El jueves 12, en la ciudad de Capilla del Monte asumió el nuevo Intendente Fabricio Díaz, quien encabezó la boleta de Unión Por Córdoba que se impuso en el pasado mes de abril con el 36% de los votos en las elecciones municipales y, de esta manera, suspendió el dislate de ocho años de gobiernos liberales y conservadores que castigaron a las clases populares capillenses y quebraron las cuentas del Municipio. Luego de seis meses de un interinato, “la verdad que pocas veces habíamos visto el Cine Teatro “Muiño” de la ciudad repleto de gente”, informó para Radio Gráfica, Federico Fumiato, ex candidato a intendente del espacio político “Vamos Capilla”, concejal electo del Partido Solidario y periodista de la FM local Una Radio, Muchas Voces.
En diálogo con Panorama Federal, Fumiato aseguró que este cambio de gobierno “marca un poco la necesidad de respirar otro aire que es lo que nos pasó a todos a lo largo y ancho del país”. Sin embargo, el periodista resaltó que “en los últimos dos años, la Ciudad ha tenido cuatro intendentes”, como resultado de una crisis institucional originada en la fractura política entre el intendente de ese momento Gustavo Sez -hijo del recordado Diego Sez, no por ser el titular de la empresa funeraria del pueblo, sino por haber sido el Intendente de Capilla del Monte durante la última dictadura- y su partido, la Unión Cívica Radical, quien desde hace décadas se caracteriza por expresar a la radicalidad conservadora, aliada y empleada de todos los poderosos de este país.
El concejal relató que “en julio nos proclaman luego de la renuncia del intendente Gabriel Buffoni”, electo después de la renuncia de Sez, y continuó “el Juez de Paz, y la Junta Electoral decide proclamarnos porque no sabían cómo se iba a resolver la crisis. Pero una de las posibilidades era adelantar la asunción del intendente electo, Fabricio Díaz por el peronismo luego de haber dejado Cambiemos”, prevista para diciembre de 2019.
Finalmente, la situación fue resuelta con la elección provisional, por parte de sus pares del Concejo Deliberante, del concejal y candidato a Intendente por Compromiso Federal en las elecciones de abril, Marcelo Rodríguez. “Pero a lo largo del tiempo iba creciendo la preocupación porque no se sabía cómo iba a ser el traspaso institucional, debido a que algunos concejales no fueron a la proclamación” de sus cargos, evidenció el corresponsal.
A su vez, Fumiato explicó que como “el Intendente interino también era concejal y se le terminaba su mandato, entramos en un ‘rulo’ institucional difícil”.
A partir del 27 de noviembre se venció el plazo de los concejales de Capilla del Monte, “y como dice la ley, en cualquier contexto, la duración de los mandatos es de cuatro años exactos, en fecha, hora y día”, y agregó que “hubo un error administrativo en el acta de la Junta Electoral, donde se indicó que el 12 de diciembre asumían las nuevas autoridades e incluyó a los miembros del Concejo Deliberante que siempre asume el 27 de noviembre”.
Este contexto llevó a que en la Ciudad hubieran “durante 10 días dos concejos deliberantes y dos intendentes”, subrayó.
A partir de la asunción de Fabricio Díaz hay mucha esperanza de que este nuevo camino esté marcado por la igualdad y la solidaridad de la comunidad. Fumiato advirtió que “la expectativa va a depender de las acciones que se realicen, pero al Intendente lo acompaña en la gestión gente nueva, por ejemplo, la presidenta la Cooperativa VIARABA asumió como Directora de Promoción de la Economía Social” de la Municipalidad.
“Le venimos a dar un mensaje, no sólo a los capillenses, sino a toda la clase política de la provincia de Córdoba con la que nos venimos vinculando”, expresó el concejal de “Vamos Capilla”, y destacó que “hay muchos jóvenes, periodistas, comunicadores y cooperativistas, y es importante recalcar que la política puede ser otra cosa. En este caso, defendiendo al estado de derecho”.
“Nosotros tenemos un fuerte vínculo con la protección del ambiente, lo que estamos peleando es por otro tipo de relación del humano con la naturaleza”, resaltó el cronista, en una ciudad que ha resistido la quema de la basura, la degradación de las fuentes naturales de agua, y los proyectos de minería “a cielo abierto” como el de Ongamira, a 17 kilómetros al norte del centro de Capilla del Monte, y soportó incendios en los cerros que aniquiló buena parte de la flora nativa, y añadió que “esto implica una nueva unión entre cultura y esta neo-ruralidad, que somos aquellos que hemos intentado dar vuelta la rueda del ciclo del campo a la ciudad. para empezar a hacer esta nueva cultura”.
Por último, Fumiato reflexionó sobre la nueva relación que se pretende forjar a partir de la economía popular, pues “viene a resolver los problemas ambientales que nos aquejan diariamente: los problemas del agua, la basura, la contaminación de los mares, la extinción de las especies, el glifosato y la deforestación tienen resolución en las cooperativas”.
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