Por María Laura Morales *
Cada 3 de mayo, desde 1993, se celebra el Día Mundial de la Libertad de Prensa, la fecha fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de evaluar la libertad de prensa, defender los medios de comunicación de los ataques sobre su independencia y también para rendir homenaje a lxs periodistas que han muerto a causa de realizar su profesión.
Si uno hace un zapping aleatorio, si es que se puede llamar así, a través de los diferentes portales de comunicación del mundo puede encontrar que Democracy Now! titula «Matan dos periodistas más en México; ya son once los reporteros que han sido asesinados en el país en lo que va de 2022»; El Tiempo Latino señala que «Fuerzas israelíes matan a veterana periodista palestina-estadounidense de Al-Jazeera», por su parte la CNN en Español informa que «Muere periodista que fue baleada durante cobertura del Día del Trabajador en Chile» y CADENA SER cuenta que «Los talibanes obligan a las mujeres periodistas a cubrirse la cara cuando aparezcan por televisión en Afganistán»
A priori se puede aseverar que la violencia por razones de género no distingue fronteras y que es una problemática que atravesamos en todo el mundo.
En estas últimas semanas en muchos países de la región la noticia ha sido la violencia que sufren las mujeres periodistas que tristemente en muchos casos es extrema. Algunos de los hechos más resonantes que estuvieron en la agenda mediática de estos días en relación a esta problemática fueron la muerte de Francisca Sandoval, periodista baleada en el Día del Trabajador/a en Chile y Sherine Abu Aql periodista de Al Jazeera.
Por su parte, Amnistía Internacional informó que en enero del 2022 al menos 20 personas defensoras de derechos humanos y cuatro periodistas fueron asesinadas a lo largo de la región. Esto lo que muestra es el peligro que representa la defensa de los derechos humanos y ejercer el periodismo en algunas regiones, más si sos mujer.
Durante la Conferencia de la UNESCO, Irene Khan, la Relatora de las Naciones Unida, aseguró que la tecnología digital abre nuevas posibilidades para el periodismo de investigación pero también da espacio a nuevas amenazas, en especial contra las mujeres. “Cuando se ataca a mujeres, en línea o no, la intención es silenciarlas y limitarlas”.
A fines de abril Reporteros Sin Fronteras también advirtió lo peligroso que es ser periodista en algunos países de Latinoamérica. Este organismo presentó un informe detallando cómo es en cada país realizar el trabajo y advierte “sobre los peligros físicos y las deficiencias en los mecanismos de protección a periodistas en cuatro países en particular: México, Brasil, Honduras y Colombia”.
¿Cuáles son las situaciones que sufren las periodistas a la hora de cumplir con su vocación y cuál es la diferencia en relación a los varones? Dolores Gandulfo, especialista en relaciones internacionales, miembro de la Red de Politólogas y Directora del Observatorio Electoral de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal), indicó en Radio Gráfica que “ejercer el periodismo en América Latina y el Caribe puede implicar ataques y amenazas para la vida, con implicancias diferenciadas para las mujeres, según alertaron varios expertos internacionales durante una conferencia de alto nivel organizada por ONU Derechos Humanos en América del Sur, UNESCO y la Embajada de Austria en Buenos Aires”.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) detalló que la violencia contra periodistas va “desde los asesinatos hasta el acoso en línea, pasando por atentados, amenazas, agresiones o exilio a los que son sometidos informadores en Latinoamérica”. En este sentido Gandulfo señaló, “cuando se analizan las situaciones de violencia se ven situaciones extremas y al mismo tiempo persecuciones que tienen que ver con las investigaciones que desarrollan y se dan en el plano de la vida cotidiana y también en redes sociales que hoy es uno de los principales canales de difusión; el objetivo es silenciarlas y limitarlas”.
En nuestro país con el paso del tiempo y gracias al trabajo de los feminismos se comienza a desnaturalizar la violencia a la que somos sometidas las trabajadoras. Por ejemplo la colectiva de Periodistas Argentinas interviene ante algunos hechos de violencia laboral. Además a principio de año la colectiva presentó ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) un informe que da cuenta cómo el maltrato laboral se encuentra instalado en el sistema de producción de noticias.
Además en Argentina contamos con el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual que trabaja para promover buenas prácticas, libres de violencias y para erradicar las violencias por razones de género a la que las periodistas aquí también lo padecemos en mayor o menor medida. Es importante señalar que una de las políticas públicas es el plan integral contra las violencias en el que se trabaja a lo largo y a lo ancho del país. Este plan se propone abordar de manera participativa, federal, multiagencial, transversal e interseccional esta problemática estructural.
(*) Licenciada en Comunicación Social con orientación en Periodismo (UNLP), Locutora Nacional de Radio y Tv (ISER). Conductora de Desde el Barrio (lunes a viernes de 10 a 13 horas)
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