En el marco de la pandemia mundial y del difícil contexto que vive Argentina, hay un sector de la población que está completamente invisibilizado. Las personas privadas de su libertad se encuentran desde hace años en un contexto de hacinamiento, el cual genera grande complicaciones en esta emergencia sanitaria.
Azucena Racosta, integrante de la Asociación Civil La Cantora, Radio La Cantora, quien también trabaja con personas privadas de su libertad y es secretaria académica de la maestría en comunicación y criminología mediática de la Universidad de La Plata, fue entrevistada en Radio Gráfica sobre el tema.
Frente a la noticia de que los presos alojados en cárceles del Servicio Penitenciario Bonaerense implementarán un sistema de autocontrol de la temperatura corporal, en el marco de las tareas de prevención para mitigar la propagación del coronavirus, Racosta advirtió: “Espero que hayan llegado los termómetros que hemos reclamado en los inicios de la pandemia. Al menos un termómetro por pabellón, porque no hay modo que una población de casi 52 mil personas encerradas puedan controlar la temperatura”.
“Espero que hayan llegado los termómetros que hemos reclamado en los inicios de la pandemia”
Y agregó: “La situación carcelaria es caótica y crítica en todo el país. La pandemia en estos lugares se ha controlado con represión directamente. En Santa Fe ya hay 5 muertos víctimas de represión”.
En sintonía, la integrante de Radio La Cantora expresó que “hablar de la pandemia en el contexto de encierro es hasta casi irrisorio y fatal porque en provincia de Buenos Aires tiene el 110% de superpoblación carcelaria”. Y remarcó: “Las plazas de Provincia son 24500 y hay 52 mil personas alojadas. Es casi una falta de respeto que decir que tenemos que prevenirnos del coronavirus teniendo un metro o un metro y medio entre persona y persona, en los contextos de encierro están apilados”.
La sobrepoblación y el mal estado de las cárceles implica una exposición para los grupos de riesgo que, en el caso de que contrajeran la enfermedad, verían agravado severamente su cuadro. “Desde el colectivo de La Pandora presentamos un habeas corpus colectivo y correctivos pidiendo medidas contundentes. Los jueces tienen que sentarse y empezar a aplicar la ley, cosa que hace mucho tiempo en este país no ocurre. Tienen detenidas a miles de personas que están bajo prisión preventiva, están guardados ‘por las dudas’. Pero nadie ha dicho que son culpables y se les ha violado el principio de inocencia”, manifestó.
“Los jueces deberían sentarse y aplicar la ley, cosa que hace mucho tiempo en este país no ocurre”
“Tenemos encerradas, gente apilada, en el marco de una pandemia que tiene un exceso de prisión preventiva solamente porque los jueces sospechan que se pueden profugar”, señaló la integrante de Radio La Cantora. Y denunció: “¿A dónde se van a prófugar y si la gente que esta presa son los pobres y no tienen ni siquiera para el colectivo? Para vivir clandestinamente necesitamos mucho dinero. Acá hay un sector social que son los excluidos que uno de los lugares que tiene preparado el estado y el sistema para ellos es la cárcel”.
¿A dónde se van a prófugar y si la gente que esta presa son los pobres y no tienen ni siquiera para el colectivo? Para vivir clandestinamente necesitamos mucho dinero”
En comunicación con Abramos la Boca, Racosta afirmó que el sistema penal “es inhumano” y que “hay que otorgar las libertades condicionales que correspondan y resolver el problema de la prisión preventiva, aplicando el principio de inocencia”. “No estamos pidiendo excepciones”, declaró.
“Pedimos que los jueces cumplan con la ley, que es lo que deberían haber hecho siempre. Con eso calculamos entre 10 y 15 mil personas en la calle, pero no porque se nos ocurre sino porque corresponde”, afirmó Racosta. Y aseguró: “Tenemos encarceladas a miles de personas que corre riesgo, no solo las personas privadas de libertad sino la sociedad porque en las cárceles entra y sale gente. Están los penitenciarios, los trabajadores de ahí, los profesionales. Ahora se cortaron las visitas pero ¿hasta cuándo?”.
“Tenemos encarceladas a miles de personas que corre riesgo no solo las personas privadas de libertad sino la sociedad porque en las cárceles entra y sale gente”
Respecto a las acciones que vienen llevando adelante para que se cumplan los derechos de las personas privadas desde su libertad, Racosta afirmó: “Puedo hablarte de los miles de habeas corpus que se han presentados en estos 10 a15 días, y solo en un mínimo porcentaje los jueces le otorgan los derechos que les corresponden a las personas, y no dan ningún tipo de explicación. Tenemos un problema grave con el Poder Judicial como también un problema grave de alimentación en las cárceles. Las personas privadas de su libertad comen gracias a sus familiares que le llevan comida, porque tenemos mafias que manejan los contextos de encierros y que roban absolutamente todo”.
“La cárcel no es un lugar donde van a reflexionar sobre lo que hicieron que cometieron, sino que tienen un nivel de corrupción enorme. Las personas están sin alimentación suficiente y con falta de asistencia sanitaria y médica, sin controles. Eso habla de la sociedad que tenemos”, comentó Racosta.
“Las personas están sin alimentación suficiente y con falta de asistencia sanitaria y médica, sin controles. Eso habla de la sociedad que tenemos”
Por otro lado, la entrevistada hizo referencia al incumplimiento de las medidas básicas que se dan en este contexto: “Estamos alarmadísimos por el coronavirus pero nosotros, los que militamos en contexto de encierro y conocemos el infierno, estamos alarmamos desde antes de la pandemia”. Y añadió: “La sobrepoblación viene desde mucho antes. La Reforma de la Ley de Ejecución Penal, la Ley Blumberg, que son claramente inconstitucionales, las han votado en el Congreso. En gobiernos democráticos han provocado esta superpoblación. La sociedad debe reflexionar para quienes son los derechos humanos, si son para todos o son para un sector social porque los pobres que están en las cárceles no gozan de esos derechos humanos que nosotros peleamos”.
Finalmente, Azucena Racosta informó sobre la utilización del celular en las cárceles para garantizarles a las personas privadas de su libertad el derecho a la comunicación con sus familiares. “Hubo un fallo que propició esa posibilidad. Se le quitó un negocio al Servicio Penitenciario en realidad, porque los teléfonos ya estaban. Ahora podrán apliarse la cantidad de teléfonos, blanqueados. Esperemos que este derecho a la comunicación continúe después de la pandemia”.
“Esperemos que el derecho de la comunicación este después de la pandemia”
“Los teléfonos respetan el derecho a la comunicación de las personas privadas de la libertad porque tienen privada su libertad ambulatoria. Si vos comunicas bien lo que pasa dentro de las carceles, los celulares terminan siendo peligrosos para los mafiosos que manejan los contextos de encierro, y para que la sociedad vea finalmente en qué condiciones viven las personas privadas de libertad”, concluyó Racosta.
CC/EC/GF/RG
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