La conmemoración del Día de la Independencia en Brasil el 7 de septiembre, fue la oportunidad para que el presidente Jair Bolsonaro amenazara, ante miles de seguidores en Brasilia por la mañana y en San Pablo en horas de la tarde, al juez de la Corte Alexandre de Moraes, quien investiga acciones golpistas contra la democracia y contra el titular del Tribunal Superior Electoral (TSE), Luiz Barroso.
Sader relató en Radio Gráfica que hay “un momento de mucha tensión en Brasilia, en San Pablo. No cambia nada en Brasil, no va a haber un Capitolio. Es un sector radicalizado que de repente puede exacerbar su comportamiento y atacar al Supremo Tribunal con el cual hay un enfrentamiento muy abierto“.
“Esta disputa con el Poder Judicial de Brasil se da debido a que Bolsonaro anunció ‘que abrió un contragolpe, un antigolpe para defenderse de un golpe’, que se estaría articulando en contra de él”, señaló el analista, en razón de que el jefe de Estado considera que “el Supremo Tribunal constituye una ‘amenaza’, pues podría inhibir su candidatura” presidencial para las elecciones del año próximo.
El sociólogo explicó que este último tiempo “ha sido muy difícil para Bolsonaro, por el desgaste de su imagen, por el avance del apoyo a Lula. Ya no gobierna, simplemente usa su espacio para polemizar y para hacer amenazas“.
En la misma línea de análisis, Sader se preguntó: “La duda es, ¿la derecha se quedará con él? ¿Logra sacarlo? Si quiere sacarlo, ¿tendría a alguien para sustituirlo?“. Y agregó que “se habló incluso de que el vicepresidente (Hamilton Mouräo), que es un militar, que fue puesto para confirmar el apoyo militar a Bolsonaro, que tiene diferencias con él, podría ser una alternativa”.
“Todo es muy difícil, incluso si Bolsonaro sale de la presidencia: él y sus hijos tienen gravísimos riesgos de ir presos“, aseguró, y advirtió que “por eso no sería una transición suave, sería una situación de mucha inestabilidad”.
El sociólogo resaltó que, desde el poder económico, “antes se imaginaban que la economía tenía alguna posibilidad de recuperación, pero ya no hay“, y explicitó dos razones, “primero, porque los gastos han llevado a la inflación a niveles muy altos, y la economía ha bajado su proyección de crecimiento. Segundo, la inestabilidad política dificulta la inversión. Nadie quiere invertir en un país que no sabe y, según amenazas del Presidente, qué es lo que va a pasar ahora y el año que viene”.
“Disminución de la pandemia sí, sigue bajando (la curva de contagios) sostenidamente”, narró el analista político, pero admitió que “no sé hasta cuándo se mantendrá”. Pero está claro “que la situación del año que viene ya no será de recuperación económica. Es un escenario muy negativo desde todos los puntos de vista para Bolsonaro”, subrayó.
Por otro lado, Sader observó que “el empresariado está dividido. Un sector sigue con él porque gana con las privatizaciones. Otro sector adhirió a Lula, y un tercero está a mitad de camino: no quiere a Bolsonaro ni quiere a Lula. Entonces intenta ser una llamada ‘tercera vía’, que hay varios, y habiendo varios, ninguno se consolida como alternativa”.
El escenario entre los que controlan la economía “está dividido, no hay una posición global del establishment”, consideró Sader.
Y continuó: “Los evangélicos están divididos, una parte está con Lula, otra parte está con Bolsonaro, no tiene ya apoyos muy sólidos. Por eso se vuelca cada vez más a las Fuerzas Armadas y a las policías militares“.
“La razón de fondo es que la derecha quería a cualquiera que no fuera el PT (Partido de los Trabajadores). Buscaron a este tipo que sabían lo qué era”, explicitó. A su vez, Sader recordó que “en el ‘impeachment’ ilegal contra Dilma Rousseff (en el Congreso durante el año 2016), en su declaración de voto hizo un homenaje al más torturador de la dictadura brasileña (1964-1985). Torturó a la misma Dilma”. Y subrayó que ese modo de actuar “es una brutalidad, una apología de la tortura, una apología a la dictadura”.
El sociólogo puntualizó que “casi todos sabían quién era ese personaje. La derecha prefería a cualquiera que no fuera Lula, cualquiera que no fuera del PT“. Y se lamentó porque “se agarraron ese monstruo aventurero”.
En el plano de la política de la Región, Sader opinó sobre la responsabilidad que tendrá el presidente Alberto Fernández al encabezar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC): “Probablemente (tenga apoyo) de la mayoría de la Región. Está claro que lo que es decisivo sería la victoria de Lula (en las elecciones de octubre de 2022). Por primera vez tendríamos los tres países más grandes del Continente, Argentina, México y Brasil con gobiernos progresistas”.
“Se consolidaría la recomposición de UNASUR, CELAC. Lo importante es hacia dónde se puede avanzar, porque lo que se pudo destruir, se ha destruido”, manifestó el filósofo, y añadió que “es importante que Alberto Fernández pueda asumir y pueda empezar a recomponer ese organismo que es lo más importante que tenemos. Porque incluso, por primera vez, sustituye a la OEA (Organización de Estados Americanos), que tiene a Estados Unidos y a Canadá”.
“El discurso de (Andrés Manuel) López Obrador es muy importante, diciendo ‘basta’ finalmente de la OEA”, evaluó. “La CELAC tiene ese papel importante, de agrupar solo América Latina y el Caribe“, propició.
Sader ponderó que una victoria de Lula podría traer “la tercera década Latinoamérica. La primera fue progresista, la segunda fue mitad progresista y mitad conservadora, y ahora podemos tener una tercera década en los años ’20 de gobiernos progresistas. Y concluyó “que no son solo esos. En Bolivia también, probablemente Chile, posiblemente en Colombia. Sería un escenario que no tuvimos ni siquiera en la primera etapa progresista. Sería más favorable todavía”.
- Entrevista realizada por Lautaro Fernández Elem en Desde el Barrio (lunes a viernes de 10 a 13 hs)
- Redacción por Carolina Ocampo
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