Por Horacio Rovelli*
El trabajo en nuestro país
Según el Sistema Integrado Previsional Argentino (Sipa), a abril de 2023 se contaba con 13,1 millones de trabajadores aportantes previsionales, de los cuales 10,2 millones eran trabajadores asalariados -incluyendo al sector privado, el sector público y el trabajo en casas particulares- y 2,9 millones monotributistas (la mayor parte: 2.508.000 trabajadores) y autónomos (390.500 personas).
A su vez, según publica el Ministerio de Economía de la Nación a ese mes de abril 2023, los salarios brutos nominales en el sector privado registrado por sectores y promedio son los que se expresan en este gráfico.
Las remuneraciones brutas recibidas por los trabajadores que se desempeñan en la extracción de metales metalíferos (hierro, oro, plata, litio, cobre, etc.) y de la extracción y transporte de hidrocarburos es, en promedio, del doble o más de lo que reciben quienes forman parte de la explotación de otras minas y canteras (arenas, yeso, piedras calizas, etc.), haciendo constar que el Valor Agregado Bruto generado por la minería ha sido un 27,5 por ciento mayor al de abril 2020.
El Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación a su vez conforma la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) y sostiene que para el mes de abril de 2023 fue de 263.481,22 pesos. Esa discrepancia entre la remuneración promedio del CEP- XXI, el Centro de Estudios para la Producción del Ministerio de Economía de la Nación (242.412 pesos), y el Ripte, no se debe a los salarios de los empleados públicos que en promedio (pese a contar con jueces y legisladores) es menor que el de los privados.
Más allá de esa diferencia, otra dependencia pública, el Indec, para abril de 2023 nos dice que la Canasta Básica Total para una familia constituida por matrimonio y dos hijos fue de 203.361 pesos, que es la que mide el nivel de pobreza. Por ende, y por cualquiera que sea el salario promedio que se tome, es claro que gran parte de los trabajadores, trabajan y son pobres.
La Canasta Básica Alimentaria para abril 2023 del Indec para esa familia de cuatro miembros fue de 94.148 pesos, que es la que mide el nivel de indigencia. Mientras tanto, el Salario Mínimo Vital y Móvil de ese mes fue fijado en 80.342 pesos (por debajo de la línea de indigencia). Los 1.268.000 beneficiarios del plan “Potenciar Trabajo”, perciben el 50 por ciento del Salario Mínimo y, pese a lo claramente insuficiente de la ayuda estatal en todos los planes sociales, se logra que el nivel de indigencia sea menor al de la “onda” de octubre 2001.
Al mes de abril 2023, 7,8 millones de personas perciben planes sociales nacionales, provinciales o municipales. Entre ellos y los distintos planes laborales y de políticas alimentarias, ha habido una verdadera malla de contención social y de asistencia a la población.
La Argentina ronda los 46,5 millones de habitantes, y la población económicamente activa (personas que trabajan o buscan trabajo de 14 a 60 años para las mujeres y de 14 a 65 años para los hombres) fue de 47,6 por ciento en los aglomerados urbanos en el año 2022. Si lo extendemos a todo el país, significan un total de 22 millones de habitantes. Quiere decir que hay más de un millón de personas económicamente activas, que no se sabe de qué viven, dado que no tienen ingresos declarados.
La raíz del problema es el modelo extractivista, agropecuario y financiero exportador que no genera puestos de trabajo. Es más, el gobierno hace alarde de tener una tasa de desocupación abierta de 6,3 por ciento de los ciudadanos, pero no dice nada sobre los que dejaron de buscar trabajo y recorren las calles en busca de un sustento como lo demuestra el 8,1 por ciento de la población indigente.
Si se observa la integración comercial planteada, veremos que las exportaciones de productos primarios crecen en su participación de 21,91 por ciento en el período 2003-2015, a 25,41 por ciento en 2016-2019, 28,64 por ciento en 2020-2021 y 28,19 por ciento en 2022.
Con las Manufacturas de origen agropecuario (MOA) pasa lo mismo, dado que representaban el 35,29 por ciento en el período 2003-2015, para acrecentase a 38,11 por ciento en 2016-2019, a 39,71 en 2020-2021 y 38,81 en 2022.
Las Manufacturas de origen industrial (MOI) descienden en iguales períodos. De 32,60 por ciento en los años 2003-2015 a 25,4 en 2022 (y no desciende más, básicamente, por la industria automotriz, dado que se realizan más partes en la Argentina, porque la mano de obra del sector es más barata aquí que en Brasil).
La complejísima situación que atraviesa nuestro país desde que se lo volvió a endeudar con el FMI deriva de la necesidad de cumplir con las “metas” acordadas con ese organismo, lo cual vuelve al problema de la “liquidación de divisas” una cuestión central. Por ende, debemos ubicar a las conductas de las empresas de aquellos sectores exportadores en el foco de nuestra atención, dado que su actividad es la que genera la afluencia de divisas a nuestro país.
Síntesis de situación
En síntesis, la deuda generada por el gobierno de Cambiemos y no investigada por el gobierno del Frente de Todos, nos obliga a vender a como dé lugar recursos primarios que generan poco trabajo y en puertos que son concesionados y administrados por el capital privado, el caso más flagrante es el puerto de Rosario .
Manuel Belgrano quien asumiera como el primer Secretario del Real Consulado de Buenos Aires el 21 de septiembre de 1794 y que por eso ese día se conmemora el “Día del Economista” en la Argentina, planteaba que “…un país para crecer debía hace como la nación China (en 1796), que está dando a todas las del mundo conocido un ejemplo constante de lo que es el comercio interior auxiliado; no hay país más poblado que el que habita, ni nación más poderosa en el orbe: todas las que se llaman cultas van en busca de sus efectos. Llevándole la plata acunada, principalmente la nuestra, para aumentar su grandeza, ostentación y lujo, su comercio interno es inmenso, y el externo es insignificante respecto de la extensión del Imperio y el número de sus habitadores”.
Es más, ya en el Correo de Comercio de Buenos Aires el 27 de octubre de 1810 escribe: “…constante que el alma de los Estados es el comercio interior, pues con él es que se da vida a todos los ramos del trabajo de los hombres que los promueven”.
Y nuestra historia económica lo demostró siempre: cuando se basó en el mercado interno, en producir y vender para y en la Argentina, el trabajo y su remuneración fue el centro estratégico del crecimiento económico y de la mejoras en la distribución del ingreso.
Propuesta
Ante un sistema financiero que demuestra claramente el rol especulativo y dependiente del Estado, como se observa en la siguiente tabla, aquí se realiza una propuesta.
Los bancos captan depósitos del público y mayoritariamente se lo prestan al Banco Central (los encajes remunerados superan ampliamente el total de los créditos que otorgan). Con solamente el interés mensual que paga el Banco Central a los bancos por los 15 billones de pesos inmovilizados (encajes remunerados), de más de un billón de pesos por mes, equivalente a 3.300 millones de dólares, se podrían construir 55 mil viviendas por mes, a un costo de 60 mil dólares por viviendas de 3 ambientes y de excelente calidad, con todos los materiales. Esto es, le puede seguir pagando ese interés a los bancos, pero usar la plata inmovilizada en el Central para financiar la construcción.
No se tiene que importar ningún material -la arena, las piedras, los ladrillo, cal, cemento, vidrios aberturas de madera o aluminio, la estructura de hierro para el hormigón, las tejas, los mosaicos, los pisos de cerámica o de madera, la grifería, los artefactos de cocina-, todo se produce acá y de muy buena calidad. Sería un impulso enorme al sector que es generador genuino de trabajo y un multiplicador de la inversión de consideración.
Se instrumentaría con un bono del Banco Central que coloca en las entidades financieras por un año, por la mitad de los 15 billones de pesos inmovilizados. Los intereses los continúa pagando en forma mensual, y los bancos pueden convertirlo en liquidez al finalizar el año. Se garantiza la disposición de ese dinero por un año en que se financia la construcción de viviendas, con un efecto multiplicador sobre el trabajo directo y de los que realizan su labor en todas las actividades y producción de insumos y servicios en la construcción.
¿Por qué no se hace? Porque los trabajadores demandarían más y mejores salarios, con ello aumentaría fuertemente el consumo interno y se reducen los saldos exportables de alimentos y aumenta la importación de energía.
(*) Es economista y profesor, fue director de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía y Finanzas de la Nación.
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