Desde hace una década trabaja en la Secretaría de Extensión para articular el conocimiento académico con los saberes populares, impulsando proyectos de investigación-acción en conjunto con movimientos sociales del Conurbano bonaerense en la tentativa de resolver los agudos problemas de la desigualdad social y la injustica en los territorios populares. Es co-autor junto a Liliana Elsegood, Rodrigo Ávila Huidobro e Ignacio Garaño de Universidad, territorio y transformación social. Reflexiones en torno de procesos de aprendizaje en movimiento (2014), Ediciones Undav. Entrevista realizada en diciembre de 2020.
Ariel Weinman: Mientras nos secamos las lágrimas por los gases y los palos de la policía durante el funeral de Diego, seguimos conmovidos por el dolor acerca de una situación que no estamos entendiendo mucho lo que nos pasa. Para ayudarnos a pensar, lo convocamos a Facundo Harguinteguy. Muy buen día, gracias por atendernos.
Facundo Harguinteguy: La verdad hoy pensaba, si vamos a hablar de Diego, no sé si hubiera sido posible esta entrevista el jueves o el viernes mismo. La verdad hubiera costado bastante poder hablar sin demasiadas interrupciones, sin quebrarse y esas cosas. Creo que a los que nos gusta el fútbol y somos futboleros, y nos conocemos Ariel de nuestra pasión futbolera, pero también creo que quienes tenemos un sentir en lo popular, nos sentimos parte del pueblo y amamos a nuestro pueblo y estamos orgullosos de eso, lejos de aquellos que reniegan de la patria, del pueblo, más bien todo lo contrario, estos días estuvimos muy conmovidos con la muerte de Diego. Era raro, hubo algunos en esto de cierta corrección política, tenían que separar el jugador de la persona, y decían “con todas sus contradicciones…”. La verdad que uno está volviendo a vivir a Diego estos días, todos vimos videos, documentales y demás. La verdad que lo que uno ve ahí es un tipo con una coherencia enorme. Yo no sé cuántos de esos que ponen esos “peros”, reparos, que aclaran, que las contradicciones…sostienen una vida en lo político, en lo público que es lo único que nos importa, de tanta, de tanta, de tanta coherencia. Siempre hablamos de economía popular, y en ese sentido, el otro día veía un video de cuando él jugaba en el Nápoli, en donde le preguntaban -el video muestra unas imágenes de lo que hoy llamaríamos trabajadores de la economía popular- por quienes vendías en la calle gorros de Maradona, banderas de Maradona, banderines y camisetas con la imagen de Maradona, y le preguntaban qué le pasaba con eso, con todo ese negocio que había detrás de Diego. Y él decía, dice textuales palabras, “a mí me pone feliz que a la clase obrera le vaya bien, y la gente sale a ganarse la vida”. La gente sale a ganarse la vida, y algunos conceptos que usan hoy norteamericanos que están pensando este mismo campo de la economía popular que pensamos nosotros, y Diego decía “cómo me voy a enojar con ellos, me pone orgulloso que les sirva. A mí me molestan los otros, los multimillonarios, si éstos quieren hacer plata con Maradona, bueno que la ‘pongan’; pero la gente del pueblo a mí me pone contento. Si les sirve lo que hago para que les vaya bien, se las rebusquen y hagan plata, me parece perfecto”. Siempre tuvo todo bastante claro. Por eso el sentir del pueblo en estos días, por eso esa Plaza, por eso esas enormes manifestaciones de cariño, de gratitud, de tristeza y también de alegría de un héroe de nuestro tiempo, un héroe bien de nuestro tiempo, de las últimas décadas. Un héroe, un ídolo, un líder si se quiere de nuestro tiempo. Conversábamos la otra vez, quizás previo a la década del ’70, el pueblo se sintetizaba en su líder que era Juan Domingo Perón, pero estamos hablan de otra sociedad, una sociedad de pleno empleo; después de la dictadura militar, de la caída del Muro de Berlín, después que en nuestro país con los mismo símbolos de Perón y Evita se cometieron los peores atropellos a nuestro pueblo en la década del ’90, después de todo eso donde sólo quedaban, a veces, pequeñas grandes victorias, pequeñas grandes revanchas: ese gol a los ingleses no nos recuperan las Islas Malvinas, pero nos devuelve algo tan sencillo como la dignidad…
AW: Y el saber que somos o pretendemos una comunidad, que es lo que emergió en estos días, tocó algo, la muerte de Diego tocó los nervios más sensibles que ya estaban ahí y que irrumpió desde debajo de la tierra, a una velocidad infinita: reapareció la comunidad en este funeral popular prácticamente sin precedentes. Estamos viviendo muchas cosas inéditas en este tiempo, una de ellas, esto, que como decías vos, mostró en todas sus facetas una enorme coherencia. Algunos dicen “bueno, se equivocó en la vida”, pero yo diría “no se equivocó nunca”, y ha sido entendido de ese modo. Emergió con una fuerza inusitada y la comunidad se hizo pueblo en la calle durante un rato para despedir a uno de los más grandes.
FH: A mí me parece importante esto que hablabas de la comunidad: la comunidad no es algo que está dado ahí, que es natural o que es una esencia. Esa visión se la demos a los fascismos. La comunidad es algo que se construye, me parece, que se construye en una acción concreta. Así como hemos conversado con vos en el año 2017, cuando el pueblo resistía la reforma previsional (de Mauricio Macri), y decíamos, “ahí se construyó una comunidad, más allá de la derrota, ahí se construyó una comunidad. El otro día lo mismo, y Maradona expresa esa coherencia: siempre estuvo parado del lado del pueblo. Eso no quiere decir que no se equivocó, eso no es un juicio moral, de si es bueno o es malo solamente. Me parece que trasciende eso, los que estaban el otro día en la calle, para no simplificar, como vi en algunos programas de televisión, en una grietita política para ver a quién votó cada uno. Me parece que Maradona está mucho más allá de eso, no importa a ver…Maradona es de los que están parados del lado del pueblo, y todos los que amaron a Maradona son los que aman al pueblo, son los que son parte de ese pueblo. Y Maradona expresa eso, expresa…, si hay una grieta quedó clara el otro día cuál es la grieta: el pueblo y el antipueblo. Me parece que Maradona expresaba un poco eso y que es muy grande esa comunidad que está del lado del pueblo, haga lo que haga, diga lo que diga, vote a quien vote, no importa eso. Maradona está parado del lado de los que trabajan, del lado de los que realmente trabajan, los que trabajan de verdad: los que salen a cartonear, los que cosechan la verdura que nosotros comemos, los que limpian la calle, los que si no recogieran la basura estaríamos tapados de mierda hasta el cuello. Los que realmente trabajan, los que viven de su trabajo, tengan trabajo asalariado o no, esos estaban con Maradona. Los otros no, y fue muy divertido ver las distintas ocurrencias en las redes sociales, por ejemplo, con lo que fue en Nordelta con el equipo de Los Pumas. Eso habla muy bien del fenómeno, me parece que habla muy bien del fenómeno, sobre todo lo que representa para este país la elite de ese deporte. Y otra cosa que a mí me pareció muy impresionante -porque lo venimos hablando cada vez que charlamos, todavía estamos en pandemia, todavía estamos en una situación sanitaria muy compleja, afortunadamente, hay un descenso de los casos de contagio de la enfermedad, estamos nosotros y el mundo sigue en una situación así-, ahora también lo que pone de manifiesto todo el acontecimiento de lo que es Maradona, es que no hay amor sin el cuerpo. Los pobres y los humildes expresan, los de abajo, las clases populares lo viene expresando todos estos años, estos meses con las ollas populares, con la asistencia y el cuidado cotidiano a los que más necesitan, vienen poniendo el cuerpo, vienen demostrando lo esencial del trabajo que realizan, pero también todo el amor a los que sufren. Y lo mismo se expresó el otro día, no había otra manera, no se podía hacer un funeral por zoom, el sistema no está preparado para el verdadero amor, y me parece que eso también quedó expresado. Y hubo incluso un anticipo de todo eso, lo que fue la manifestación del 17 de noviembre, del 17 de octubre también, pero eso fue creciendo en la necesidad de que el pueblo exprese de la única forma que se es contundente, con el cuerpo, y me aparece que esta vez fue para expresar el profundo amor que siente con aquellos que no lo traicionan.
AW: No hay acontecimiento al interior del sistema de comunicación, allí no hay algo que mueva y reconfigure un estado de cosas. Se hace en la plaza pública y cuando el pueblo irrumpe de esta manera y se hace pueblo en el acontecimiento es aluvional, no es bajo las formas de la corrección política, ordenados en fila y llevando carteles pulcramente pintados, al contrario, ponen en cuestión las formas del orden que existía. Un aluvión de cuerpos acomunados. ¿Qué pretendían? Hay imágenes del acontecimiento, pero no imágenes fotográficas, imágenes que constituyen a los cuerpos: volvimos a poner “las patas en la fuente” ya no para liberar a un coronel detenido, sino para hacer un dolor, un dolor colectivo, un dolor comunitario, en este funeral que todavía no ha concluido, y no sabemos cuándo. El dolor pasa de cuerpo en cuerpo. También creo no podemos pasar por inadvertido que desde el Estado quisieron organizar este funeral y las cosas la verdad que no trascurrieron para nada bien.
FH: No, no, para nada bien, la verdad que fue un bochorno, un bochorno absoluto. Creo que hay varias cosas para pensar. Obviamente está claro que debemos hacer un repudio enérgico a algo que ya sabemos, que es a Rodríguez Larreta, a Santilli, la Policía de la Ciudad, me parece que no podemos esperar otra cosa. Hicieron lo que saben hacer, hicieron para lo que están preparados: reprimir cualquier manifestación popular que les incomode. Porque esto les incomodaba también, porque Maradona no es de ellos, y claramente Maradona no es de ellos, no defiende los intereses que ellos defienden. Entonces, por supuesto que iban a reprimir. Visto del lado de ellos, estaba bien, hacen lo único que saben hacer y lo único que podían hacer frente a una manifestación popular absolutamente multitudinaria, masiva, que les es esquiva. Pero también me parece que hay distintas responsabilidades que tienen que ver con el gobierno nacional. Después podemos discutir si fue porque negociaron o no negociaron con la familia de Diego, o cuántas horas o menos horas para el velatorio. Me parece que es toda una discusión. A mí lo que me parece, lo que más me preocupa, algo que también sabemos, que no nos engañamos, es el profundo desconocimiento de cierto sector de la clase política de su pueblo. Porque si cualquiera, cuando nos enteramos después del mediodía del miércoles 24 lo que había sucedido, el que está parado más o menos de un lado, sabía cómo iba a ser la situación, sabía que iba a desbordar cualquier convocatoria. Que todo lo que podamos prever iba a ser chico. Porque nos encontramos ahí, nos encontramos pensando: “¿y ahora qué hacemos? ¿Y ahora a dónde vamos? ¿Y ahora dónde nos vamos a manifestar? ¡Y ahora con quién nos vamos a encontrar? ¿Y dónde lo van a velar?”. Era obvio que eso iba a pasar así. Lo leí en la nota de ayer de Horacio Verbitsky, aparecen algunas cosas muy interesantes, pero cosas que ya sabíamos. Hay una clase política quizás muy habituada al manejo del twitt, y muy poco y menos habituada al manejo de la calle: mucho conocimiento, mucha audacia y experticia para manejar los 140 caracteres de twitter, muy poco para moverse en la calle. Sobre todo, como vos decías antes, era una manifestación absolutamente multitudinaria que venía del “subsuelo de la patria”, y que ni siquiera uno podía comparar con algunas manifestaciones políticas muy grandes que podemos organizar y que tenemos la capacidad, nuestro pueblo, el campo nacional y popular tiene la capacidad de organizar. Porque además de todo ese eso, de todo ese campo, estaban un montón de compatriotas de ese “subsuelo”, que no necesariamente están organizados y que las organizaciones populares llegamos a organizar. Entonces eso necesitaba otro respeto, me parece, necesita un respeto mayor. Creo que a veces pone de manifiesto que no sabemos hasta dónde, por lo menos cierto sector de la clase política en general es merecedor de este pueblo y de los íconos de este pueblo. A mí como a muchos nos dejó muy dolidos esta situación porque me pareció absolutamente atinada la decisión de que el velatorio sea en la Casa Rosada. Me parece que era el lugar indicado para hacerlo. Bueno, lamentablemente eso tuvo unos groseros errores que habrá que revisar. La verdad esto tiene un costo siempre, un costo por lo que pasó, pero siempre se está a tiempo, pero me parece que hay que poner un poquito más…, agacharse, poner el oído en el suelo y ver cómo viene galopando el pueblo. Y eso no se los va a revelar twitter, no se lo va a revelar C5N. Hay que poner la oreja en el suelo y qué es lo que está sucediendo, qué es lo que se está sintiendo. Me parece que todo esto se combinaba después de unos meses durísimos, de mucho dolor, de mucho sufrimiento. Esto era una fiesta popular, porque en la fiesta popular no sólo se llora, se llora y también se baila, se canta, se abraza. También hay una felicidad del encuentro, encontrarse con otros y descubrirse en una comunidad tan grande.
AW: Comparto lo que decís. Ahora estamos asistiendo a que este fenómeno que se salió de cauce de un orden, de una serie, que produjo lo imposible, lo imprevisible, lo inusitado, aunque fuera por un rato, pues siempre la presencia de cuerpos son vistos como “negros”, derivó en una bifurcación: por un lado, el sistema de comunicación trata de capturar, trata que las aguas vuelvan a encauzarse nuevamente, que el río popular se vuelva a encauzar y, por otro lado, ya a escala global, que el significante Diego se transforma en un emblema de luchas populares. Vos me mostrabas el video de los manifestantes obreros en París que reclamaban mejoras de sus salarios, llevaban en primera línea donde se enfrentaban con la policía la bandera con la imagen de Maradona.
FH: Sí, y realmente creo que muchos de nosotros y los que estaban en la Plaza sabíamos que esto iba a pasar. Sabemos que la leyenda y el mito van a ser cada vez más grande. Cada día va a ser más grande. Ver esas imágenes el otro día de todo el mundo, no sé si nos sorprende, nos emociona, nos interpela, pero esto es el comienzo, me parece. Ahora sí va a haber una disputa. A veces uno hace el ejercicio de ir pasando y ver dónde está puesto el foco en los distintos medios de comunicación y demás. Los primeros días era difícil, les dimos argumentos con esa mala organización para hablar de otra cosa, pero ahora en qué nos quieren meter: en ese gran culebrón de quién tiene la responsabilidad por la muerte de Diego, la responsabilidad sobre su salud, la responsabilidad sobre la familia, Me parece que tenemos que corrernos de todo eso y la disputa no se va a dar en los medios de comunicación. No se va a dar porque nosotros le peguemos un archivo donde Maradona habló mal de Macri y ellos nos peguen otro archivo. No se va a dar ahí, la disputa se va a dar en la calle, la tenemos que dar en la calle con los miles de murales, de santuarios que seguramente va a haber, los planifiquemos o no lo planifiquemos. Me parece que la disputa se va a dar ahí y que alguien tan reconocido a nivel popular, por los oprimidos del mundo, porque hemos visto murales en Siria, en medio de un derrumbe por la guerra en ese país, hemos visto la manifestación en Francia, vemos a los napolitanos, los sectores más olvidados de Italia y de Europa, vemos las manifestaciones acá llenas de pueblo. Me parece que lo único que tenemos que hacer es no intentar ponerle al fenómeno ningún manto de corrección política ni tratar de reducirlo y acotarlo, sino que en todo caso, encausar todo ese amor, ese cariño, esa comunidad en función del único poder que tenemos que es la movilización y la posibilidad de construir comunidad. En esta etapa tan compleja del mundo y tan compleja de nuestro país, esto podría ser el inicio de algo nuevo si lo manejamos mejor que el velatorio.
AW: Seguramente. Si hay algo que pudo evidenciarse por estas horas es que volvió la comunidad, algo alrededor del cual habrá que tener en cuenta. Te agradecemos esta charla.
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