Mabel Salinas, quien fue jugadora, arquera, entrenadora y delegada del Club Atlético Huracán, dialogó con Vivian Elem en Radio Gráfica sobre la profesionalización del fútbol femenino y su evolución a través de su propia historia.
La delegada de Huracán detalló cómo comenzó su historia: “Mi mamá me decía ‘a estudiar que la pelota no te da de comer’. Ella odió siempre el fútbol. Estaba mal visto, decían que te desviabas sexualmente, no lo veían como el deporte”.
“Entonces decido jugar al vóley, me dijeron que no tenía la altura, me dejaron sin federación. Y frente a esto, me voy a jugar al fútbol y no me dejaron jugar más cuando me empezaron a crecer los senos, ya no pude jugar en la cancha con mi primo porque hasta ese momento yo era ‘Joselito’. Mis primos me invitaban a jugar y de los nueve hasta los catorce años jugaba en el barrio a la par de los varones. De los catorce hasta los diecisiete jugué en un equipo. Mi abuela y mi padrino me llevaban los fines de semana a Moreno, les decían a mis papás que me llevaban a carreras de autos, qué sé yo, en ese momento había carreras del trote ¿Viste el sulky en Hurlingham? Bueno, mi tío decía eso, era mentira. Estábamos jugando al fútbol de madrugada por plata. Volvía toda rota y mi mamá decía ‘qué raro’. Ella sabía que yo iba a jugar al fútbol, pero prefería que fuera cómplice mi abuela y no ella”.
En 1993, Salinas empezó su historia en el Club Atlético Huracán: “me enamoré, conocí La Quemita y en el año 94 ya estábamos haciendo gestiones. En el 95 o 96 apareció Víctor Barzola, que era un técnico. Una mujer, una jugadora quería crear el fútbol femenino en Huracán. Entonces, en ese momento coincidimos, por el lado mío, Manolo Bustos y, por otro lado, otra persona que era importante en el club y que le dio lugar al fútbol femenino, que le dio lugar al cuerpo técnico. Esto le pasó también a Racing, empezó el futsal, empezó por un grupo de locas en Villa del Parque y ahora el futsal, en Racing, es potencia. Es decir, empezamos varias locas, somos varias”.
En cuanto a si se define como feminista, Mabel dijo que “una jugadora me llamó la atención, ‘dejá de decir que no sos feminista, porque todos los días estás en futsal, todos los días estas con el fútbol femenino. Vos vivís y respiras fútbol. Y si vos decís que no sos feminista, entonces ¿Qué es lo que estás defendiendo cuando lo defendés todo esto?’ Y tuve que cerrar la boca. Lo que no soy es una troska feminista. Yo quería, y quiero, que el varón me reconociera mis derechos, quería que el club reconociera nuestros derechos, quería que AFA se diera cuenta de eso”.
Se refirió también a las tácticas y la evolución del fútbol femenino desde años anteriores: “Eso tiene que ver con la táctica de cada entrenador y tiene que ver también con la evolución del fútbol masculino. Del 96 que empezó, al 2010, la mayoría de los técnicos de Huracán no eran recibidos, habían sido jugadores y le daban la categoría. En cambio, cuando esto empieza con un régimen un poco más de obligatoriedad, de licencias y demás, comienza otro juego. Boca y San Lorenzo, la UAI, el mismo River, vienen con equipos internacionales, tienen otra dinámica, le dedican siete días de entrenamiento. Si la Argentina cambia la cantidad de entrenamiento, te va a dar dinámica, porque hay una cosa muy básica, que es por lo que luché toda mi vida, empezar con una escuela de fútbol femenino”.
“Antes había otro esquema, hoy el técnico las deja pensar, las deja jugar y las invita, no las robotiza. Nosotras jugábamos por el honor, porque no teníamos ni para el pancho ni la coca cuando eran los partidos, pero jugábamos con el corazón. Vos ves la diferencia del cuerpo técnico, se fueron capacitando. Pero también fueron involucionando en generar jugadoras, porque tomaron el modelo masculino. Te dicen, el cinco ya no es cinco, el cinco puede ser el que juegue de volante, de creación, puede ser un diez, puede ser un once. Ya no respetan la categoría del número de la cancha”, explicó
Y acotó que “esperaba que con la profesionalización evolucionara un poco el fútbol femenino, lo único que hizo fue dejar de precarizar a las jugadoras. Pero nosotras somos, todavía, fútbol amateur”.
En la actualidad, se vienen rompiendo barreras con políticas que dejan atrás el relegamiento del fútbol femenino, así lo subraya la referente: “este año Huracán puso la escuela de fútbol femenino en un horario que está fabuloso, que a mí no me lo daban. Hoy hay lugar para todo”.
Sobre la integración de jugadoras trans al fútbol femenino, la ex jugadora dijo que “hay una disyuntiva. A nosotras nos asustó que ingresaran las jugadoras trans. Porque el físico de una jugadora, por más que me digas lo que me digas, es un masculino venido a mujer o transformado en mujer y nos asustaba. Pero cuando las vimos jugar a Mara y hay otras chicas, hay un equilibrio. El equilibrio tiene que ser físico y mental”.
La preparación de las jugadoras a nivel físico y mental es clave. Sobre esto, Salinas detalló: “a mí me decía el técnico, hay un momento que vos te quedás sin aire y automáticamente tenés que hacer un despeje de pelota, un pase en línea, reventar la pelota cuando no ves el arquero y no ves el arco. Entonces, ese tipo de jugadas las hacías automáticamente cuando te quedabas sin aire. Eso, en la actualidad no se hace, se mentaliza a la jugadora. Lo que hacés en las arengas, les metes coaching, psicólogo y trabajo de grupo”.
Y puntualizó que “las carencias institucionales que le faltan a las jugadoras, por más que cobren lo que cobren, les falta todo eso. Les falta transformarles la cabeza, transformarle la cabeza en ganadora y es una cosa que me queda a mí en disputa”.
Finalmente, Mabel Salinas al ser consultada sobre sus características como arquera señaló que “el técnico Barzola sufría conmigo, yo me hacia la Gatti, me hacia la Chilavert. Había un tiro libre y, como había sido jugadora de campo y había sido jugadora de vóley, no me costaba mucho descolgar pelotas, pero el problema era cuando yo quería salir jugando con los pies, jugaba muy bien, entonces salía jugando y como yo estaba en la cancha, yo creía que podía llegar al arco. Entonces me decía ‘volvé al arco, volvé al arco!!!’ Y bueno… nada, la vida te va enseñando. Y en ese camino, de jugadora terminé de dirigente, y creo que bastante bien me fue”.
- Redacción por Lucía Izaguirre
Discusión acerca de esta noticia