Por Gabriel Fernández
Una multitud se congregó este viernes en Plaza de Mayo y en distintos espacios públicos de todo el país para repudiar el intento de asesinato perpetrado contra Cristina Fernández de Kirchner. La convocatoria, que arrancó muy temprano, se desplegó con intensidad sorprendente a partir del mediodía. El acto fue cerrado con la lectura de un enérgico documento consensuado a través de la voz de Alejandra Darín, titular de la Asociación Argentina de Actores.
Muchos manifestantes fueron concentrándose en varios puntos de la Capital Federal cercanos a la mítica plaza. Otros arribaron a la ciudad a través de los accesos, en enormes columnas identificadas por banderas que denotaban el origen. Pero una gran cantidad de los presentes se acercó en familia o en grupos de compañeros; en estos casos, resultó atractivo visualizar los carteles singulares que su creatividad los llevó a realizar.
El atentado a la vicepresidenta, registrado el jueves por la noche, dio lugar a una Cadena Nacional del presidente sobre el filo de la jornada. En la misma, el presidente, además de condenar la acción, dispuso un feriado para que el pueblo argentino reflexione y se exprese en derredor de lo acaecido. Esto facilitó el acceso de los ciudadanos solidarios con la ex presidenta sin necesidad de aplicar ceses de tareas en sus respectivas ocupaciones.
En ese sentido, se reunió la Confederación General del Trabajo (CGT) desde las 11 de la mañana. Allí, la mesa directiva escuchó la propuesta de la Corriente Federal de Trabajadores destinada a concretar un paro general en defensa de la Democracia. También estuvo presente el espacio que orienta el camionero Pablo Moyano. La iniciativa en cuestión quedó en estudio y seguramente se anunciará alguna determinación a comienzos de la semana venidera.
Mientras se desarrollaba la concentración, el jefe de Estado tomó contacto con su vice y dialogaron en reserva. Alberto resolvió no hacer declaraciones, mientras que Cristina salió de su hogar y saludó a los militantes presentes en las cercanías. A lo largo de toda la jornada arreciaron los pronunciamientos de todo el mundo con respaldos para la líder argentina: muchos, acompañados por firmes exigencias de justicia.
Los cantos de la multitud se orientaron –como a lo largo de la semana en las esquinas porteñas de Juncal y Uruguay- en favor de Cristina, evidenciando afecto y memoria. También trasuntó cuestionamientos a los “gorilas” y en distintos núcleos fueron surgiendo, alternadamente, el Himno Nacional y la Marcha Peronista.
El documento final, que mereció aplausos por parte de la concurrencia, es el que transcribimos a continuación.
“La vida democrática es incompatible con el accionar de minorías violentas que pretenden llevar de las narices al resto de la sociedad o tomar posiciones cada vez más sectarias”, leyó la titular del sindicato de actores, desde el escenario.
“La convivencia en el marco de un orden democrático también es el umbral de condiciones necesarias para el desarrollo de nuestros hijos e hijas. El daño que producen las acciones y las palabras violentas en las mentes de nuestros niños y niñas es una condena para el futuro de la Argentina”, agregó Darín.
Y añadió: “El pueblo argentino está conmovido, impactado por lo ocurrido, incluyendo a millones que no simpatizan con Cristina ni con el peronismo. En honor a todos nuestros compatriotas, es que hacemos este llamamiento a la unidad nacional, pero no a cualquier precio. El odio, afuera”.
“Desde hace varios años un sector minúsculo de la dirgiencia política y sus medios partidarios vienen repitiendo un discurso de odio, de negación, de estigmatización, de criminalización de cualquier dirigente popular o cualquier simpatizante”.
“Todos hemos visto movilizaciones con bolsas mortuorias, ataúdes o guillotinas. No es inocente ni gratuita la legitimación de discursos extremos, de llamados a la agresión, de planteos que niegan legitimidad democrática del adversario política, nadie es individualmente responsable de las acciones de otros, pero se deberá reflexionar sobre cómo se ha colaborado para llegar a esta situación”
“El límite del que hemos oído hablar mucho en las últimas horas, no se cruzó ayer, si no queremos que la intolerancia y la violencia política arrasen con el consenso democrático que hemos construido todos desde 1983 a la fecha, debemos contextualizar lo ocurrido anoche contra la vicepresidenta”, afirmó Alejandra Darín desde Plaza de Mayo.
“La paz social es una responsabilidad colectiva, frente al intento de asesinato de la principal dirigente política del país, nadie que defienda la República puede permanecer en silencio o anteponer sus diferencias ideológicas ante el repudio unánime”, leyó la titular de actores.
“No hay manera de minimizar un intento de magnicidio. La solidaridad y el repudio de dirigentes de toda América Latina, de Estados Unidos, de Europa y el Papa Francisco muestran que el mundo comprende la gravedad de lo ocurrido”, agregó.
GF / RG
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