Como en el 2008, el contexto nacional atraviesa un nuevo conflicto con sectores de la agroindustria. Tras el anuncio de una suba escalonada de las retenciones a los exportadores, las medidas han marcado agenda. Esta actualidad no representa un hecho nuevo, sino que refleja la historia de una guerra de poderes: la apropiación de la tierra y la intención de decidir sobre los proyectos económicos nacionales. Sebastián Ortiz, historiador y autor de “La Patria Terrateniente”, explicó al aire de Radio Gráfica que se trata de “un lockout rural, no de un paro como se intentó decir”.
El Gobierno nacional confirmó, el pasado 3 de Marzo, que las retenciones a la soja subirán del 30 al 33 por ciento. Esta noticia no cayó bien a los sectores terratenientes que, rápidamente, se organizaron para repudiarla. Al mismo tiempo, la Coordinadora de Enlace de Entidades Agropecuarias llamó a un paro. Pero el historiador Sebastián Ortiz definió a esta acción como un “lock out rural” más que un paro.
El “lock out” es una medida que consiste en la paralización total o parcial de las actividades económicas de un sector, por decisión del empresario. “Esto es un lock out patronal, no es un paro. Paro hacen los trabajadores, los empresarios hacen lock out”, señaló Ortiz, en comunicación con Lucas Molinari en Punto de Partida. Asimismo explicó que “el lock out es una medida política para que tenga tratamiento social. Las medidas económicas de desabastecimiento las hacen cuando quieren, sin que nos enteremos”. En este sentido, la conceptualización busca dar cuenta de la intencionalidad política del sector oligárquico: llamar paro a un lock out los sitúa en otro papel.
Para definir la gravedad del asunto, el historiador mencionó que se trata de “un problema estructural de Argentina, ya que es un sector que organiza y atraviesa a la economía de la nación”. Asimismo, mencionó que “el grueso de las divisas en nuestra relación con el mundo, es a través de las exportaciones de carnes y de granos”, y que es por ello que la misión de esta medida patronal busca aumentar el beneficio extraordinario producto de la tierra.
“Paro hacen los trabajadores, los empresarios hacen lock out”
En relación a los actores políticos y sociales, añadió que se trata “de la pelea de siempre: de confiscar una parte de la renta de los derechos del uso del suelo y subsuelo de la patria para el común o para el conjunto, o que se lo apropie una pequeña minoría de terrateniente”. Es importante la mención del término apropiación, ya que explica la historia bajo la cual, un sector elitista logró adueñarse del territorio nacional y ponerlo a disposición de la renta privada. El carácter privatista ha apañado, discursiva e ideológicamente, esta misión. “En este sentido, es la misma pelea que vimos con el primer peronismo con el IAPI, con la Junta Nacional de Granos y con la 125 en el año 2008”, continuó Ortiz.
Sin embargo, el historiador mencionó que el conflicto del 2008, con la famosa resolución 125 en el medio, no se presentó igual que ahora, si bien comparten muchas cosas. En primer lugar, Ortiz explicó que “a diferencia de 2008, en donde lo central tuvo que ver con que los sectores rurales llevaron a cabo una fuerza política desde el 2004, en donde se construyó y fortaleció la idea de ´el campo somos todos`; ahora no existe ese tiempo, y tienen que salir a pelear inmediatamente el espacio social, lo que no les da la fuerza que han tenido”.
En el 2008, y a lo largo de esta historia, el campo se ancló al significado “unión”: un significante vacío que se llenó de sentido en un momento determinado, aunque en su historia nunca ha sido inclusivo. Se produjo, siguiendo esta visión, una operación ideológica, que llevó a que el espacio de significación coloque al “campo” como un sector “de unión, de todos y que trabaja para todos”. Sin embargo, la historia ha demostrado que el campo, cuando quiso desestabilizar, lo ha hecho, y que cuando quiso desabastecer, también lo hizo. “Así ha pasado con la quema de cosechas en el gobierno de Perón, con el conflicto del IAPI y con el desabastecimiento del 2008”, explicó Ortiz.
Otro factor clave de este lock out tiene que ver con el consenso de las bases sociales. Hoy, este campo de sentido, del campo como espacio solidario, no se encuentra tan arraigado como en el 2008. “En Córdoba, las encuestas dan que el 50% de las personas está de acuerdo con la suba escalonada de las retenciones”, detalló el historiador. Y añadió que esto motivó a que los medios de comunicación no coloquen el tema en primera plana, “lo que no quiera decir que no estén de acuerdo con las medidas que adopte el sector”.
“Cualquier medida de fuerza los deja (al campo) mal parados frente a la sociedad”
Al no tener tiempo para lograr consenso social, por la coyuntura política y por el cambio de paradigma, Ortiz señaló que “cualquier medida de fuerza los deja (al campo) mal parados frente a la sociedad”. Aunque advirtió: “eso no quiere decir que no vayan a hacer cortes: van a hacer eso y mucho más”. Para sostener su posición, explicó que “en el 2008 hicieron desabastecimiento, de alimentos y de combustible”, y que para estos sectores, “somos una especie de puntitos, rodeados de campos que son de ellos. Los que estamos sitiados somos nosotros”.
El desabastecimiento, para el escritor, forma parte de una estrategia de perpetuación de poder y de dominio económico, ya que “son conscientes de que la guerra económica toma la forma de aislar a las ciudades, de desabastecer, de ofuscar a las clases medias para que no pueden consumir lo que quieren, para generar malestar y oposición al gobierno”.
De cara a lo que viene, el historiador argumentó que “hay que ver cómo los laburantes nos vamos organizando para prácticas autoabastecimiento”. Al mismo tiempo, remarcó que “hay que prepararnos para esta guerra económica: las organizaciones sociales, políticas, sindicales, en cada barrio, tenemos que organizarnos para pensar cómo van a ser las cadenas de auto-abastecimiento nuestra, e iniciar acuerdos con productores, porque nos van a desabastecer estas grandes cadenas”. En este sentido, destacó que “lo central está en el grado de organización popular, por abajo, entre los trabajadores del movimiento obrero y los sectores pequeños y comerciantes”.
“Hay que ver cómo los laburantes nos vamos organizando para prácticas autoabastecimiento”
Opinó también que no solo hay que tener perspectiva para soportar el embate rural, sino que debemos aprender: “Hay que aprender de Venezuela, el desarrollo de las comunas, los sistemas de auto-abastecimiento, el control de los trabajadores de elementos claves en la producción, etcétera”.
En esta comunicación telefónica con Sebastián Ortiz, historiador y escritor, se esgrimieron cuestiones contextuales que atraviesan al sector rural con el actual gobierno. Cruces y miradas antagónicas de modelos de país y de desarrollo, en donde Alberto Fernández ya mencionó, en su discurso de asunción del pasado 10 de Diciembre, que primero están los sectores más vulnerables. Luego de analizar la historia, para los sectores más favorecidos y oligárquicos, el desarrollo social en conjunto no forma parte de las perspectivas ni de los horizontes.
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