Por Úrsula Asta, desde Caracas
El 28 de julio se celebran las elecciones presidenciales en Venezuela. Se enfrentan el actual presidente, Nicolás Maduro, y nueve candidatos opositores, de los cuáles uno despunta como el más visible: Edmundo González Urrutia, un ex diplomático que pasó a encabezar en abril la lista de varios partidos agrupados en la Mesa de la Unidad Democrática. Y que, según dice el oficialismo, cuenta además con el apoyo decidido de la Casa Blanca.
Aunque la figura central no es González Urrutia, sino María Corina Machado, la líder opositora inhabilitada para competir debido a su postura, ella exigió sanciones al país y pidió una intervención.
Días vertiginosos
Están los ojos puestos sobre lo que acontezca en este país. Los acontecimientos se desarrollan de manera vertigonosa y la atención internacional es inmensa. Entre algunos de los hechos de las últimas dos semanas:
- Se informó que Washington retomó contacto público con Caracas, según anunció en primer momento el medio estatal estadounidense Voice Of America.
- El fiscal general de la República, Tarek William Saab, tomó cartas en la denuncia pública del grupo paramilitar colombiano Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada, quienes fueron contactados por la oposición venezolana para realizar actos violentos antes, durante y después de las elecciones en caso de ser reelecto Maduro.
- El dirigente opositor Carlos Prosperi, de Acción Democrática, cambió de bando y le dio su respaldo a Maduro.
- Llegaron a Caracas, entre muchos otros, el Panel de Expertos de la ONU y el Centro Carter con el propósito de elaborar un informe sobre la transparencia de los comicios.
- Venezuela activó plan de Alerta Temprana tras la violación del espacio aéreo, tal como informó el Comandante Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Domingo Hernández, que dijo que la aeronave intentó evadir a los cazas de combate de la Fuerza Aérea Bolivariana, al realizar maniobras de evasión.
- El vicepresidente Diosdado Cabello llamó a prepararse para la “guerra de encuestas” que tendrá lugar en los próximos días, en un contexto donde la mayoría de los sondeos daban la victoria a González Urrutia.
La guerra de encuestas
Sobre este aspecto es relevante decir que en el terreno de lo electoral se libra una clara disputa de construcción de sentidos sobre quién va a ganar.
Algunos sondeos dijeron que González Urrutia tendría una diferencia de 80 a 20 con el presidente, lo cual instala la idea de que la elección sería imposible de revertir para el chavismo. Otras encuestas, brindan amplia diferencia en favor de Nicolás Maduro.
En las calles de Caracas, hay una enorme cantidad de pintadas y pancartas con el rostro y nombre de Maduro. En las redes sociales abunda la campaña antiMaduro.
Venezuela y Estados Unidos, 25 años después
“No te voy a decir esa frase trillada de que es una elección histórica porque eso lo venimos diciendo en todas las elecciones hace 25 años. Sí es efectivo que en todas las elecciones que ha habido en los últimos 25 años nos la jugamos toda”, nos dijo Sergio Rodríguez Gelfenstein, diplomático venezolano que dirigió las relaciones internacionales de la Presidencia de Venezuela.
“Hay que entender que aquí no se está dando una confrontación entre un bloque gubernamental y un bloque opositor, esto es una confrontación entre Venezuela y Estados Unidos”, agregó.
El país de la Revolución Bolivariana de Hugo Chávez Frías define quién será su próximo presidente por los próximos 6 años. Esos 25 años a los que se refiere nuestro entrevistado reponen aquel 1998, cuando el militar Chávez ganó, y los 11 años siguientes con el sindicalista colectivero a la cabeza.
Es la tercera elección de Maduro, señalado por Chávez antes de morir para que sea el próximo elegido por el pueblo venezolano en 2013 contra Henrique Capriles. La segunda fue en 2018, cuando una parte importante de la oposición se retiró y desconoció el resultado, tiempos en los que Juan Guaidó se autoproclamó presidente.
Diálogos previos a esta elección
En esta ocasión, a diferencia de aquella vez, todos los partidos participan de una elección que tuvo negociaciones previas. Por un lado, con Estados Unidos y, por otro lado, con sectores de la oposición en los acuerdos de Barbados.
En el caso de EEUU, aunque hace pocas semanas volvió a haber diálogo directo, la previa fueron las conversaciones de Qatar, en las que se había llegado un acuerdo, aunque luego ambas partes se acusaron de no cumplir los aspectos signados.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, había celebrado las negociaciones electorales, aunque dijo que Washington dió hasta finales de noviembre de 2023 para que el gobierno venezolano levante las inhabilitaciones a los candidatos presidenciales de la oposición y libere lo que considera que son presos políticos. Esto ocurrió luego de que el gobierno venezolano y la oposición llegaran a un acuerdo sobre las garantías electorales para una votación supervisada internacionalmente en 2024.
Finalmente, Venezuela dijo que EEUU no quitó las sanciones necesarias para que le permita desarrollar en pleno la cuestión del petróleo. EEUU sostuvo que Venezuela no se comprometió sobre algunos puntos, como lo de no continuar con las inhabilitaciones presidenciales.
Acuerdo de reconocimiento de resultados
Maduro y los candidatos opositores firmaron el 20 de junio un acuerdo de Reconocimiento de Resultados ante la Cámara Nacional Electoral. Un compromiso que busca garantizar un proceso electoral en paz y respetuoso, reafirmando el poder electoral como la autoridad legítima para para la organización de los comicios de julio.
El único candidato que no firmó es González Urrutia.
Simulacro electoral y presencia internacional
El Consejo Nacional Electoral realizó el 30 de junio un simulacro electoral en el que participaron coaliciones políticas tanto del oficialismo como de la oposición. En ese marco, Venezuela invitó al grupo BRICS para observar las elecciones.
Además de los mencionados ONU y la asociación no gubernamental Carter, Venezuela recibe estos días a China y la Unión Africana. Son más de 1000 observadores internacionales y representaciones de 140 países.
Durante el día de la elección habrá 16 auditorías a los componentes del sistema electoral con representantes de todas las fuerzas participantes y observadores nacionales, así como veedores internacionales. Al culminar el chequeo, todos firmarán el documento que constate normalidad.
Días atrás, el país anunciaba la participación de algunos ex presidentes, como es el caso del argentino Alberto Fernández, el español José Luis Rodríguez Zapatero, el panameño Martín Torrijos, el de República Dominicana Leonel Fernández y el colombiano Ernesto Samper, quienes, además, se reunirían con todos los candidatos previo a la elección. En la misma medida, Brasil confirmaba que enviaría miembros de su servicio de justicia electoral para observar elecciones (el TSE), así como a su principal asesor en política exterior Celso Amorím.
¿Qué pasó con Brasil?
Cuatro días antes de la elección, tras pedido de Venezuela, Alberto Fernández anunció que no participará como veedor. Aseguró, en una carta, que el gobierno le pidió que “desistiera de cumplir con la tarea” que le había sido encomendada por el Consejo Nacional Electoral.
“La razón que se me dio es que, a juicio de aquel gobierno, declaraciones públicas realizadas por mí ante un medio nacional causaban molestias y generaban dudas sobre mi imparcialidad”, publicó.
El ex presidente argentino había dicho en una entrevista radial que “si Maduro es derrotado, lo que tiene que hacer es aceptar; como dijo (el presidente de Brasil) Lula (da Silva), el que gana, gana, y el que pierde, pierde. Punto. Se terminó. Así es la democracia. No voy a legalizar a nadie, sino que voy a hacer lo que me pidieron, ser un veedor de las elecciones para que todo funcione bien”, explicó.
En el caso de Brasil, finalmente decidió no enviar observadores. Argumentó que, tras las críticas de Maduro sobre su sistema de votación, la Justicia brasileña consideró “inadmisible” descalificar con falsedades “la seriedad e integridad” de los comicios y las urnas electrónicas en el país.
Esto ocurrió en contexto en el que Lula había dicho que le daban miedo las declaraciones de baño de sangre de Maduro, cuya afirmación fue intencionalmente tergiversada mediáticamente. “Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fraticida, producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito”, sostuvo; y los titulares afirmaron que el convocó a un baño de sangre si no gana las elecciones.
Luego del “miedo” de Lula, Maduro dijo públicamente que el que se asustó, tome un té de manzanilla.
Electores y participación
En Venezuela hay más de 21.500 millones de electores, aunque no debe dejarse de tener en cuenta la emigración, que no está formalizada en los datos. Si bien el número no es fehaciente, se estima que habría 4 millones menos por haberse ido del país.
El voto no es obligatorio y aun así se prevé sea de 50 o 60%. De la misma manera que algunas estimaciones consideran que un eventual crecimiento del número de participantes sería desfavorable a Maduro, ya que implicaría que fueron a las urnas personas desencantadas y que no suelen participar.
El gobierno, de todas formas, lanzó el programa “Misión Vuelta a la Patria”, que aseguran facilitó el regreso de más de un millón de personas. Maduro mismo llamó a los migrantes a retornar, ofreciendo asistencia en aspectos jurídicos, educativos y socioeconómicos.
Economía y territorialidad
Venezuela registró una inflación de 1,5% en mayo, la más baja en 20 años, según el Banco Central de Venezuela. Este dato está alinea con proyecciones que incluso son del Fondo Monetario Internacional, que anticipa un crecimiento económico significativo para 2024.
La leve flexibilización de sanciones por parte de Estados Unidos ha incrementado los ingresos petroleros y promovido nuevos acuerdos de producción. A pesar de las enormes dificultades que esas medidas significan para la vida de las y los venezolanos.
Ese es un aspecto que juega en favor del chavismo, de la misma manera que no debe menospreciarse la enorme capilaridad que detenta el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que tiene mucha organización territorial en las comunas.
El 1x10x7 significa que 1 persona debe convencer a 10 mas y eso se multiplica por los 7 territorios en donde están desplegándose en una campaña intensa que busca disputarle con fuerza a los opositores y desencantados que pueda cosechar el candidato González Urrutia, y que tampoco puede menospreciarse.
Maduro y González Urrutia, el 28J
Nicolás Maduro, con el PSUV, aliados y una estructura de capilaridad muy fuerte; Edmundo González Urrutia, con la conducción política de Machado, ¿quiénes son?
El actual presidente, nacido en 1962, trabajó como conductor de autobús para el Metro de Caracas y perteneció al sindicato de tránsito. Es uno de los miembros fundadores del MVR (Movimiento V República), organización fundada tras la salida de la cárcel de Hugo Chávez en marzo de 1994.
González Urrutia es el candidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la alianza que concentra a los principales partidos y dirigentes de la oposición de Venezuela, y está apoyado por los partidos Un Nuevo Tiempo (UNT) y Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Es un diplomático venezolano de carrera, fue miembro del consejo editorial internacional del diario El Nacional. Fue director del Comité de Coordinación y Planificación Estratégica del Ministerio de Relaciones Exteriores entre 1990 y 1991, embajador en Argelia entre 1991 y 1993, director general de política internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores entre 1994 y 1998 y embajador en Argentina entre 1998 y 2002, nombrado por el entonces presidente Rafael Caldera y duró en el cargo los tres primeros años de mandato de Chávez.
Venezuela se lleva por estos días todas las miradas, el país de la transformación bolivariana se juega una pulseada dura que escrutará su continuidad tras un cuarto de siglo.
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