Por Lautaro Fernández Elem (*)
Buen funcionamiento no demasiado exigido del equipo de Scaloni al que si se le puede señalar algo sólo sería no haber sido aún más efectivo en relación a la cantidad de ocasiones que generó.
Sin reproches y pensando de lleno en el partido del próximo sábado frente a Ecuador en Cuiabá, a diferencia de Brasil, Argentina fue de menor a mayor. Abrió la zona de grupos con un empate ante Chile que dejó ciertas dudas, luego inapelable triunfo ante Uruguay y algo menos rutilante frente al Paraguay del Toto Berizzo. Finalmente se aprovechó de una Bolivia que continúa sin levantar cabeza.
Ecuador será un rival duro. Lo demostró en el empate nada menos que ante a los locales en el quinto partido del grupo B. Una selección que aún intenta adaptarse y cumplir las órdenes de su entrenador. Gustavo Alfaro obtuvo resultados importantes ante grandes rivales en estos meses de trabajo y puso en aprietos a la Argentina misma en La Bombonera en la apertura de las eliminatorias.
Lionel Scaloni probablemente sólo reitere en el once a Lionel Andrés Messi, a Guido Rodríguez otra vez compartiendo mediocampo con Paredes y a Marcos Acuña que en un versus de actuaciones directo terminó imponiéndose en la banda izquierda sobre el ex Banfield e Independiente Nicolás Tagliafico.
La idea albiceleste está clara. Un equipo ordenado, sólido en defensa y con el as de espadas en tres cuartos de cancha. Trabajó en corregir a tiempo su gran dolor de cabeza: cerrar los partidos cuando la ventaja está en el tanteador pero no en la iniciativa. Imprescindible para la etapa que comienza, donde no cerrar un partido en tiempo puede costar toda la competición.
La selección del medio del mundo tiene una defensa áspera, aún desordenada pero no menos férrea. Entre Hincapié y Estupiñán, a la izquierda y entre Arboleda y Preciado, a la diestra, estarán los espacios, las debilidades a detectar para lo que parece ser una buena sociedad entre Messi y Alejandro Papu Gómez ocasionalmente o mismo Nicolás González, quien ha tenido el tiempo suficiente para recuperarse para volver al puesto que se ganó. Contrariamente a Sergio Agüero, Lautaro Martínez estuvo exactamente donde fue necesario y convirtió como buen goleador, algo que quizás le valga su inclusión en la primera plana del próximo sábado.
Buenas armas las de los reemplazos defensivos. Lisandro Martínez y Germán Pezzela son opciones ante la necesidad de nutrir la línea o de ingresar ante cualquier imprevisto por el ya indiscutible Cristian Cuti Romero que deberá plantarse ante el potente Enner Valencia y un ataque ecuatoriano que ha generado dolores de cabeza a sus marcadores.
Se perfila un 5 – 3 – 1 – 1 para el cartel de presentación, que en posición ofensiva puede ir al 3 – 5 – 2 o más inclusive según los espacios que se generen. Las transiciones alfaristas son dignas de atención, como también lo será el ímpetu de sus volantes para cortar el juego argentino. De Paul, Rodríguez y Paredes conteniendo pueden ser una respuesta, aunque ante Paraguay mostraron que pierde ritmo para convertirse en atacantes y terminan por partir al equipo si no hay un enlace además de Lionel.
La selección empieza la Copa ahora sí. La zona de grupos fue un pentagonal de prueba cual preludio de la revancha que busca la Argentina en tierras brasileñas. El difícil triunfo ante Colombia y el empate ante Ecuador “humanizaron” al scratch que ahora deberá ir por la desgastada selección chilena.
Empieza la Copa América. Hay con qué y se ha visto cómo. La selección, se para este sábado en el zaguán, a pocos pasos de las puertas de la gloria.
(*) Periodista. Conductor de Desde el Barrio. Sindical Federal.
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