Por Carlos Aira
Recordar al General Perón a 50 años de su fallecimiento no es tan solo significar al peronismo, también es analizar el estado de situación actual. Analizar al deporte peronista es analizar un compartimento que no es estanco. El deporte es un conjunto de derechos que todos los argentinos disfrutamos, pero hay una realidad: desde 1946, con la asunción de Juan Domingo Perón, el deporte se convirtió en una cuestión de Estado.
Aquel primer peronismo comprendió que el deporte no es un compartimento estanco. En el peronismo es esencial la práctica deportiva. Esto, que es muy difícil de comprender para muchos compañeros quienes circunscriben a la doctrina peronista del deporte como una página antigua donde ingresan los Juegos Evita. No, no es así. Es mucho más profundo. Tal vez, ver aquella historia es una matriz para guiar nuestro camino futuro.
El periodista y escritor Osvaldo Jara es autor de varios libros fundamentales para comprender las políticas deportivas en nuestro país. Uno de ellos es Peronismo y Deporte. En Abrí la Cancha, Jara expresó “Si no se comprende la histórica matriz peronista del deporte nunca comprenderemos el daño que le estamos ocasionando a la Nación“.
“Es importante recalcar que la historia es la política del pasado, como nos enseñó Norberto Galasso. La historia nos tiene que servir para entender los tiempos actuales. No es necesario retrotraer las cosas a aquella época, pero si mantener el espíritu de aquellos días y brindarle un rol protagónico a los actores que lo tuvieron en aquel gobierno justicialista 1946-55. Si logramos eso, logramos lo mas importante que era , como decía el General Perón, que un tercio de los argentinos practiquen deporte. Hoy, estaríamos hablando de 15 millones de argentinos ocupando un espacio deportivo“, señaló Jara.
¿Por qué caló tan profundo en nuestra nación las políticas peronistas del deporte? Osvaldo Jara tiene una respuesta: “Hasta 1946 hubo medidas gubernamentales de apoyo al deporte, pero el peronismo hizo del deporte una política de Estado. Con el peronismo, el deporte se convirtió en un derecho transformador. El deporte tuvo un protagonismo central, el mismo que tuvo la clase trabajadora a partir de 1945. La educación física comenzó a ser obligatoria en los colegios. El movimiento tuvo tres grandes esferas: la juventud escolarizada, la juventud desescolarizada y el deporte federado. Como hubo una porción de jóvenes que no eran alcanzados por la institución escolar ya que solo la primaria era obligatoria, la Fundación Eva Perón desarrolló los Campeonatos Juveniles Evita que incluyó a un montón de jóvenes al deporte organizado. También se sumaron niñas al Evita, algo revolucionario para la época. Pensar que la única relación del deporte y la mujer fue el voto femenino es un gravísimo error. En el deporte peronista el rol de la mujer fue protagónico y revolucionario”.
Los Juegos Evita quedaron en el recuerdo y siguen, con vaivenes, hasta el día de hoy. Un eje para analizar es la lógica inter-ministerial de los Evita. No solo deporte, sino también salud y educación. Por eso, los Juegos Evita se emparentan, directamente, con la figura del Dr. Ramón Carrillo, primer ministro de Salud de la Nación. “Los Evita fueron el deporte pensado como una gran Nación”, analizó Jara en Abrí la Cancha. “Todos los chicos tenían su análisis en hospitales públicos donde recibían una libreta donde se especificaba como era su salud. Como decía Ramón Carrilo: más importante que formar campeones es formar hombres y mujeres sanos y fuertes”.
La clave de los Juegos fue su planificación dentro de una organización libre del pueblo. Esa es la cuestión central. Existe una gran falencia en el mundo de las ideas y es que no existe una definición de política deportiva. Desde el peronismo, el Estado no es nada sin la participación de las organizaciones libres del pueblo. Las políticas públicas relacionadas al deporte deben tener la organización de estas organizaciones, y el mejor ejemplo, fueron estos Juegos Evita. Por eso es vital reivindicar que toda política deportiva debe ir de la mano de las Organizaciones Libres del Pueblo.
“Hoy, en materia deportiva, tenemos la comunidad, la organización y las leyes deportivas. Nos falta la voluntad política. Tal vez, porque muchos dirigentes no tienen en claro las políticas peronistas del deporte”, expresó el periodista Osvaldo Jara.
El peronismo comprendió la cultura física en tres puntos: deporte, actividad física y recreación. La idea de la cultura física como un derecho fue un eje cultura transformador al tiempo que la clase trabajadora fue un actor protagónico de aquellos días.
Otro de los puntos notables de la cultura deportiva del deporte peronista fue la erradicación del potrero. En una entrevista realizada a Juan Perón en los años 70s, el veterano líder justicialista afirmó que “los potreros son escuelas de delincuencia. Lugares donde los chicos no debían estar y por eso existían los clubes“.
Víctor Lupo, en su libro Historia Política del Deporte Argentino, publicó: “Es insensato decir que el auge deportivo argentino comenzó con el Justicialismo. Si es verificable que en el marco de dignificación que se expermientó entre 1943 y 1955, muchísimos argentinos ejercieron el derecho al deporte y sus mejores exponentes recibieron un apoyo que les permitió maximizar su talento”.
Consultado por Radio Gráfica, Lupo analizó la organización del deporte peronista a través de las organizaciones libres del pueblo: “El deporte estaba en manos de la Fundación Eva Perón y los campeonatos infantiles y juveniles; la CGT con el Campeonato de los trabajadores; el Comité Olímpico Interuniversitario que organizaba las Olimpíadas universitarias, el ministerio de Educación con sus Campeonatos interescolares; la Confederación Argentina de Deportes – esa gran institución- que englobaba a las Federaciones nacionales; la Federación de Clubes Sociales Deportivos y Amateurs, donde participaban los clubes de barrio y los Ateneos Eva Perón, para la promoción del deporte y la mujer. En esa estructura vemos la potencia del deporte peronista“.
“El peronismo inventó la planificación deportiva y la cultura física como política de Estado y se modificó, para siempre, la concepción del deporte. Cuando en 1955 derrocaron a Perón se intentó revertir las políticas deportivas con liberalismo. El deportista y el libre esfuerzo. Pero nunca pudieron borrar el significado del deporte y la cultura física como parte del pueblo. A pesar que hace décadas se viene peleando, es indudable que si bien no se llegó a establecer una política con la perspectiva del peronismo, está la historia y la cultura peronista del deporte”, analizó Osvaldo Jara en Radio Gráfica.
Luego de 1955, la organización deportiva dejó de estar en manos de la comunidad y pasó a ser potestad del Estado. Pero sin Comunidad organizada no se construyen políticas deportivas. “Para organizar la comunidad necesitamos gente virtuosa desde el Estado. Gente que milite para la organización a favor del pueblo”, analizó Víctor Lupo sobre la actualidad del deporte argentino.
En septiembre de 1955 comenzó el genocidio deportivo argentino. Nada fue igual. Lupo señaló “El antiperonismo deportivo sigue vigente. Desde hace varios años, el Movimiento Social del Deporte entrega los Premios Dignidad Mary Terán de Weiss. Fueron premiados en vida Eduardo Guerrero o el profesor Jorge Hugo Canavesi. Se instauró la idea del Genocidio deportivo argentino. El diputado radical Carlos Logusso exigió un pedido de investigación sobre el dirigente Víctor Lupo porque le pareció “una demasía el calificativo“. A Lobusso nadie lo recuerda por su labor legislativa. Con satisfacción, Lupo nos expresó: “Fue un genocidio, porque en 1955 no se hablaba de derechos humanos en Naciones Unidas“.
Periodista / Abrí la Cancha
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