Por Lucas Molinari
“La política también es conducir el desorden y tratar de ordenar de la mejor manera posible para, precisamente, convertir a la política en un instrumento de transformación, de cambio y, en todo caso, si todavía no podés transformar, por lo menos de tranquilizar”, expresó Cristina Fernández de Kirchner el lunes pasado.
Un discurso para legitimar la candidatura de Sergio Tomás Massa. Lo hizo en un acto con organismos de derechos humanos, por la recuperación de un avión Skyvan PA-51 que se utilizó durante la última dictadura para ejecutar los vuelos de la muerte.
CFK no dejó en claro los fundamentos por los cuales no se puede transformar en esta época. Quizá allí radica uno de los ejes fundamentales a discutir. De las duras críticas al ministro Guzmán pasó a un apoyo pleno a Massa, que profundizó el ajuste exigido por el FMI.
“Hay un nuevo orden mundial en disputa y nuestra Región es ahora epicentro de este conflicto. El gobierno de Fernández-Massa ha colocado a la Argentina, irresponsablemente, bajo la hegemonía de Washington y a favor de la OTAN” denunció Soberanxs, que coordinan Alicia Castro y Gabriel Mariotto.
Ese agrupamiento crítico de la actual gestión también tenía a Amado Boudou entre sus filas que, al contrario, salió a respaldar la candidatura del tigrense, su viejo amigo.
De hecho, el ex vicepresidente, que sufrió la persecución y la cárcel durante el macrismo y está inhabilitado de por vida para ejercer cargos públicos, está trabajando para “reformular el acuerdo con el FMI”, según contó el diputado Leopoldo Moreau en una entrevista radial.
“Pragmatismo”, fue una palabra que se escuchó mucho en estos días, como punto de partida para alinear al Movimiento a militar la campaña oficialista.
Lo que está ausente es el debate de programa que tanto se enunció, que debería comenzar por un análisis de la coyuntura mundial.
De allí que resulta interesante la definición de Soberanxs, que desarrolló Alicia Castro en Gráfica, que podría sintetizarse así: Es un momento para alejarse del Norte y asentarse en la Tercera Posición.
Una afirmación que lleva a otros interrogantes ¿Qué modelo económico necesita Argentina? O, dicho de otro modo, ¿Qué implica hoy llevar adelante las tres banderas históricas de soberanía política, independencia económica, y justicia social?
“Una obsesión que tiene que tener el próximo Presidente es pagarle al FMI, sacarlo de la Argentina para no volver”, declaró Sergio Massa el martes en el encuentro de la Cámara de la Construcción.
Definición con mucha pinta a mentira, porque el programa firmado por el actual gobierno con el organismo internacional tiene el año 2034 como fecha de vencimiento y “están pidiendo nuevos desembolsos”, detalló el analista Rodolfo Treber que también dijo que no hay nada para festejar en que se paguen los vencimientos con el organismo internacional en yuanes: Porque la tasa de endeudamiento con China es tan usuraria como la que cobra el FMI con sobrecargos (entre el 7,8% y el 8,8%).
Pero, cómo salir del endeudamiento es una discusión atada a qué modelo productivo debe tener Argentina. Massa promete el crecimiento exponencial de la matriz exportadora que se ha potenciado en estos años al mismo ritmo del empobrecimiento de las mayorías.
¿Hay opciones? Claro que sí, en una Argentina plagada de riquezas, armada de la gloriosa experiencia peronista que concientizó al pueblo con medidas revolucionarias.
Pero no es un problema de consignas sino de dirigencia capaz de protagonizar una disputa con los factores de poder. Eso es lo que parece faltar hoy, que posiblemente lleva tranquilidad a quienes desde un posibilismo naturalizan la administración de la dependencia.
Esta semana el INDEC publicó el informe “Evolución de la Distribución del Ingreso (EPH), correspondientes al período enero-marzo de este año”, en el que se observó que 9.595.073 personas percibieron un ingreso promedio de $120.973, mientras que el de las que tuvieron descuento jubilatorio fue de $151.773, y en el caso de aquellas sin descuento jubilatorio, el ingreso promedio fue de $65.657.
Magros sueldos para el crecimiento económico que, aunque ralentizado, continúa teniendo Argentina.
En el acto del lunes, Cristina se refirió al ministro de Economía como “fullero”, que significa “tramposo” o el que “esconde una carta”, por su propensión a las apuestas. Palabra que quedará en la memoria de los analistas, porque la candidatura del tigrense parece marcar un cambio de época.
¿La elección de Massa implica el final del kirchnerismo como corriente transformadora del Movimiento Nacional?
El debate seguirá abierto, sobre todo por la amenaza que implica que el macrismo vuelva a gobernar y un desapego de la población por el derecho al sufragio (en las elecciones para la gobernación de Córdoba el voto en blanco quedó en tercer puesto y casi el 30% no participó).
El militante Enrique Martínez, del Instituto para la Producción Popular, dialogó con Gráfica esta semana y opinó: “No hay absolutamente ninguna otra opción fuera de Unión por la Patria. 48 hs después de haber sido ungido candidato, el hombre que está negociando hace casi un año con el Fondo Monetario, hace una declaración en la Cámara de la Construcción diciendo que nos tenemos que sacar al Fondo de encima. No decía eso ni la semana, ni el mes, ni el año pasado, así que hay espacio para la pelea política, pero hay que aprovecharlo adecuadamente sabiendo hacia donde se quiere ir. No hay que preguntarle al presidente donde se va, sino que hay que entender desde la comunidad donde se quiere ir y después interactuar políticamente”.
Martínez puso el eje en la construcción política de base en contraste con lo que algunos llaman una “democracia electoralizada”:
“No podemos pasarnos la vida pensando que podríamos hacer si fuéramos presidentes de la Nación, la comunidad tiene muchísimas cosas para hacer y para interpelar de manera más eficaz a un gobierno. Basta con ver las redes sociales, como está el grueso de la gente discutiendo lo que deberían hacer otras figuras en vez de pensar qué se puede hacer en el barrio, en el club, en la comunidad, o en tantos lugares donde se puede modificar algún aspecto de la realidad”.
Por su parte, el militante peronista Ernesto Jauretche lanzó una reflexión sobre la fórmula de Unión por la Patria: “La candidatura de Massa es resultado del proceso de decadencia y corrupción de los mandos políticos en todo el campo popular; lo avalan sucesivas claudicaciones y derrotas que vienen de lejos pero se agudizaron en los últimos años del kirchnerismo”. Y continuó criticando a CFK: “No es Alberto el culpable del encumbramiento del candidato de (Marc) Stanley. Cristina lo venía anunciando desde la bendición con que celebró el romance de Máximo con Sergio. Y sofocó cualquier apertura del juego a las bases del movimiento que pudiera abrir instancias superadoras. Cristina demostró una vez más no querer reconocer su compromiso en la incapacidad del peronismo para generar una conducción responsable. Es ante esa ausencia que el imperio ocupa el lugar de dirección”.
Jauretche luego postuló: “La militancia nacional y popular está desolada: esta vez no votaremos por disciplina sino por resignación”.
En el ámbito sindical existe el debate hacia dentro de las comisiones internas y los lugares de trabajo. En muchas direcciones el reflejo fue de respaldo a la fórmula oficialista.
Héctor “Gringo” Amichetti, de la Corriente Federal, analizó: “Creo que habría que señalar que el proceso electoral está condicionado por la proscripción de Cristina, la principal líder popular, y las condiciones que impone el FMI bajo amenaza de que si hay un candidato que no le merece confianza para la negociación se puede activar un golpe de mercado. En este marco Unión por la Patria es el resultado posible para mantener una alternativa de encuentro de la mayoría de los sectores populares. Son desafíos imprescindibles para la victoria un par de medidas que demuestren la voluntad de recuperar los niveles de ingreso de la clase trabajadora y una clara definición acerca de cuales van a ser los términos de una renegociación integral del acuerdo por la deuda para sacarnos al FMI de encima, deseo expresado hace unos días por el candidato a Presidente Sergio Massa”.
Del mismo espacio sindical, Sergio Palazzo recibió esta semana al candidato a la vicepresidencia Agustín “Chivo” Rossi. Lo hizo en el Congreso de la Asociación Bancaria. “Hay dos modelos de país, pero hay un solo proyecto de país para estas elecciones. El nuestro es un proyecto de país basado en la democracia, en la justicia social e incorporación de valor agregado en un país productivo, con trabajadores con derechos. Del otro lado no hay un proyecto de país, hay un sometimiento a ser una colonia, hay una sumisión a políticas internacionales y a los designios del capital financiero internacional. Quieren una economía extractivista en términos de recursos naturales, reprimarizada y trabajadores sin derechos”, expresó Palazzo.
Ahora bien, ¿el modelo actual no es extractivista?, ¿el endeudamiento creciente no está reprimarizando la economía?
Néstor Kirchner supo interpretar una época y alentaba el espíritu patriota hablándole a la militancia: “Muchachos denle pa delante, no se conformen con lo establecido, no se trata de administrar la dependencia, enfrenten lo que tengan que enfrentar, a los sectores de la anti-patria, a los mezquinos de siempre; pues no se olviden que a la historia pasan los que más se la juegan, no los que especulan”.
Una frase que debería interpelar por estas horas a miles de compatriotas que hacen política. No para definir una posición electoral sino para discutir las tareas de la etapa.
Para finalizar, dejamos una reflexión de Carlos Avondoglio, del Centro de Estudios para el Movimiento Obrero (CEMO), que puede servir para seguir pensando este tiempo: “La designación de Sergio Massa como precandidato a presidente por Unión por la Patria es, visto en perspectiva, un final anunciado. En la era de la política profesional, quizás su mayor exponente tendrá un lugar principal en las elecciones venideras. Los veintidós años que siguieron al estallido del 2001 parecieran haber devuelto a escena, aunque bajo nuevos nombres, a aquellas expresiones políticas que marcaron las últimas tres décadas del siglo XX. Nos explicamos: si ponemos atención a los sucesivos pliegues de la dirigencia peronista posterior al 2001 —al menos aquella que tuvo responsabilidades de gobierno o que puja por tenerlas—, podríamos divisar una secuencia compuesta de tres momentos (cuyas fronteras, desde luego, son más borrosas de lo que este análisis sugiere). Hablamos del kirchnerismo, el albertismo —aquí el ‘ismo’ es un exceso— y el massismo. Atendiendo a las biografías, discursividades, vinculaciones, lineamientos políticos y, sobre todo, a las fuentes históricas que les sirven de inspiración y que modelan sus propuestas, podríamos decir que mientras el kirchnerismo tuvo un pie en los setenta y un pie en los ochenta, y el albertismo puso un pie en los ochenta y el otro en los noventa, el massismo tiene los dos pies en los noventa. No es difícil imaginar cómo puede terminar esta película. Pero bien, la historia no ocurre en línea recta. Siempre, sin excepción, es preferible terminar de confirmar lo que sospechamos del “menos nuestro de los nuestros”, que entregar el país a aquellos sobre los que no hay nada que confirmar. Y siempre hay margen para que el pueblo diga lo suyo. Se responderá que de ningún modo, que el establishment necesita a un “estabilizador”, que Massa esto o aquello. Es cierto, su trayectoria vuelve probables cada una de estas presunciones. Muy distinto sería este análisis si Cristina —como si se tratara de un cuento de Borges— no hubiera quedado atrapada ¿para siempre? en el patio de las palmeras, imponiendo en las listas a ‘los hijos de la generación diezmada’, que en muchos casos tienen lo más discutible de sus padres, y no lo más encomiable: vanguardismo sin ideales. Y también muy distinta sería esta reflexión si las circunstancias mostraran al movimiento obrero y a los movimientos sociales impulsando representaciones políticas propias (la de Grabois, aunque lúcida en muchos de sus planteos, es una candidatura testimonial, no embromemos). Pero no es ese el escenario. Es, en todo caso, el escenario que debemos construir, sin caer, mientras tanto, en un optimismo ciego ni, en lo que es peor, una automarginación”.
JUJEÑAZO
“La reciente reforma constitucional debe ser considerada como un atentado contra la unidad nacional de la República Argentina”, planteó Carlos Vilas, Prof. Honorario y Dr. Honoris Causa de la Universidad Nacional de Lanús, que definió la política que lleva adelante Gerardo Morales: “Estamos en presencia de un proyecto estratégico -no en conjunto a la población jujeña, sino de sus élites gobernantes, que insisto, no son sólo de la provincia de Jujuy-, que llevan a degradar la Nación Argentina a un conjunto de semi-colonias pequeñas subordinadas a los intereses del capitalismo financiero globalizado”.
Vilas explicó la cuestión geopolítica: “Esta reforma se lleva a cabo en un contexto de política internacional donde ya Argentina ha recibido dos veces la visita de la generala Richardson, Jefa del Comando sur de la Fuerza Armada de Estados Unidos, y más recientemente la visita de la presidenta de la Unión Europea, Úrsula von der Leyen, que vienen a plantear el interés de sus respectivos gobiernos respecto de los recursos estratégicos argentinos, y en el caso de la general Richardson, también de la Patagonia en un momento en que Argentina está celebrando convenios de cooperación recíproca con China”.
Se trata entonces de un “estatuto del coloniaje” que está teniendo un fuerte rechazo popular, más allá que la dirigencia nacional de Unión por la Patria eluda el tema.
El conflicto docente fue uno de los motores de la movilización que algunos denominaron “Jujeñazo”. El gobernador tuvo que abrir la mesa de negociación paritaria, en la que mejoró la oferta salarial pero volvió al ruedo con las amenazas. El domingo pasado circulaba el siguiente comunicado oficial.
Nuestro compañero Mario Sadras está actualmente en Jujuy y pudo dialogar con el docente y militante Lino Castro que explicó la situación: “En Jujuy los dos sindicatos más grandes son CEDEMS y el ADEP, que es base de CTERA. Después están otros gremios como UDA, SADOP, AMET, pero son gremios más pequeños. Hasta ahora hay un paro por tiempo indeterminado, definido por la asamblea de ADEP. En cuanto a CEDEMS, se suspendió bajo protesta el paro, recién va a haber una asamblea el 13 de julio, para ver cómo se sigue. Pero están acompañando, algunos compañeros de la comisión directiva, la comisión de lucha están acompañando con mercaderías para Purmamarca, con ropa de abrigo, la huelga de hambre frente al ministerio de Educación, y con las marchas. El día de ayer tenía también un paro por 24 horas el CEDEMS, a raíz de que las agresiones que han sufrido los colegas, como esto de Camila Müller y otros compañeros más”.
Cabe mencionar el comunicado del G6, que agrupa a la banca argentina (Adeba), la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA), el comercio (Cámara Argentina de Comercio), la construcción (Camarco), la Sociedad Rural Argentina y la Unión Industrial (UIA), emitido el mismo 20 de junio en que la policía jujeña arrasaba con una feroz represión en San Salvador de Jujuy: “El G6 destaca, como siempre, la importancia del diálogo como única vía para la resolución de conflictos, respetando el derecho legítimo a la protesta pacífica y el respeto por el derecho a circular libremente y llevar a cabo las actividades diarias de los ciudadanos”.
Escrito que va en línea con la palabra “tranquilidad” que esbozó CFK el lunes pasado y a la vez alerta a Gerardo Morales (candidato a vicepresidente de Larreta).
El problema está en la contradicción que encierra el saqueo de nuestros bienes comunes que ejecutan las multinacionales, con la supervivencia de comunidades enteras. Ante eso se reveló el pueblo de Jujuy.
Ayer sábado recibimos nuevas imágenes de represión. Esta vez fue en Humahuaca donde se movilizó para lograr una ordenanza municipal que rechace la reforma constitucional. El salvajismo de la policía jujeña volvió a actuar.
Finalmente, compartimos el comunicado de la “Multisectorial de contra la Reforma Constitucional de Jujuy” con fecha del 29 de junio, que denuncia la “violación de los derechos humanos como método de disuasión de la protesta”.
En la madrugada del 28 de junio, tres sujetos sin identificaciones (dos mujeres y un varón) y con barbijos, ingresaron sin permiso y violentamente al domicilio de Camila Müller, una docente y artista jujeña, que se encontraba sola y acto seguido sin mediar palabras la redujeron y la agredieron física y psicológicamente. Luego, antes de retirarse le dijeron que “tenga cuidado con los piqueteros, ya que se le pueden meter en la casa”.
Una situación similar se vivió a la misma hora, en otro barrio de la capital jujeña, donde unos diez efectivos de Infantería y de la Brigada de Investigaciones encapuchados y sin identificación irrumpieron por la fuerza y fuertemente armados, en el domicilio de la familia Domínguez, donde se llevaron detenidos a Marco Antonio Domínguez de 18 años, quien el pasado 20 de junio había sido detenido y golpeado brutalmente y llevándose detenida a su novia Belén Ontiveros. Durante el operativo ilegal redujeron a toda la familia en el piso, incluido a uno de sus miembros que padece Autismo y les apuntaron en la cabeza con armas de fuego, antes de retirarse los obligaron a desnudarse a todos, frente a todos los supuestos policías y aparentes testigos, luego procedieron a robarle dos motos, un automóvil y $ 200.000 que la familia tenía destinado para la operación de uno de sus nietos que padece un problema auditivo, operación que se encuentra en trámite en el Instituto de Seguros de Jujuy. Los supuestos efectivos tiraron una bolsita de pasta base frente a la vista de todos los presentes y se retiraron riéndose. Estos dos procedimientos criminales han sido denunciadas frente a la Justicia y están ampliándose con otras denuncias.
Estas prácticas horrorosas y mafiosas propias de un Estado Terrorista tienen como objetivo generar temor e inmovilizar a la población. Tanto en la feroz represión a las Comunidades Originarias ocurrida en la localidad de Purmamarca el 17 de junio, como en la brutal represión de San Salvador de Jujuy del 20 de junio pasado, en ambas situaciones se documentaron graves violaciones a los de Derechos Humanos como: la inhabilitación de señales de telefonía móvil donde se ejecutaban operativos represivos, con el fin de evitar la comunicación y la divulgación de imágenes en vivo; el secuestro en la vía pública realizado por supuestos policías, que se trasladaban encapuchados y sin identificaciones en camionetas sin patentes, los allanamientos y detenciones arbitrarias sin órdenes judiciales en innumerables domicilios de la capital jujeña, la destrucción de propiedad privada (vidrieras de comercios y vehículos automotores, etc.) efectuados por efectivos de civil que actuaron impunemente, en cercanías de sus colegas uniformados, mientras estos últimos ni siquiera atinaban a detenerlos, todos actos de enorme gravedad institucional.
Frente a esta avanzada represiva e intimidatoria convocamos este martes a la tarde a una Gran Movilización del Silencio, en San Salvador de Jujuy y en todas las ciudades de la Provincia para repudiar estos gravísimos sucesos violatorios de los Derechos Humanos como también para exigirle a la Justicia Provincial el urgente esclarecimiento de estos hechos. Haciéndolo responsable al Gobierno de Gerardo Morales de cualquier afectación sobre la integridad física y psíquica de todos los manifestantes que están en contra de la Reforma Constitucional.
Asimismo, reafirmamos la decisión irrenunciable de continuar con las movilizaciones pacíficas en las calles y en las rutas, en paralelo con campañas de difusión y concientización a lo largo y ancho de la provincia; acciones que deben ir acompañadas de demandas formales ante la Justicia contra la Reforma Constitucional, que no tiene consenso social y que viola principios y garantías presentes en la Constitución Nacional y en los Tratados Internacionales a los que la Nación está adherido.

YAPA. MEGAFESTIVAL DE LELIQS
Venimos analizando el andamiaje del sistema financiero que premia la especulación y que el próximo gobierno deberá definir qué hacer con el “festival de Leliqs”.
Que el Frente de Todos prometió transformar en un aumento de jubilaciones. Lejos de eso, la ganancias de los bancos se han multiplicado en estos años.
El economista Horacio Rovelli explica lo que se podría lograr con esos fondos:
“Los bancos captan depósitos del público y mayoritariamente se lo prestan al Banco Central (los encajes remunerados superan ampliamente el total de los créditos que otorgan). Con solamente el interés mensual que paga el Banco Central a los bancos por los 15 billones de pesos inmovilizados (encajes remunerados), de más de un billón de pesos por mes, equivalente a 3.300 millones de dólares, se podrían construir 55 mil viviendas por mes, a un costo de 60 mil dólares por viviendas de 3 ambientes y de excelente calidad, con todos los materiales. Esto es, le puede seguir pagando ese interés a los bancos, pero usar la plata inmovilizada en el Central para financiar la construcción”.
Rovelli destaca que “no se tiene que importar ningún material -la arena, las piedras, los ladrillo, cal, cemento, vidrios aberturas de madera o aluminio, la estructura de hierro para el hormigón, las tejas, los mosaicos, los pisos de cerámica o de madera, la grifería, los artefactos de cocina-, todo se produce acá y de muy buena calidad. Sería un impulso enorme al sector que es generador genuino de trabajo y un multiplicador de la inversión de consideración”.
De este modo “se instrumentaría con un bono del Banco Central que coloca en las entidades financieras por un año, por la mitad de los 15 billones de pesos inmovilizados. Los intereses los continúa pagando en forma mensual, y los bancos pueden convertirlo en liquidez al finalizar el año. Se garantiza la disposición de ese dinero por un año en que se financia la construcción de viviendas, con un efecto multiplicador sobre el trabajo directo y de los que realizan su labor en todas las actividades y producción de insumos y servicios en la construcción”.
La pregunta obvia de quien lee esta propuesta es: ¿Por qué no se hace?
El economista responde: “Porque los trabajadores demandarían más y mejores salarios, con ello aumentaría fuertemente el consumo interno y se reducen los saldos exportables de alimentos y aumenta la importación de energía”.
Interesante contraste sobre decisiones que implicarían confrontación con sectores de poder (que se muestran tranquilos) para transformar la vida de nuestro pueblo.

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