Por Lucas Molinari
En febrero de 1957, Raúl Scalabrini Ortiz escribió sobre las primeras consecuencias de la Revolución Fusiladora: “La voluntad británica avanza como un tanque de guerra que arrolla y abate todo lo que se le opone“, explicaba para luego plantear: “No nos descorazonaremos por ello. Somos un episodio en la larga lucha por la liberación integral del país. Si nos caemos, otros nos sustituirán. Nada se pierde del todo. La memoria de los pueblos tiene recovecos muy recónditos. Todo noble gesto nuestro va a enriquecer el subsuelo espiritual de la patria, en el que sin saberlo se nutrirán y templarán las generaciones venideras, tal como nosotros nos confortamos con los actos generosos y desconocidos de los argentinos que nos precedieron“.
El “optimismo de la voluntad” de Scalabrini es el que compartimos en este tiempo de emergencia nacional.
El acto de los hermanos Milei en Parque Lezama es una muestra de la crisis institucional argentina y la velocidad con la que nos aproximamos como sociedad a estrellarnos en un paredón de concreto. Unos cinco mil compatriotas llegaron ayer al barrio porteño de San Telmo para escuchar a Karina y Javier Milei. La Secretaria General de la Presidencia, a quien casi no se le conocía la voz, demostró gran dificultad para leer y tuvo gestos de desequilibro mental, tan agudos como los de su hermano. La concurrencia estuvo garantizada por una gran cantidad de micros, algunos de larga distancia, en un Anfiteatro que tenía muchos curiosos y unos pocos fanáticos cerca del escenario. En las plataformas digitales, con una fuerte inversión de dinero público se simula una “multitud” que no hubo.
La zona del Lezama estaba atestada de policías y servicios de inteligencia. Entre los testimonios que este medio recogió, muchos planteaban estar mal, no llegar a fin de mes, pero que mantienen la esperanza. Ese “esperar” que parece estar latente en mucho pueblo alejado del debate político, aunque es evidente que crece el malestar social (que explota en hechos de violencia cotidianos). La crisis de representación se profundiza mientras las corporaciones avanzan como nunca.

Vivimos días arrasadores en los que la tarea de comunicar exige poner en primer plano los hechos más relevantes al interés de la patria.
En lo geopolítico, Argentina ha retrocedido nuevamente en la Causa Malvinas. Este gobierno antiargentino pactó para retomar el vuelo desde Córdoba a las islas y habilitar, a partir del planteo de cooperar para resguardar el recurso pesquero, a que las “Falklands” sean consideradas un “estado ribereño”:
“Nadie puede alegar sorpresa ante estos anuncios, por parte de un Gobierno encabezado por un confeso admirador de Margaret Thatcher, que solicitó formalmente el ingreso como socio global a la OTAN (la misma alianza que sostiene a Gran Bretaña en su ocupación militar ilegal de nuestros territorios suratlánticos), y se apresta a privatizar Fabricaciones Militares para producir municiones a pedido de EE.UU. para el bando ucraniano”, escribe César Trejo en un artículo en el que cuenta que la política de “seducción a los kelpers” que reedita el pacto Mondino-Lammy fue inaugurada en tiempos de Onganía (1968).
Luego, con la vuelta de Perón estuvimos cerca de lograr un “condominio” para la administración conjunta de las Islas (1974). Pero triunfó la dictadura entreguista y luego la “democracia de la derrota” se forjó a partir de una “desmalvinización” que atravesó todos los gobiernos.
Trejo, veterano de guerra y director del Observatorio Malvinas de la Universidad Nacional de Lanús, no omite críticas: “el kirchnerismo en sus tres gobiernos directos (2003/2015), no hizo nada por denunciar los acuerdos de sometimiento con los británicos (a excepción en 2007 de la denuncia del acuerdo sobre actividades “costa afuera”, sin grandes efectos)”.
Un texto filoso, escrito por un militante malvinero y peronista que amerita ser debatido. Porque estudiar historia sirve para pensar el presente y pelear por un futuro de liberación nacional.
La Causa Malvinas está relacionada con la Argentina empobrecida. No podemos desligar el crecimiento de la indigencia en nuestra patria sin mencionar la destrucción de la industria nacional.
¿Qué pasa con nuestros puertos, con la flota mercante que supimos tener, con los astilleros? Somos un país con un amplio espacio marítimo que no controlamos.
Y la discusión de parte del peronismo parece está reducida al Conurbano.

Por ahí anduvo la apuesta a la reaparición de Máximo Kirchner, que buscó llamar la atención en la interna con Axel Kicillof desde el Club Atenas de La Plata. Lo que más resonó fue el cantito de La Cámpora contra el gobernador bonaerense. Es cierto que en el discurso del dirigente hubo señalamientos sobre los grupos económicos con los que habría que confrontar… pero las definiciones sobre el “qué hacer” fueron escuetas y difusas. Su preocupación estuvo, sobre todo, en explicar el período 2015-2023, para destacar el rol de liderazgo de CFK.
“El acto de Máximo fue totalmente a destiempo”, señaló Pablo Moyano, que se mostró más preocupado en mantener la unidad de la CGT frente a los ataques del gobierno y a pesar de las contradicciones en la Mesa Chica.
“Se está complicando la unidad, pero hay que esperar un poco”, comentó Carlos Minucci de la Corriente Federal, que integra la Comisión Directiva de la central obrera.
Mañana lunes la CGT estará en Casa Rosada, la delegación estará conformada por: Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (estaciones de servicio); Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Jorge Sola (Seguros), Sergio Romero (UDA), Marina Jaureguiberry (docentes privados), Maia Volcovinsky (judiciales) y Argentino Geneiro (gastronómicos).
“Ya tienen la Ley Bases, ahora queremos saber hacia dónde vamos”, definió Gerardo Martínez en lo que suena a una reedición de la colaboración dirigencial con la entrega del menemismo.
Pablo Moyano no irá al “diálogo” con el gobierno. En cambio, viene motorizando junto a Pablo Biró, entre otros dirigentes, la unidad de los gremios del transporte.
Ese es un eje a destacar de los últimos días. Ante el ataque frontal del gobierno que busca privatizar Aerolíneas Argentinas, o vaciarla, como piden las empresas extranjeras, se logró que las cúpulas de los sindicatos del transporte se reúnan.
“Los unió el espanto”, comentan desde uno de los sindicatos aeronáuticos a Radio Gráfica.

“Los ejes de nuestros reclamos son tres: la falta de recomposición salarial; la libertad sindical; y la defensa de la Soberanía Nacional sobre los distintos modos de transporte. La Mesa se pronunció por la recuperación del salario de los gremios del transporte que perdieron en forma general el poder adquisitivo desde que asumió Milei”, plantearon en un comunicado desde la Mesa Nacional del Transporte
Del encuentro, participaron Juan Pablo Brey (Aeronavegantes); Omar Maturano y Ariel Coria (La Fraternidad); Mario Caligari (UTA); Pablo Moyano y Omar Pérez (Camioneros); Juan Carlos Schmid (Fempinra); Pablo Biró (APLA); Emiliano Gramajo (AOITA); Javier López (Seamara) y Raúl Durdos (SOMU), entre otros.
Habrá un plenario el 8 de octubre que definirá un paro para el 17 de octubre. No son casuales las fechas, el natalicio de Perón y el día de la Lealtad, en un contexto en el que el sentido del peronismo está en disputa.

Allí dejó una huella el Papa Francisco. Que recibió a la CGT y luego a los movimientos sociales del mundo. Emitió un mensaje que vale la pena leer completo.
“Si no hay políticas, buenas políticas, políticas racionales y equitativas que afiancen la Justicia Social para que todos tengan tierra, techo y trabajo, para que todos tengan un salario justo y los derechos sociales adecuados, si no hay esto, la lógica del descarte material y el descarte humano se va a extender dejando a su paso violencia y desolación. O es la armonía de la justicia social o es la violencia después de la desolación”.
Francisco repite la concepción de la Teología del Pueblo. Palabras que se destacan en una Argentina en la que es urgente el debate de ideas para salir del laberinto liberal en el que estamos inmersos.
En otro fragmento, el Papa alertó sobre la represión a los jubilados: “Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle, y la Policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad porque no tenían derecho a reclamar lo suyo. Porque eran revoltosos, comunistas, no, no, no, y el gobierno se puso firme y en vez de pagar justicia social pagó el gas pimienta, le convenía. Ténganlo en cuenta eso, eh. Todos debemos levantar a los demás. Todos debemos hacerlo”
Según comentó Mario Sadras, cronista de Gráfica, el pasado miércoles las fuerzas represivas estaban contenidas en la marcha de los jubilados y no usaron ese maldito gas pimienta que sale 250 pesos cada uno. “Los manifestantes hicieron una sentada y se cortó Rivadavia y Entre Ríos. A diferencia de las semanas anteriores, esta vez la decisión fue no reprimir”.
Los miércoles se van instalando como un eje de la resistencia y la agenda se recarga con diferentes conflictos. El epicentro de la protesta, por ahora es el Congreso Nacional.
La semana que pasó tuvo a los gremios aeronáuticos frente al Parlamento porque se presentaba un proyecto de ley para privatizar Aerolíneas Argentinas. El vocero presidencial Adorni dijo el viernes que se viene un decreto para avanzar en ese sentido.
El próximo 2 de octubre la comunidad universitaria volverá a las calles, convocando contra el posible veto a la ley de financiamiento de las Universidades. Marcha a la que convocan los gremios docentes, no docentes, rectores/as y el movimiento estudiantil. Habrá paro nacional en todas las instituciones educativas. En los gremios, hubo discusión sobre si ir o no a Plaza de Mayo. Finalmente, el acto unitario será frente al Congreso.
Son muchos los frentes de conflicto.
Mario Manrique, diputado nacional y adjunto de SMATA, criticó semanas atrás a la Mesa Chica de la CGT por el diálogo con el gobierno que parece haber logrado puntos de acuerdo (¿el resguardo de las obras sociales y la participación de los sindicatos en la gestión de los “fondos de cese laboral“?).
Esta semana se levantó la sesión de la Comisión de Legislación del Trabajo que preside Martín Tetaz, impidiendo que tenga dictamen el proyecto de “Democracia Sindical”. Necesitaban 16 firmas y llegaron a 13. Faltaban los de La Libertad Avanza (que no acompañaron, por ahora, por orden de Casa Rosada). La propuesta legislativa busca modificar la ley de Convenciones Colectivas de Trabajo y la ley de Asociaciones Sindicales. Ente los puntos principales, impide la “reelección perpetua” de las comisiones directivas de los gremios y prohíbe la cuota solidaria, habilitando a desfinanciar los sindicatos.
Para Rodolfo Aguiar, de ATE Nacional, la crisis de representación atraviesa también al gremialismo y opinó que es necesario encarar la discusión de la “democracia sindical”, para evitar que la política profesional se entrometa en los gremios.
Lo que sí avanzó es la reglamentación de la reforma laboral que se aprobó con la ley bases. Allí estuvo poniendo letra el ministro de Desregulación y Transformación del Estado Federico Sturzenegger.
Consultamos a Lucho Roa, abogado laboralista que explicó: “Es un retroceso de 100 años y lo más grave es la creación de zonas de exclusión, universos de trabajadores donde no va a regir el derecho del trabajo: la exclusión de los contratos de servicios y de obra de la ley de contrato de trabajo, la creación de la figura del trabajador independiente con tres colaboradores.. La reforma laboral apunta a desestructurar aspectos nodales del derecho del trabajo. Con el esquema de tercerización se legitima legalmente la figura del testaferro. Es un golpe de knock out a las conquistas obreras. Si a eso le sumas la sustitución de la indemnización por despido por el fondo de cese laboral que por otro lado recrea la timba financiera, como fue con las AFJPs, y ya ocurre con las ART…”
Luego, Roa adelantó lo que se viene “una etapa en que los trabajadores, luego de atravesar los quites de horas extras, los adelantos de las vacaciones, el desmonte de turnos de trabajo, y en que ya han suspendido al personal ahora avanza hacia los despidos. En las fábricas la utilización de la capacidad instalada está en baja. Y eso va a caer en un lugar común: Los patrones van a querer sacar la producción que estoquearon y luego van a empezar a sacar las máquinas para hacer liquido ese capital. ¿Y qué van a hacer los laburantes si no es ponerse la puerta para evitar que se lleven el stock y las máquinas?. Ahí es donde juega el protocolo antibloqueo y la ley bases que arremete calificando como causal despido a los ”bloqueos y tomas de establecimiento.”
Todo esto en un contexto de hiper-endeudamiento externo. El lunes pasado el gobierno publicó el decreto 846. El analista económico Rodolfo Treber explicó: “Es un decreto de desesperación, no solamente de urgencia. Al gobierno se le acabaron los dólares, no puede pagar un servicio de deuda más, ni lo que queda de vencimientos este año. Esto significa que está a las puertas de un default y la posibilidad que los tenedores de bonos que tienen sus posiciones en el mercado de capitales argentino hagan una corrida cambiaria. Que significaría, creo, el fin del gobierno de Milei. Por eso, este decreto lo que dice es: Voy a pagar la deuda sea como sea, no me importa el Congreso, ni la debilidad política que tenga… Y lo que plantea el DNU es que van a poder renegociar la deuda sin lo que contempla la ley de administración financiera, que obliga a pasar por el Congreso para su aprobación y que plantea el objetivo que la reestructuración sea beneficiosa para Argentina”.
Mientras tanto, también avanzan las privatizaciones. Esta semana la Legislatura provincial de Mendoza avaló la transferencia del 21,2% de la participación de la provincia en la empresa Industrias Metalúrgicas Pescarmona IMPSA. Este avance legislativo se suma a las intenciones del gobierno nacional de ceder también su participación, lo que conduciría a una privatización total de la compañía. La empresa se especializa en el desarrollo de proyectos hidroeléctricos, parques eólicos, generación de energía nuclear y equipos para la industria de hidrocarburos. Actualmente, el 63,7 % de las acciones de IMPSA pertenecen al Estado nacional, mientras que Mendoza tanía un 21,2 %, con el resto en manos de acreedores y el grupo fundador, Pescarmona. La empresa estadounidense ARC Energy, dedicada a la industria del petróleo y gas, ha expresado públicamente su interés en adquirir parte de IMPSA, pero no es la única.
¿Cómo frenar la tremenda avanzada antinacional?
Para algunos dirigentes la respuesta debe ser electoral, para otros callejera.
Después de 14 años, las CTA se unifican. Una ruptura ocurrida en 2010 tras las elecciones directas de la central.
Carlos Girotti, histórico dirigente de ATE Capital contó a Gráfica: “El proceso de reunificación es saludado por mucha gente, tanto de adentro como de afuera de las Centrales. Por eso debemos ser cuidadosos. No se trata de un decreto ni de magia. Será un proceso que deberá ir desde la unidad en la acción hasta la confluencia programática. Mucho más cuando nos enfrentamos al neocolonialismo en marcha. Cuidadosos significa no adelantar tiempos, no burocratear, no hacer acuerdos por arriba que no se hayan verificado en las bases y en los territorios, no ofrecer flancos débiles al embate de la derecha”.
“Va a ser una unificación en la acción, va a llevar un tiempo“, comentan desde la CTA Autónoma. Destacan que uno de los puntos fuertes del reencuentro empezó en el macrismo y se profundizó en la Provincia de Buenos Aires, donde ambos espacios están articulando con el gobernador Kicillof. “Lo más dificultoso es la fusión institucional: secretariados, representantes en las provincias, donde hay muchas diferencias ahí todavía, y en las regionales“, agrega otro referente.
La emergencia está a la vista. La pérdida de soberanía es veloz. De allí que el riesgo de disolución nacional no sea una exageración, sino la descripción de un proceso conducido por las corporaciones que aún no tiene una firme oposición política.
El dolor social crece y como escribió el General San Martín “Cuando la Patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla”.
YAPA, COLABORACIONISTAS DE AYER Y DE HOY
Compartimos un texto de Héctor “Gringo” Amichetti, secretario general del sindicato Federación Gráfica Bonaerense y referente de la Corriente Federal de Trabajadores, sobre la discusión interna de la CGT en esta coyuntura crítica:
Resulta conducta recurrente de un sector del sindicalismo argentino cuando las políticas de quienes gobiernan son abiertamente antiobreras, optar por el diálogo antes que la confrontación, en tiempos de Onganía -por ejemplo- tanto los llamados “colaboracionistas” orientados por Augusto Vandor, eligieron ese camino como táctica, imitada a partir de entonces no solo en el ámbito sindical; se trata de oponerse en general a la política del gobierno pero manteniendo líneas de comunicación a través de las cuales se pueda a llegar a eventuales concesiones.
El experimento “anarco-capitalista” puesto en marcha en diciembre del año pasado persigue el objetivo de debilitar al extremo al movimiento obrero organizado comenzando por suprimir derechos de la clase trabajadora, tarea que van concretando, frente a esta situación, la CGT instrumentó medidas que comprendieron presentaciones judiciales, movilizaciones y paros, algunos de sus máximos dirigentes consideran (lo han manifestado públicamente), que con esas acciones abrieron un camino de negociación con el gobierno que les permitió limitar el paquete de medidas que podían afectarlos, “golpear para negociar”, es la vieja consigna.
Durante aquella dictadura de Onganía se enfrentaron a los “participacionistas” y “colaboracionistas”, un grupo importante de gremios que no solo estaban convencidos y dispuestos a confrontar abiertamente con el régimen, sino que reivindicaron un Programa político, económico y social, retomando anteriores pronunciamientos como habían sido los de las Regionales de la CGT en La Falda y las 62 Organizaciones en Huerta Grande.
En ese aspecto la historia no ha cambiado, la estrategia de los “gremios grandes” que desde la “mesa chica” definen las políticas de la CGT, consideran que lo mejor es negociar con el gobierno para evitar costos mayores y de esa manera se está perdiendo la oportunidad histórica de volver a convocar desde el movimiento obrero organizado a través de un programa y un plan de acción no solo a las clase trabajadora, a todos los sectores del campo nacional afectados por esta política de destrucción y entrega que persigue la desintegración nacional y la disolución social.
Se posterga indefinidamente el llamado a un plenario de Secretarios Generales y Delegaciones Regionales porque no se quiere poner en riesgo la estrategia de concertación con el gobierno, en ese marco asistiremos en los próximos meses al desafío de reconstruir el punto de confluencia desde otro lugar, como tuvimos que hacerlo m{as recientemente en el período macrista, desde un lugar en el que confluyan los millones de trabajadores y trabajadoras del sector informal, junto a infinidad de gremios que ya están en lucha y construyen espacios de unidad (transporte, industria), convocando desde allí a cooperativistas, pymes del agro, el comercio y la industria, estudiantes e intelectuales, forjando un gran frente de unidad nacional imprescindible para hacer nacer una alternativa política ampliamente superadora de las fracasadas experiencias anteriores.
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