Por Juan Patricio Méndez *
El sábado 18 de septiembre se realizó, en El Bolsón, una movilización para rechazar la explotación inmobiliaria del Cerro Perito Moreno a manos de la empresa Laderas S.A., vinculada a Joe Lewis, magnate británico y protagonista de una avanzada anti-soberanía en el Lago Escondido. La convocatoria fue realizada por la Asamblea de Mallín en Defensa del Agua y La Tierra, donde vecinos y vecinas de la localidad patagónica acompañaron los reclamos. “El loteo viola la normativa ambiental”, sostuvieron.
La normativa “Plan de Uso de Suelo”, aprobada el 17 de Agosto por el Ministerio de Producción de Río Negro bajo la resolución N° 16/21, dió luz verde para el desarrollo urbanístico de más de 280 hectáreas al pié del cerro, sobre la cual se pretenden armar dos barrios privados. Lo que no tuvo en cuenta la iniciativa es que la zona está protegida por la Ley Nacional de Bosques, la cual establece “los presupuestos mínimos de protección ambiental para el enriquecimiento, la restauración, conservación, aprovechamiento y manejo sostenible de los bosques nativos”.
Y entiende al desmonte como toda “actuación antropogénica que haga perder al “bosque nativo” su carácter de tal, determinando su conversión a otros usos del suelo tales como, entre otros: la agricultura, la ganadería, la forestación, la construcción de presas o el desarrollo de áreas urbanizadas”. Por lo que su modificación en el uso del terreno es, ante todo, controversial y de carácter expropiante.
Miembros de la Asamblea denunciaron, hace unos días, que “la empresa ejecutoria estableció los trabajos de deforestación, apertura de caminos y construcción, con permiso del Estado Municipal”. En este orden de ideas, el avance de la obra implica un avasallamiento sobre la población, que ya planteó la necesidad (que debemos entenderla como obligación del Estado Nacional) de prohibir este loteo a los fines de preservar el ambiente.
Por otra parte, la Asamblea también destacó que el loteo de las tierras significa “el riesgo evidente en el abastecimiento de agua para la población rural”, “la violación a la normativa ambiental local”, “la violación de la medida de No Innovar, ordenada en 2011 (Expte: 25656/11_STJ)”, y la “fectación irreparable de las cuencas hídricas interjurisdiccionales (Rio Negro – Chubut)”. La inminencia del desastre ambiental que la megaobra implicaría, ya sienta las bases del conflicto que mantiene en vilo a la población.
La historia del conflicto
Luego de la fraudulenta adquisición de las tierras, que originariamente fueron entregadas en el 2010 a Mirta Soria (vecina de Pampa de Ludden), las mismas fueron vendidas en un mes al empresario Maximiliano Mazza, CEO de Laderas S.A., a razón de 70 pesos la hectárea. El precio ya constituye una razón para reflexionar sobre el entramado de relaciones aquí acontecidas.
La relación entre Mazza y Lewis viene de Nicolás Van Ditmar, empresario inmobiliario, cuñado del primero y representante de los intereses del segundo. Las tierras en Lago Escondido, explotadas por el magnate inglés y adquiridas en términos anti-constitucionales y colonialistas, son escenario de luchas inagotables por parte de las asambleas y las organizaciones, que todos los años marchan por el acceso a dicho cuerpo de agua, hoy cercado y atestado de fuerzas de seguridad privadas.
Hace muy poco, Laderas S.A. volvió a vender los lotes, publicando en su página web 230 lotes de 3000 metros cuadrados, a razón de 80.000 dólares la hectárea. Un negocio redondo, que desde el 2004 viene siendo motivo de disputas. “En el año 2004, Van Ditmar vino a una reunión en el Mallín Ahogado a decir que Lewis compró la tierra para hacer un aeropuerto. Allí nos opusimos, y en el 2008 se hizo un referéndum donde ganó el “no” al traslado de lugar del Aeropuerto de El Bolsón. En el año 2010 comenzaron a haber movimientos, y en el 2011 aparece este proyecto de loteo. Por eso suponemos que es de Lewis”, sostuvo Silvia Rojas, asambleísta del Mallín, en Canal Abierto
Vale destacar que en el 2011 se interpuso un recurso de amparo por parte de los asambleístas, donde el juez dictaminó la medida de “No Innovar”, es decir una cautelar que se orienta a preservar, mientras se sustancia el proceso principal, la inalterabilidad de determinada situación de hecho o de derecho. Y desde allí la misma tiene vigencia.
“El motivo principal por el que se defiende esa zona del cerro es porque de allí recibe agua todo Mallín Ahogado, desde la cuenca del Pedregoso, que es una cuenca que va hacia el norte, pero se desvía el agua. En esa ladera se encuentra el ‘segmento de tierra negra’, que actúa como una especie de esponja que retiene toda el agua que en el invierno es nieve y va drenando por ahí”, sostuvieron desde la Asamblea de Mallín en Defensa del Agua y la Tierra, en un comunicado.
Es preciso destacar que el extractivismo sienta las bases del modelo económico vigente: una racionalidad moderna enmarcada en el disponer del todo para pocos, de pasar por encima de las voluntades populares, de desahuciar de derechos y territorio a las sociedades y de vivir por fuera del marco normativo. El extractivismo, hoy, no va más. Es hora de escuchar las voluntades del pueblo. Porque, además de este conflicto, la crisis de representación continúa, ya que parece primar el deseo empresario por encima del deseo civilizatorio.
(*) Columnista de Ambientalismo de Abramos La Boca (Lunes a Viernes de 16 a 18 horas) / Radio Gráfica 89.3
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