Por Juan Patricio Méndez *
El viernes 10 de diciembre, cerca del mediodía, ocurrió un derrame de petróleo en la estación de bombeo en Medanitos, provincia de Río Negro. El volumen del crudo vertido ronda los 2000 metros cúbicos, y la causa que originó el desastre parte de una falla del sistema troncal de oleoductos de la Compañía Oldelval. La magnitud fue tal que más de 20 camiones participaron en el control del derrame. Hasta el día de ayer se recuperaron cerca de 1400 metros cúbicos de petróleo.
Las consecuencias en el ambiente están a la vista, y la severidad de la problemática aún no es dimensionada en la ciudadanía. Desde los diferentes entes gubernamentales, incluido el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, se planteó la idea de “desastre”. “Siempre un derrame de está índole tiene un impacto serio”, detalló Sergio Federovisky, secretario de Control y Monitoreo Ambiental de la Nación. Por su parte, Juan Cabandié señaló en Radio Nacional que el material “no es inocuo, y no podemos de ninguna manera subestimar esta situación. Tenemos que evaluar rápidamente lo mejor que podamos, en qué estado queda el ambiente alrededor del derrame”.
En este orden de cosas, desde el Observatorio Petrolero Sur (OPSUR) informaron que se trata de uno de los hechos más graves en materia ecológica de los últimos tiempos. “Esta es una zona sensible que tiene su nombre porque está constituída por médanos, y esa no es la mejor circunstancia para un derrame, menos de estas dimensiones”, declaró Álvarez Mullaly. La peligrosidad señalada por las distintas autoridades y especialistas radica tanto en la situación en sí misma, como en la posibilidad de que el crudo se filtre en otros cuerpos hídricos. “En este sector tenemos recursos hídricos importantes, y a 4000 metros se encuentra el cauce del Río Colorado. Podemos prever que exista una contaminación hacia el subsuelo”, detalló.
La empresa Oldelval, que transporta petróleo de Vaca Muerta a Buenos Aires, indicó que “se dispuso un trabajo de 24 horas para atender uno de los desastres ambientales más importantes en los últimos años”. Sin embargo, no han publicado detalles sobre el operativo, las causas, el estado actual de la plataforma, y mucho menos se han expedido sobre el impacto ambiental del desastre. Desde sus redes y las fuentes trabajando en la zona, mencionaron que el objetivo principal de la empresa es “frenar la circulación de crudo, tapar el ducto y realizar las obras correspondientes para su restauración”
Con respecto a las causas mencionadas, Federovisky advirtió que la empresa fue intimada el día sábado para que presentara, en un plazo de 48 horas, el seguro ambiental. “Hasta el momento no lo ha hecho, y en caso de continuar este comportamiento, iniciaremos acciones legales”, declaró. Asimismo, el funcionario explicó que “llevará tiempo determinar si se trató de un error de operación del oleoducto, de una negligencia o de una desidia. Una vez que este determinado el origen, se actuará en consecuencia”.
La competencia ambiental, sin embargo, la mantiene la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático Provincial, a cargo de Dina Migani, organismo que se encuentra interviniendo junto a las demás entidades. “La secretaría supervisa de cerca los trabajos de contención en la zona y el posible impacto ambiental para que, una vez comenzados los trabajos de recuperación, el lugar quede lo más parecido posible a antes del derramamiento”, expresó la Secretaria.
Mediante la Brigada de Control Ambiental (BCA) evaluamos el daño ambiental en la zona de derrame de petróleo en Río Negro.
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— Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (@AmbienteNacion) December 13, 2021
Otro de los organismos trabajando en el territorio es la Brigada de Control Ambiental, dependiente de la cartera de Ambiente y Desarrollo Sostenible, quienes se encuentran evaluando el derrame de petróleo en la provincia.
La actividad productiva extractiva se mantiene presente en nuestro territorio. Más allá de las movilizaciones, las solicitudes y los estudios realizados en relación a la actividad petrolera, las empresas continúan gozando de libertades para perpetuar la destrucción ecológica de los suelos. “Lo más preocupante tiene que ver con la perspectiva que deja este hecho. Acá se incentivó mucho la explotación de Vaca Muerta, sobre todo del shale oil a través del fracking, y eso generó que haya mucho crudo, que tenga que ser evacuado”, detalló Álvarez Mullally. Las estructuras carecen de cuidado, mantenimiento o renovación adecuadas. “Los ductos utilizados fueron creados en los años 70 y 80. Si se sigue incentivando, y no hay una política de ductos, esto que ocurrió acá podría volver a repetirse”, concluyó el especialista.
Las consecuencias pueden ser catastróficas. Ya provocó el corrimiento de fauna autóctona y el arrasamiento de la flora. En este orden de cosas, la empresa fue exhortada por la provincia a realizar un plan de reforestación de la zona, así como también la contratación de un veterinario para cuidar y recuperar a las especies afectadas. El modelo extractivo sigue dejando camino arrasado y tierra muerta por donde pasa.
Aún desconocemos la contaminación hacia abajo, los alcances de la problemática y el horizonte de expectativas en materia ecológica. De lo que estamos seguros es de que este tipo de problemáticas ocurren por la falta de control, la explotación de los territorios y la constante evasión de responsabilidades de todos los sectores. Urge una correcta aplicación de las normativas vigentes para que estas situaciones dejen de ser cotidianas.
(*) Periodista y Columnista de Ambientalismo en Abramos la Boca (lunes a viernes de 16 a 18 horas) / Radio Gráfica 89.3
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