Denuncian que los roedores se desplazan libremente entre aulas, salones y comedores que transitan a diario cientos de niños y niñas de primaria y jardín.
Vanessa, mamá de dos nenas que asisten al Bucich señaló que “los chicos están comiendo comida infectada en el colegio”, al mismo tiempo, criticó que el Ministerio de Educación no de la orden para el cierre del establecimiento para que se lleve adelante la correcta desinfección. “Supuestamente están desinfectando cada dos días, y hay constantemente olor a veneno, pero cuando vamos a recorrer el colegio sigue habiendo ratas”, lamentó al tiempo que contó que encontraron “una rata viva en el armario de del 6° grado, en el armario de 5° y en el aula de tecnología. Esas aulas las cerraron temporariamente, pero las ratas siguen estando dentro del colegio”.
“Supuestamente están desinfectando cada dos días, y hay constantemente olor a veneno, pero cuando vamos a recorrer el colegio sigue habiendo ratas”
A su vez, resaltó que “los chicos están comiendo comida fría, que es la que se llevan, porque el comedor está infectado. Hay un montón de chicos que no están yendo porque tienen problemas bronquiales. Los chicos tienen menos días de colegio, hay chicos que solamente comen una comida en la escuela y ya no se les puede garantizar. No está garantizada la higiene para que los niños pasen 8 horas ahí, y nadie hace nada”.
“No está garantizada la higiene para que los niños pasen 8 horas ahí, y nadie hace nada”
Por su parte, Pablo Rodríguez, docente de la escuela primaria, sostuvo que si bien se hicieron desratizaciones, los roedores continúan apareciendo durante las clases: “las compañeras empezaron a sentir olor a podrido en las aulas, y hasta incluso aparecieron gusanos. Ahí se llamó a zoonosis y se dio intervención a la supervisión y vinieron e hicieron un informe donde indicaban que encontraron (también yo he visto) caca de rata. Otras compañeras y chicos directamente las vieron. Posteriormente se volvió a hacer una de desratización la semana pasada, volvimos a la escuela el otro día, y encontramos otra vez ratas vivas”.
Y continuó: “No podemos trabajar en estas condiciones, y no tenemos garantía de que no nos vamos a enfermar. Clases hay, pero. ¿Qué tipo de clase? La escuela no puede ser un depósito de pibes”.
Cabe señalar que algunos ratones y ratas pueden transmitir enfermedades muy graves como el SPH, leptospirosis, coriomeningitis linfocítica, hantavirus, peste y tifus.
Los docentes indican que la modalidad de la cuadrilla enviada por el Ministerio es ‘distribuir y colocar cebos’ en los distintos espacios de la escuela, para luego no regresar. Las clases continúan con un intenso olor a veneno y lavandina, y aun así siguen apareciendo ratas vivas.
“Queremos condiciones dignas para enseñar y aprender. Hay una orden de que la escuela siga abierta si o si como una cuestión marketinera, pero no se cuida la salud de nadie”, finalizó Pablo.
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