La ampliación del BRICS. Sus consecuencias. Petróleo, moneda. Energía. Comercio internacional. Consejo de Seguridad de la ONU. Otros miembros se avecinan. Y más vínculos con asociaciones. Cooperación en nuevas tecnologías. Corredores. Semiconductores.
Por Gabriel Fernández *
Quién podía pensar, en aquellos años 70, que el alineamiento de Arabia Saudita con los Estados Unidos se iba a deshilachar de este modo. Desde entonces, dólar y petróleo configuraron, junto a las avanzadas bélicas, las grandes herramientas del Norte para controlar el globo. Controlarlo en serio: disciplinarlo en el orden político, sumergirlo económicamente, abatirlo industria cultural mediante. El proceso, que alcanzó su cenit en la década del 90, fue institucionalizado mediante el Consenso de Washington y evidenció el poderío de las grandes corporaciones financieras.
Pero contenía en su interior una dinámica irrefrenable; la misma difundiría las células parasitarias con tanta intensidad que acabarían impregnando al propio espacio anglosajón -por fuerza, también europeo- hasta plantar una enfermedad equivalente. Las fórmulas tóxicas distribuidas hacia el mundo periférico se impusieron en el centro Occidental y la necesidad de sostener los estados territoriales y los conglomerados humanos que los habitan llevó al “resto del mundo” a coaligarse para evitar el derrumbe a cambio de nada.
UNA ERA DE TRANSFORMACIONES. Por estas horas, los países subdesarrollados se han transformado en emergentes, sus monedas desplazan al billete verde en las transacciones bilaterales y seis de los nueve mayores productores de combustibles participan de una coalición multipolar que congrega más de tres mil 500 millones de personas, el 30% del territorio planetario, el 23% del PBI y el 18% del comercio mundial. Sumados, agrupan el 16% de las exportaciones y el 15% de las importaciones mundiales de bienes y servicios.
“Hemos decidido invitar a la República Argentina, la República Árabe de Egipto, la República Democrática Federal de Etiopía, la República Islámica de Irán, el Reino de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos a convertirse en miembros plenos de los BRICS a partir del 1 de enero de 2024”, manifestó el jefe de Estado de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa en la reciente cumbre efectuada en Johannesburgo. El asunto no concluye ahí. Existen tres puntos que este periodista desea remarcar sobre lo que se avecina.
- El año venidero la titularidad del grupo estará en manos de la Federación de Rusia, lo cual muestra la triste repercusión de las sanciones atlantistas para aislar y derruir esa nación.
- Lejos de encapsularse, los BRICS y sus nuevos integrantes recibieron un tsunami de pedidos de incorporación: Argelia, Bangladesh, Bahrein, Bielorrusia, Bolivia, Venezuela, Vietnam, Guinea, Grecia, Honduras, Indonesia, Cuba, Kuwait, Marruecos, México, Nigeria, Tayikistán, Tailandia, Túnez, Turquía y Siria.
- A instancias de Bielorrusia, el grupo analiza el establecimiento de canales concretos para articular sus políticas con la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) y la Unión Económica Euroasiática (UEE). La OCS está constituida por Rusia, China, Kazajistán, Kirguistán, India, Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán. En este tramo se están incorporando Mongolia y Bielorrusia, así como Turkmenistán. LA UEE contiene a Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Armenia.
Pocos consideran viable seguir ligados a un centro deteriorado y bombardero que exige recursos naturales a bajo costo, promueve endeudamientos innecesarios y onerosos, carece de capitales destinados a fomentar la inversión productiva, activa el traslado de beneficios sociales hacia un agujero negro rentístico y, encima, se enoja, grita más fuerte de lo que habilita su potencial y califica desdeñosamente a todo aquél que desconoce el artificial “orden internacional basado en reglas” para adentrarse en sus propios intereses, enmarcado por la Carta de la Organización de las Naciones Unidas.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP +) ya está enlazada con los BRICS, sin la pesada carga de los Estados Unidos. Lo explicamos aquí, en Otro mazo de cartas para Asia Occidental: al hilvanarse Irán, Emiratos Arabes Unidos y Arabia Saudita con Rusia y China, los rectores del mundo que se apaga pierden la mitad del petróleo producido a escala integral y el poder de fijar los precios. Ni qué decir de la capacidad de imponer sanciones. Para reposicionarse tendrían que hacer volar más de un Nord Stream (lo están evaluando) y aún así no lograrían desarticular un andamiaje formidable.
En relación parcial, la Liga Árabe se va imbricando y la Unión Africana, con numerosas disidencias internas, también. Egipto, además de constituir bandera histórica a través de la imagen de Gamal Abdel Nasser, logró su cometido: el presidente, Abdelfatah Said Husein Jalil el Sisi, -en realidad conocido como Al Sisi– viene surfeando sobre la arena desde hace dos décadas y ahora encontró el respaldo que necesitaba. Etiopía, por su parte, además de registrar el crecimiento más firme y acelerado del núcleo ingresante –China tuvo mucho que ver- es el segundo país más poblado de África con más de 110 millones de habitantes – 62% de población menor de 25 años -, y se espera que alcance los 126 millones en 2025. Ya puede considerarse la quinta mayor economía en África subsahariana
Tanto el G7 como el G20 ingresan en un lento pero sostenido tramo de licuefacción. Las naciones con un pie en cada espacio seguirán concurriendo a sus debates, pero cuando se les intente imponer condiciones que afecten sus desarrollos, solo tendrán que anunciar tenemos otro compromiso, gracias por la invitación, se nos hace tarde para subir al avión. Al existir contrapeso, la opción vigoriza la capacidad de selección. Para qué permanecer en zonas hostiles y punitivas cuando se ofrecen brazos abiertos con beneficio compartido. Esa es una consideración valida para las relaciones humanas en general, y muy especialmente para la salud de los estados.
La Argentina, Arabia Saudita, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán ratificaron hace 48 horas que brindarán gran volumen al Nuevo Banco de Desarrollo que ya capitalizan Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. El fortalecimiento del esquema BRICS de finanzas implicará de hecho un desplazamiento del poderío fondomonetarista en el orden internacional, aunque la prudencia discursiva de los emergentes no lo plantee de tal modo. La intención del banco emergente es la inyección de recursos para proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible, de carácter público, privado o mixto a través de préstamos, garantías, participación en instrumentos financieros y asistencia técnica.
Las iniciativas no aguardarán a la creación de una nueva moneda, sino que se concretarán en la divisa más conveniente según los protagonistas. Tampoco, como se señala en el párrafo previo, se excluirá a las empresas privadas; claro que las mismas deberán admitir el contralor de los Estados involucrados. También se incentivarán los mercados locales de capitales. No hay confusión al respecto: el sentido profundo de cada inversión estará relacionado con la realización de obras infraestructurales y la promoción productiva, en detrimento de la usura y la apuesta destinadas a la acumulación de recursos sin reinversión.
Tras la ampliación, el PBI de los BRICS representará el 37 % del mundial y el 46% de la población mundial, informó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, uno de los principales impulsores de la sumatoria. El sustrato de las declaraciones de sus colegas deja entrever objetivos todavía más ambiciosos.
El presidente ruso, Vladímir Putin, agradeció la “habilidad diplomática” del sudafricano. El líder ruso señaló que el grupo continuará ampliando su influencia en el mundo. Las especulaciones sobre zancadillas de Cyril Ramaphosa a la Cumbre, se convirtieron en cenizas. El primer ministro de la India, Narendra Modi, dijo que la incorporación de nuevos miembros “reforzará aún más a los BRICS como organización”. Remarcó algo importante: el efecto hacia el resto del globo. “Esto también reforzará la creencia de muchos países del mundo en un orden mundial multipolar“. Por su parte, el presidente de China, Xi Jinping, calificó la expansión del bloque como “un nuevo punto de partida” para el desarrollo de los BRICS y declaró que el mundo está ante un hecho “histórico”. Añadió que los miembros entrantes darán una “nueva calidad” a la interacción del grupo. Según el líder chino, lo ocurrido muestra la determinación de los países BRICS de ampliar su internacionalización.
UN DOCUMENTO, MUCHOS PUNTOS. La reunión de Sudáfrica culminó con la presentación de un documento que reúne propuestas y expectativas del espacio multipolar. Vale aproximarse a una síntesis, lector.
La Argentina, Irán, Arabia Saudita, Etiopía, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos se convertirán en nuevos miembros de los BRICS desde el 1 de enero de 2024.
Los BRICS favorecen el empleo de las monedas nacionales en el comercio internacional, así como entre los países del grupo. “Subrayamos la importancia de promover el uso de las monedas nacionales en el comercio internacional y en las transacciones financieras, tanto dentro de los BRICS como con los socios comerciales”, indica la declaración.
Se agrega que los países integrados se comprometen a fortalecer la coordinación de políticas macroeconómicas, profundizar la cooperación económica y trabajar en una recuperación económica sostenible, equilibrada y global. También, aboga por una cooperación continúa entre sus miembros para fortalecer las cadenas de suministro y estimular ventas y flujos de inversión.
Asimismo, los miembros de la organización buscarán aumentar la cooperación agrícola para fortalecer la seguridad alimentaria. “Reafirmamos nuestro compromiso de fortalecer la cooperación en la agricultura y el desarrollo de la agricultura sostenible de los países BRICS para mejorar la seguridad alimentaria tanto dentro de los BRICS como en todo el mundo”, señala el comunicado.
En la declaración, los BRICS requieren presencia de los países en desarrollo en las organizaciones globales. “Pedimos una mayor participación de los mercados emergentes y los países en desarrollo en las organizaciones internacionales y los foros multilaterales”, se lee en el documento.
Al mismo tiempo, la declaración destaca que el bloque se preocupa por el uso de medidas punitivas que perjudican al mundo en desarrollo. “Expresamos la preocupación por el uso de medidas unilaterales coercitivas que son incompatibles con la Carta de la ONU y provocan consecuencias negativas, en particular en los países en desarrollo”, indica el comunicado.
Además, los BRICS confirman su compromiso con el fortalecimiento y el mejoramiento de la gobernanza mundial mediante la promoción de un sistema responsable internacional y multilateral más flexible y eficaz. En línea, enfatizan su apoyo a un sistema de comercio internacional abierto, justo y basado en normas con la Organización Mundial del Comercio (OMC) en su base.
Según la declaración conjunta, los países del bloque se comprometen a participar constructivamente en la implementación de una reforma necesaria de la Organización Mundial de Comercio con vistas a presentar resultados en la próxima 13 Conferencia que se celebrará en 2024 en Abu Dabi.
Así, promueven la reforma de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para lograr que se reconfigure como una entidad más democrática y eficaz. “Apoyamos la reforma exhaustiva de la ONU y de su Consejo de Seguridad para hacerla más democrática, representativa, eficaz y fructífera”, indican.
Asimismo, los BRICS instaron a profundizar la cooperación entre sus respectivas iniciativas sobre el espacio. “Alentamos a las agencias espaciales de los BRICS a continuar mejorando el nivel de cooperación en el intercambio y en las aplicaciones de los datos de satélites de teledetección, para proporcionar el apoyo con estos datos al desarrollo económico y social de los países BRICS”.
El grupo de los BRICS aboga por una solución pacífica de la crisis ucraniana mediante el diálogo y la diplomacia, de acuerdo con la declaración. “Reiteramos nuestras posiciones nacionales con respecto al conflicto en Ucrania y en torno a ella, expresadas en foros pertinentes, incluidos el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU. Destacamos con agradecimiento las ofertas de mediación y de buenos oficios correspondientes, encaminadas a una solución pacífica del conflicto por medio del diálogo y la diplomacia, incluida la misión de los líderes africanos y el camino hacia la paz propuesto”, resalta el texto.
Los emergentes coaligados dieron a conocer, además, su preocupación por la crisis en Níger. “Seguimos preocupados por la situación en la región del Sahel, en particular en la República del Níger”, afirma el documento. En sintonía, el bloque señala su alarma por la situación en Haití. “Expresamos seria preocupación por el continuo deterioro de la situación de seguridad, humanitaria, política y económica en Haití. Creemos que la actual crisis requiere de una solución liderada por Haití que incluya un diálogo nacional y la construcción del consenso entre las fuerzas políticas locales, las instituciones y la sociedad”, apunta el documento.
Los países del BRICS se mostraron dispuestos a fortalecer el despliegue de las fuentes de energía. “Nos comprometemos a aumentar la sostenibilidad de los sistemas energéticos, incluida la infraestructura energética crítica, para promover el uso de la energía limpia, la investigación y la innovación en materia de energía”.
También se posicionaron acerca de la meneada cuestión nuclear en Irán. “Reafirmamos la necesidad de solucionar la cuestión nuclear iraní por medios pacíficos y diplomáticos en conformidad con el derecho internacional, (…) así como para lograr una paz más amplia y estabilidad”, indica el documento. Los BRICS destacaron la importancia de mantener el acuerdo nuclear de Irán, conocido como Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), y la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), adoptada en 2015 para la no proliferación internacional.
Asimismo, el grupo BRICS espera que las partes interesadas restablezcan la implementación plena y efectiva del PAIC en un futuro próximo. La resolución 2231, que cimentó las bases del acuerdo nuclear iraní, prohíbe la transferencia de bienes, materiales, equipos y tecnologías a Irán que no sean aprobados previamente por el Consejo de Seguridad de la ONU.
LAS ESTRUCTURAS CRUJEN. En la última mención late un asunto que traerá cola; aunque pasó desapercibido para las coberturas, amerita consideración. El protagónico jefe de Estado del Brasil anticipó que impulsará la ampliación del Consejo de Seguridad de la ONU. Evaluó -y generó ardor en orejas lejanas- que varias naciones emergentes deberían ser incorporados en forma permanente.
Los miembros fijos de esta institución son los Estados Unidos, la Federación de Rusia, la República Popular China, Francia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. La sola lectura de sus integrantes da cuenta de la antigüedad en el criterio de reparto de sillas.
“La ONU de 2023 está lejos de tener la misma credibilidad que la ONU de 1945”, afirmó Lula en declaraciones a la prensa. “El Consejo de Seguridad, que debería garantizar la paz y la tranquilidad, es el que hace la guerra sin hablar con nadie. Rusia entra en Ucrania sin discutirlo en el Consejo de Seguridad. Estados Unidos entra en Irak sin discutirlo en el Consejo de Seguridad. Francia y Reino Unido invaden Libia sin pasar por el Consejo de Seguridad. En otras palabras, los países del Consejo de Seguridad son los que hacen la guerra, producen armas y venden armas. Es un error”, afirmó.
Y añadió: “En 1948, la ONU consiguió crear el Estado de Israel. En 2023, no puede imponer la zona reservada a los palestinos. Se ha debilitado. Y en la cuestión climática es aún peor. Decidimos muchas cosas, pero ninguna se aplica. ¿Por qué no se cumplen? Porque no hay un Estado soberano. La ONU no tiene poder para decir: ‘Tenemos que cumplir esto, de lo contrario habrá que tomar ciertas medidas’”.
Por eso, el presidente brasileño defendió que más países sean incorporados al Consejo de Seguridad para que éste tenga una representación más acorde con la realidad. “¿Qué representación tiene África en el Consejo de Seguridad? ¿Cuál es la representación de Asia, de América latina? Hemos dejado claro que estamos a favor de que Brasil entre en el Consejo de Seguridad, junto con India, Alemania y Japón”, añadió.
Este narrador estima que la mención a Alemania, que puede causar estupor, indica que Lula está avizorando el largo plazo -expresión inusual en estas Fuentes– con precisión admirable.
CORREDORES Y SEMICONDUCTORES. Es que se abre un periodo tumultuoso. El proyecto euroasiático de incorporar a Europa en el nuevo esquema como gran potencia multipolar tuvo que efectuar un rodeo. Esa movida circular, que admitió a desgano la ralentización impuesta por los arrestos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre la Unión Europea (UE), costó mucho dinero y demasiadas víctimas. Ucrania es el cuerpo del delito. Pero la acción se está concretando; Oriente sabe esperar. Los principales damnificados occidentales del poder que conduce a Occidente (Alemania, Francia) tendrán que resolver qué hacer.
El problema de la cúspide rentística radica en que las opciones son demasiado desequilibradas. “No será un estadista europeo el que unirá a Europa, Europa será unida por los chinos” dijo Charles De Gaulle en un acierto imponente. ¿Porqué desequilibradas? Europa puede transitar un sendero que le garantiza producción y crecimiento, o escoger otro, hacia la retracción y el debilitamiento. La distancia entre ambos se acaba de ampliar, y cuesta imaginar que algún país logre andar con un pie en cada camino. Esta descripción, si no se la nutre del factor temporal, puede llamar a engaño: el mundo está económicamente entrelazado y -como se percibe en las admisiones de los BRICS- hay un lugar en el futuro para estados y empresas con el ayer en su seno.
Ese diseño trasciende el anuncio genérico. Putin deslizó en su intervención que se establecerá “una comisión de transporte permanente de los BRICS, que se ocuparía no sólo del proyecto Norte-Sur (corredor de transporte INTSC, con miembros clave de los BRICS como Rusia, Irán e India a la cabeza), sino también, en una escala más amplia, del desarrollo de corredores logísticos y de transporte, interregionales y globales”. El planteo enlaza con el desarrollo de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Si algunos analistas internacionales fueran más perspicaces y menos obedientes, podrían haber detectado años atrás que la masiva adhesión de países a ese emprendimiento preludiaba la coalición amplia que aquí estamos diseccionando.
Hay algo más. Al repasar las características de los nuevos miembros y de aquellos que buscan acercarse al fogón, se comprenderá que las dificultades para la elaboración de semiconductores y otras variantes de altísima tecnología están quedando atrás. Aunque buena parte de los acuerdos se asientan en la distribución, compra y venta de productos alimenticios para paliar las necesidades urgentes, otra región de los mismos tiene como objetivo la cooperación destinada a la sumatoria de conocimientos científico técnicos a un punto desconocido hasta el presente. La ofensiva más reciente de los Estados Unidos al respecto, para evitar la intersección de saberes entre Asia y Occidente, además de constituir un impulso hacia la oscuridad, sencillamente está fracasando. En ese sentido, resultará de valor detectar los pasos que, a partir de ahora, promueva la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), cuyo dilema electivo se percibe muy cercano al europeo.
Otro mundo es posible, ya que sus bases han sido establecidas.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
Pinturas. Miguel Angel. Capilla Sixtina.
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