Es el sexto día de protestas en Chile y la feroz represión desatada por el gobierno de Sebastián Piñera ya dejó un saldo de 22 muertos, decenas de heridos, y más de 2600 detenidos. El estallido social que se disparó tras el aumento en las tarifas del transporte, dejó en evidencia la profunda desigualdad que genera el modelo neoliberal chileno. Piñera, presionado por las incesantes movilizaciones y la magnitud del conflicto, pidió perdón (sin levantar el estado de excepción ni retirar al ejército de las calles) y anunció una serie de medidas para aliviar el descontento social.
Consultada en Radio Gráfica, Pía Argagnon, socióloga, comunicadora y militante de Convergencia Social, fue categórica al expresar que en el país trasandino “no estamos en guerra, pero si hay una violación muy grave a los derechos humanos, dirigido por un gobierno que impuso el estado de emergencia y está reprimiendo un legítimo estallido social”. También señaló que “lo que sucede en Chile es una olla a presión que no se gestó ayer o hace un mes”.
Ya son 22 las víctimas fatales de la represión y la militante de Convergencia Social, en comunicación con Lautaro Fernández Elem y Leila Bitar, informó que no hay claridad respecto de la cantidad de personas heridas de gravedad: “los conteos difieren en torno al número de hospitalizados que están en riesgo vital”. Los reportes oficiales hablan de 32 heridos ingresados en hospitales, pero el Instituto Nacional de Derechos Humanos (organismo estatal y autónomo) contabilizó más de 50, de los cuales 10 están en grave estado.
“No estamos en guerra, pero si hay una violación muy grave a los derechos humanos, dirigido por un gobierno que impuso el estado de emergencia y está reprimiendo un legítimo estallido social”
Por otra parte Juan Pablo Sanhueza, encargado internacional del Partido Comunes, integrante del Frente Amplio chileno, en diálogo con Lucas Molinari por Punto de Partida, habló sobre las disculpas del presidente y las medidas anunciadas ayer: “La actitud de Piñera fue muy parecida a la de Macri, esa culpa cristiana de último momento no tiene sentido, porque no buscamos que se disculpe, necesitamos un nuevo pacto social” y agregó: “revento un modelo de 30 años que ya no daba para más”.
Fueron y son los jóvenes quienes están a la vanguardia de las protestas contra un modelo que, si bien fue ejemplo dentro de la retórica neoliberal por permitir ciertos grados de crecimiento económico, también profundizó la desigualdad, tendió a mercantilizar los derechos a la salud, la educación y la previsión social, y amplió groseramente la brecha entre los que más y menos tienen. “Los jóvenes se hicieron carne de la injusticia que significaba para las familias chilenas afrontar éste aumento en el transporte, que implica más del 20% del presupuesto para quien vive con un salario básico”, expresó Argagnon. En la misma sintonía, Sanhueza denunció: “el sueldo parlamentario es 33 veces el sueldo minímo en Chile, y tres veces lo que cobra un legislador argentino”.
“Reventó un modelo de 30 años que ya no daba para más”
Entre las demandas que movilizan a la sociedad chilena se encuentran: la eliminación del sistema privado de la previsión social (AFP, equivalentes a las AFJP en Argentina), el aumento en el porcentaje de gratuidad de la educación, y el llamado a una Asamblea Constituyente para reformar la constitución de Pinochet. Los trabajadores organizados, por otra parte piden reducción de la jornada laboral a 40 hs semanales, y aumento de salarios. “Es un estado que ignora a la ciudadanía y no garantiza derechos ni cubre prestaciones hacia quienes más lo necesitan, en particular el segundo mandato de Sebastián Piñera ha profundizado la privatización de los servicios” indicó la comunicadora.
“Es un estado que ignora a la ciudadanía y no garantiza derechos”
Las organizaciones políticas y sociales insisten en resolver el conflicto a través del diálogo, y exigen para ello, que se levante de manera inmediata el estado de excepción: “No vamos a negociar con los militares en la calle a punta de cañón”, afirmó la referente chilena, y agregó: “Se está llamando a un paro general para este miércoles y jueves, también se pide la renuncia del presidente y la constitución de una asamblea constituyente junto a acciones de organización barrial y local a lo largo y ancho del país”.
Argagnon también denunció un “autogolpe por parte de Piñera”, que “ha demostrado su incapacidad de gobernar. El vandalismo han sido posible gracias al ‘dejar hacer’ de su gestión, cosa muy peligrosa, porque la ciudadanía denuncia que fue la propia policía que ha generado barricadas y quema de supermercados”. Finalmente resaltó que el presidente “ayer con mucha fanfarria dijo que iba a llamar a un espacio de diálogo a distintas organizaciones y partidos, y excluyó a partidos institucionales que son parte del parlamento”, entre ellos al Frente Amplio, que reúne al Partido Humanista, Revolución Democrática, Convergencia Social y el Partido Comunes; “Hubo una selección de partidos afines a su gestión” denunció.
“No vamos a negociar con los militares en la calle a punta de cañón”
A pesar de los anuncios del oficialismo, que incluyen un aumento de las pensiones y del aporte estatal al fondo previsional; la cancelación de los aumentos previstos para las tarifas eléctricas, la reducción del salario de los congresistas, entre otras medidas, los y las chilenas seguirán adelante con las movilizaciones.
El referente del Partido Comunes informó que éste miércoles 23 y jueves 24 de octubre, saldrán a las calles a pesar de las prohibiciones gubernamentales: “hay un pueblo que tomó conciencia de sus derechos y su fuerza, y debemos articularnos para impulsar un nuevo pacto social”, concluyó.
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