Por Juan Patricio Méndez *
En una agenda global que marca la urgencia del tratamiento de políticas sustentables en todo el mundo, y en una coyuntura de creciente preocupación por la contaminación en el globo, la Ley de Envases emerge como una urgencia a ser tratada. Más allá de meterse de lleno dentro del Plan de Políticas Ambientales anunciado por el Ministro de Ambiente Juan Cabandie, la discusión al respecto amerita un análisis más profundo sobre el estado actual de emergencia ambiental.
Sin embargo, no puede dejar de verse la acción por parte de los Lobbies empresarios quienes, luego de reiteradas intervenciones y apariciones en la agenda mediática, intentan sabotear el tratamiento del proyecto. “Es clarísima la dádiva y el lobby corrupto de las grandes corporaciones y les fue bien, porque lograron voltear la sesión”, señaló Juan Grabois en entrevista con Gustavo Sylvestre. Por su parte, la diputada nacional del Frente de Todos, Daniela Vilar, expresó que la normativa “ya tuvo todo el rebote del lobby empresarial y mediático”, y señaló que “lo que dicen de la tasa es mentira. No va a superar el 3% por envase, no por producto”.
Del proyecto al lobby
El proyecto es claro, y las intenciones para su aprobación (y su rechazo) también lo son. Por un lado, la iniciativa no crea “un nuevo gravamen”, sino que se trata de una “tasa ambiental”, que deberá ser abonada por aquellas empresas e industrias que produzcan envases que no sean reciclables. “Si las empresas no quieren pagar la tasa tienen que generar envases retornables o reciclables. La ley incorpora el principio de responsabilidad extendida de los productores”, detalló Vilar en el medio El Destape.
Asimismo, el proyecto presenta un doble objetivo: desincentivar el uso de envases contaminantes, y promover la “inclusión social”. El Diputado Nacional Itai Hagman, detalló que el proyecto “busca resolver el problema con un doble objetivo: a través de la tasa variable al productor, desincentivar el uso de los envases más contaminantes”. En este sentido, el funcionario destacó que “es importante recalcar que la tasa puede ser cero si las empresas utilizan materiales 100% reciclables o si tienen un sistema propio de reciclado de sus envases y, si no, es una tasa que crece a medida que crece el impacto ambiental negativo del material que se usa para el envase”.
Por otro lado Hagman indicó que el segundo objetivo “tiene que ver con financiar el sistema de reciclado que llevan adelante los recicladores urbanos que es muy importante porque genera puestos de trabajo y permite además generar un insumo muy importante para la industria”. “Hoy la Argentina importa material reciclado y con este proyecto no solo se genera trabajo, sino que se permite abastecer la industria local de material reciclado”, añadió.
Algunos datos
De la totalidad de los envases producidos y que se desechan, cerca de la totalidad podría ser reutilizada. Sin embargo, sólo se recupera el 8% producto del trabajo que se hace en los barrios recicladores urbanos, los y las cartoneras.
La iniciativa, impulsada por Matías Kulfas, Juan Cabandié, Alberto Fernández y Sergio Federovisky, apunta a “una gestión ambientalmente sostenible de los envases, desde su producción hasta su disposición final, a través de distintas iniciativas, ya aplicadas con éxito en diferentes países de América Latina y Europa”, según detalla el documento en la Página Oficial del Gobierno Nacional.
En nuestro país existen cerca de 5000 basurales a cielo abierto y sitios de disposición final irregular. “Muchos de estos sitios se convierten en la fuente de trabajo de una gran cantidad de recuperadores y recuperadoras informales, quienes realizan tareas sin ningún tipo de elemento de protección personal, ni cuentan con agua potable para su hidratación y correcta higiene. Tampoco disponen de un área de trabajo segura, quedando expuestos en el frente de descarga del basural”, recupera el texto publicado en la Web Oficial del Gobierno.
La ley, además de ayudar a reducir el daño que le hacemos a la naturaleza, apuesta a que haya más igualdad en términos laborales, económicos y ambientales, apostando por la activación de la economía circular productiva, generando nuevos puestos de trabajos que nacen a partir del reciclaje. “Este proyecto es positivo porque reduce el impacto ambiental, genera financiamiento para que los municipios puedan gestionar los residuos y porque amplía derechos para los más de 200.000 cartoneras y cartoneros que hoy permiten que el sistema no colapse”, aseguró Federico Fagioli, diputado nacional del Frente Patria Grande.
La iniciativa incorpora en su texto que, con lo recaudado por el pago de esa tasa, se creará un fideicomiso administrado por la banca pública que, entre otras cosas servirá, para promover la inclusión de las recicladoras y los recicladores, impulsar la valorización de los envases y fomentar el desarrollo del ecodiseño.
Fagioli también detalló que “está claro que el lobby empezó, que ciertas empresas y ciertos sectores mienten para no pagar, que no hay interés por el impacto socioambiental que ellos mismos generan. Instalan discursos erróneos porque no quieren hacerse responsables”. Vale destacar que el espíritu de la normativa pretende responsabilizar a los fabricantes por los envases que ponen en circulación en el mercado, y no son reciclables. Para eso fija una “tasa ambiental” que no superará el 3% del valor del producto, dependiendo de cuán reciclable es el envase. “El proyecto no es un impuesto, es una tasa ambiental, contemplada en el derecho ambiental y se calcula según el envase que se utilice de acuerdo a la Unidad de Gestión del Envase”, concluyó Fagioli.
El secretario de Control y Monitoreo Ambiental de la Nación, Sergio Federovisky, mencionó que “lo que estamos buscando con la ley de envases es que si un productor coloca un producto en el mercado debe hacerse responsable cuando este se convierta en residuo“, al indicar que “el 25% de la basura del país son envases y sólo se recicla el 8%. Esto lo paga la sociedad con deterioro ambiental”.
Por otra parte, Matías Capoblanco, referente de la Federación Argentina de Cartoneros, en nota con Revista Cítrica, expresó que “ellos (lobbies) se enriquecieron durante mucho tiempo a costilla de la gente que tira de un carro 14 horas por día, son pequeños centavos por envase para que empiecen a pensar en un producto que no termine enterrado. El impacto ambiental lo frenamos nosotros”.
Con otra visión directamente opuesta a la hasta aquí tratada, los sectores más conservadores y los partidos más cercanos al sector empresario opinaron que el proyecto forma parte de otro “impuesto inservible” y “otro manotazo de ahogado para sacarle más al productor”. Tanto los diputados Gustavo Menna (radical por Chubut e integrante de las comisiones de Presupuesto y de Recursos Naturales) y Luciano Laspina (Juntos por el Cambio) rechazaron el dictamen de mayoría en un debate en comisión, tildando a la iniciativa como “un mal proyecto”. Este último mencionó que se trata de un “impuestazo porque no es una tasa ya que no se contempla una contraprestación, con lo cual es un impuesto de asignación especifica”.
Cuando en la torta de los intereses hay lugar para una porción popular, las empresas buscan la manera de irrumpir en la democracia participativa mediante el personalismo de diputados y diputadas, generando un lobby desesperado por el rechazo de proyectos que no coinciden con los lineamientos acumulativos de sus libros financieros. Hoy la situación que se vive en el recinto es similar, y como se detalló previamente, el oficialismo advirtió la presencia de firmas ejerciendo presión en la toma de decisiones.
El tratamiento del proyecto de Ley de Envases es impostergable. Las condiciones del mundo están dadas para pasar a la irreversibilidad climática y al colapso sanitario y ecológico. La discusión de normativas que protegen nuestros espacios es vital para resucitar el espíritu ambiental de los proyectos que están en la agenda legislativa. La peligrosidad en la pérdida de su estado parlamentario es un atenuante más para considerar la urgencia del debate. No hay más tiempo para las ciudades ni para el mundo.
(*) Periodista y Columnista de Ambientales en Abramos la Boca (Lunes a Viernes de 16 a 18 horas) / Radio Gráfica 89.3
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