Gervasio Muñoz es titular de Inquilinos Agrupados, una Asociación Civil sin fines de lucro que busca representar los intereses del sector, defenderlos y ampliarlos. Visitó el estudio Patrick Rice de Radio Gráfica y planteó las dificultades que atraviesan quienes alquilan en la Ciudad de Buenos Aires, una fracción atomizada en cuanto a organización pero cada vez más amplia en cantidad, que se encuentra en franca desventaja ante el mercado inmobiliario y sus adalides de la política. “Nuestro objetivo fundamental es generar conciencia de que la solución del acceso a la vivienda tiene que ser colectiva y no individual”, sostuvo.
Muñoz revisó cómo se llegó a la situación actual en la que cada vez hay más personas que alquilan y menos propietarias. Dijo que a partir de 2006 hubo una explosión desregulada de la construcción en las ciudades, cuya propiedad terminó en pocas manos, generando lo que definió como “ciudades inquilinas”.
En diálogo con el programa Feas Sucias y Malas, destacó que no piensa que el hecho de que haya un 10 por ciento de viviendas ociosas sea hoy el problema de la vivienda en la ciudad porteña. El problema es que haya “cientos de familias viviendo en las calles, hoteles hacinados”. “Hay que regular el mercado inmobiliario”, sumó.
“Hay que tener una conciencia más pública acerca de la vivienda. No puede estar la propiedad privada antes que los derechos”
“A nivel nacional estamos impulsando una Ley de alquileres para regular el precio del alquiler, que incluya la extensión del plazo mínimo del contrato de locación de 2 a 5 años, negociaciones anticipadas para la renovación de los contratos, discriminación del pago de expensas”, contó en conversación con Valeria Rodríguez y Paloma Garrido.
Pero también explicó que “más allá de la Ley, hay que organizarse y repensar cuál es la función de la propiedad en la sociedad”. En este sentido, afirmó: “Ni la dictadura, ni el menemismo, ni el macrismo pudieron instalar en la sociedad que la educación y la salud tengan que ser privadas, y esto fue gracias a las organizaciones de esos sectores. Pero con la vivienda sí nos han ganado: en la Argentina casi toda la población piensa que la única forma de vivir dignamente es comprándose una casa, no piensa que el Estado tenga que intervenir para que una persona no tenga 100 viviendas, o para que un dos ambientes no valga 6 millones de pesos, o para que las propiedades no estén atadas a una moneda extranjera”. Tanto es así que, según él, hoy las inmobiliarias cumplen el rol que el Estado abandonó y regulan el mercado inmobiliario con sus propias reglas, arbitrarias y excluyentes.
Ante la devaluación que deprecia salarios en pesos respecto de precios de alquileres de propiedades dolarizadas, contó que desde Inquilinos Agrupados se reunieron con Iván Kerr, secretario de Vivienda de la Nación, y con Juan Ignacio Maqueira, presidente del Instituto de Vivienda de la Ciudad, para plantear la necesidad de suspender los desalojos y congelar los precios de los alquileres hasta diciembre, y que se envíe la Ley de Alquileres al Congreso para su votación. Pero manifestó no tener expectativas al respecto ya que “ellos son el mercado inmobiliario”.
La desdolarización de la propiedad es un paso primordial para alquilar de forma justa y para el acceso a la vivienda, manifestó Muñoz, y sostuvo que el control de cambios, la regulacion de precios y la extensión de los plazos del contrato alquiler son medidas que pueden favorecer ese objetivo, ya que le quitarían su carácter de negocio con rentabilidad en dólares a la vivienda.
“La única forma de acceder a una vivienda no debe ser pagando, si eso fuera así estaríamos justificando lo mismo para la salud y la educación. Hay que tener una conciencia más pública acerca de la vivienda. No puede estar la propiedad privada antes que los derechos”, argumentó y sumó que el problema de la vivienda debe ser una discusión de las trabajadoras y los trabajadores, que debería incluirse en las discusiones paritarias.
PG/GF/RG
Discusión acerca de esta noticia