El gremio de guionistas está en paro desde mayo, tras no acordar un nuevo convenio con la entidad que reúne a los productores, Alliance of Motion Picture and Television Producers (AMPTP). Posteriormente, se sumó el sindicato de actores y hoy la industria está prácticamente paralizada.
Uno de los ejes del debate es el alcance de las nuevas tecnologías de Inteligencia Artificial para construir ficciones, en base a trabajo ya creado por los trabajadores del sector: “El gran cine industrial siempre fue muy conservador, es decir, cuando una película la pega, reproducen esa fórmula hasta el hartazgo. La máquina de hacer chorizos hoy se ve en Netflix, y la IA es perfecta para esto, ya que su rol es reproducir lo ya conocido”, explicó el especialista en tecnología Esteban Magnani.
Y agregó: “tanto las grandes empresas viejas como nuevas de streaming pasan por momentos de crisis con un aumento de la competencia y crisis de las empresas tecnológicas, y salvo las grandes estrellas que ganan fortuna, la gran mayoría de los escritores no llega a cubrir la canasta básica. Por eso, al paro se sumaron los actores, con una Fran Drescher (presidenta del sindicato de actores) con discursos incendiarios”.
Tanto los guionista como actores, buscan prohibir el uso de cualquier tipo de software que reemplace un trabajo ya de por sí precarizado. “Los escritores habían encontrado un ritmo de producción con un mínimo de estabilidad laboral, pero con el streaming los episodios son más cortos, y la nueva modalidad es contratar a los guionistas antes de que haya un contrato para la producción real, se hacen como pruebas pilotos, y cuando finalmente se lleva adelante la producción, ellos no cobran”, explicó Magnani.
Los actores, por su parte, también están en conflicto con la modalidad de las plataformas on demand: “Antes cuando se hacían producciones para la televisión se sabía la cantidad de veces que luego iba a ser repetido ese programa al aire, como pasa acá con Casados con Hijos que continúa generando ingresos para los actores. Pero en la caja negra del streaming, uno no sabe que está pasando ni cuanta gente está viendo la serie, con lo cual eso se perdió, por eso piden también ese reconocimiento”.
Respecto del uso de IA en la producción audiovisual, Magnani resaltó que si bien las grandes productoras lo niegan “no es descabellado que ya estén acaparando información de los actores sin que éstos estén al tanto”, y recordó “el caso de los locutores españoles que fueron contratados para grabar hasta que se dieron cuenta de que era para el entrenamiento de una inteligencia artificial que estaba aprendiendo el know how” de la profesión.
Con la campaña electoral en mente (EEUU vota presidente en 2024), algunos ya especulan con las posibilidades que se abren ante el impacto del paro en las producciones audiovisuales. “Durante el último paro de guionistas, quien salió beneficiado fue Donald Trump con su reallity”, sostuvo el especialista. Ante la escasez de productos en la televisión, el show del magnate tuvo una repercusión impensada, y esa notoriedad fue clave para construir su carrera política.
Como conclusión, Magnani sostuvo que la apropiación del conocimiento de los trabajadores sigue siendo utilizada para concentrar ganancias en pocas manos: “Es lo que viene sucediendo desde la revolución industrial hasta ahora, cuando el conocimiento de los obreros más calificados se descomponía en saberes mucho más simples para ahorrar salarios”.
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