 (solamente) están protegidas por ley. El humedal es fundamental, como mencionamos previamente, para el saneamiento de la Cuenca, para el equilibrio ecológico y para la limpieza y purificación el aire. Y siendo esta región clave, el emplazamiento inmobiliario se vuelve temerario para el medio ambiente: por un lado, contaminación y deterioro de las capas del suelo, pérdida de la capacidad de filtrado y crisis ecológica en puerta. Por otro riesgo habitacional, crisis sanitaria, riesgo de inundaciones y potencial proliferación de algunas enfermedades relacionadas con el anegamiento del agua: Zika, Dengue y Chikungunya.
En el ecosistema de la reserva conviven flora y fauna, las cuales han desarrollado entre si una simbiosis auténtica. El Club de Observadores de Aves “Laguna de Rocha – Monte Grande” ha realizado un estudio, en donde detectaron un total de 166 especies de aves (2019), es decir el 17% de las especies aves de la República Argentina y el 45% de las especies de aves de la provincia. También son propios del lugar anfibios, reptiles y mamíferos, y además, en este sitio, se filtran las aguas contaminadas provenientes de los arroyos Ortega, Guillermina y el Triángulo. Lo que advierten agrupaciones de la zona es, entre otras cosas, que en caso de avanzar la construcción del predio, los ríos mencionados pueden desbordar, e inundarían los barrios de Monte Grande y Ezeiza, lo que pondría en peligro a los vecinos y vecinas.
Dentro del conurbano bonaerense, la Reserva representa un espacio fundamental. El “pulmón verde” metaforiza la función concreta y real de los espacios naturales, en una región abultada de cemento y humanidad: oxigenación y mejoramiento del tránsito del aire, equilibrio climático y perpetuidad de la vida de las especies circundantes.
Por otro lado, asoma por la ventana un nuevo eje de relaciones y negocios inmobiliarios. La compra de terrenos inundables (como los de los humedales) se da a precios muy bajos. En este sentido, la adquisición se vuelve sencilla para los sectores emprendedores que quieren construir sobre “zonas verdes” sin importar la destrucción del medioambiente, y el mercado del sector productivo se reproduce a ritmos acelerados (impulsado tanto por el bajo costo, como por la demanda simbólica generada del vivir “en barrios cerrados”).
La ley de humedales
Los humedales constituyen una barrera frente a la crisis climática, y la ley de regulación, protección y conservación de estos ecosistemas claves es un petitorio de larga data. La conservación de los humedales (y su desarrollo y estímulo) implica la preservación de espacios verdes de regulación climática y renovación del aire, además de contribuir a la diversidad de especies. Por otro lado, sus suelos son altamente favorables para la absorción del agua, evitando así la proliferación de inundaciones y preservando la humedad del ambiente.
El experto en Ciencias Ambientales de la Universidad de Buenos Aires, Julián Monkes, explicó en entrevista con Tiempo Argentino, que “los humedales son ecosistemas frágiles en el sentido de que pequeños cambios pueden alterar estructuralmente las condiciones biofísicas. Por ejemplo, si vos le ponés una barrera muy alta a esta tierra que se inunda regularmente, esa modificación en el ciclo hidrológico cambia la estructura del suelo, la flora y la fauna que habitan esos lugares”. El cuidado debe ser riguroso para evitar que ocurran desequilibrios.
En este contexto, urge la necesidad de que se establezca la Ley Nacional de Humedales, con la que se protegería, a nivel federal, estas regiones y podría, eventualmente, garantizarse el control, el desarrollo y el estudio de las mismas. Desde 2013 hasta 2019, los distintos bloques habían presentado proyectos ante el Congreso, pero todos perdieron estatus parlamentario. En ocasiones se hicieron visibles las lucha y tensiones entre los diversos frentes, como fue el caso entre Pino Solanas y Alfredo De Angelis (en aquel momento Senador por el PRO), con el proyecto presentado por el socialista Giustiniani.
El Ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable Juan Cabandié, declaró en reiteradas oportunidades la necesidad de establecer una Ley Nacional de Humedales. El tema ya está en agenda, aunque aún no hay nada concreto. Sin embargo, el 2020 ha despertado mucho movimiento en agrupaciones juveniles y algunos sectores que buscan promover y proteger los ecosistemas alrededor del mundo.
Es urgente el tratamiento del tema en sesiones del congreso. Impera, también, la necesidad de elaborar un proyecto y así materializar todos los discursos que están flotando en la “agenda verde”. En el mismo sentido, es valioso dar cuenta de la importancia que tienen los humedales, y peligroso que se den concesiones de construcción en espacios altamente sensibles para el equilibrio del ambiente. Esta es una lucha en la que el extractivismo no puede ganar.
(*) Columnista de Abramos La Boca / Radio Gráfica 89.3
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