Se cumplen 45 años de la última dictadura cívico – militar y todavía quedan deudas pendientes, como el juzgamiento de los civiles. El periodista e historiador Alejandro Jasinski habló en Radio Gráfica sobre el tema y remarcó que, para darle un estatus mayor, “hay que insistir con la idea de la responsabilidad y no de la complicidad”.
“No fueron solamente personas o poderes que acompañaron un proceso dictatorial, sino que lo financiaron, participaron activamente. Sobre todo a lo que hacía a su interés, al cambio de modelo económico y la represión a los trabajadores en los establecimientos laborales”, explicó.
Además, el periodista hizo referencia al estado de las causas y aseguró que “es difícil lograr avances pese a que se ponen pruebas interesantes en los juicios”. “Después tenés esas causas que avanzan en los juicios, que llegan a sentencia y que entran en la lógica recursiva, para que las sentencias no se confirmen”.
Causa Marcos Levin, dueño de La Veloz del Norte. “Fue el primer empresario condenado por delitos de lesa humanidad. Y esa condena fue confirmada en una instancia superior, que era la Cámara de Apelación. Cuando llegó a Cámara de Casación la revirtieron con un fallo bastante escandaloso”, contó el periodista y destacó que “el negocio de ellos es el tiempo”.
“El negocio de ellos es el tiempo. El capital sabe muy bien de esto, de achicar lo más que se puede el tiempo en los momentos de producción y circulación de la mercancía. Y expandirlo, de hacerlo como chicloso, en estos expedientes judiciales”, sostuvo.
Causa Ford. “Tuvo una sentencia histórica, porque dos ex máximos directivos (Pedro Muller y Héctor Sibila) de la empresa Ford multinacional de la sucursal argentina fueron condenados por ser partícipes necesarios. Eran participantes activos en el proceso de secuestro de trabajadores dentro y fuera de la planta de Ford. Fueron condenados. Ahora el caso está en Casación. Están discutiendo qué va a pasar. Si se confirma la sentencia o se pide revisión de algún tipo”, relató.
Causa La Fronterita. “La Fronterita es un ingenio de Tucumán, uno de los más grandes. Uno de los que más evidente fue. Está lleno de pruebas de cómo participó el ejército dentro del predio de La Fronterita, de cómo militarizó el predio, y de cómo esa militarización no fue un avance sobre el empresario sino que fue una colaboración del empresario para reprimir trabajadores. Y para mantener además como una sede militar, territorial”, explicó el historiador.
Y agregó: “El caso de La Fronterita llegó a Cámara de Casación con falta de méritos. Es decir, no hay suficientes pruebas para que sigan siendo investigados. La falta de méritos fue confirmada en la Cámara de Apelaciones provincial. Y cuando llegó a la Cámara de Casacion, que es la instancia máxima antes de la Corte Suprema, finalmente la sala dio la posibilidad de que la Cámara de Apelaciones de Tucuman revise su falta de mérito. Le dijo que vuelvan a pensar porqué no hay suficientes pruebas”.
Causa hermanos Emilio y Julio Méndez. “Los hermanos Méndez eran empresarios, hombres de hacienda en la zona de Tandil, en el sur de la provincia de Buenos Aires y vinculados a lo que fue el caso de Loma Negra, en Olavarría. La persona torturada, secuestrada, fue Carlos Moreno, que era el abogado de sindicatos en la zona de Tandil. Estos dos empresarios fueron condenados y la Cámara de Apelaciones confirmó estas condenas por haber colaborado con los militares, por haber prestado este territorio para que se utilice como centro de tortura. Y la Corte a fin de año revirtió, en un fallo muy cuestionable, esa decisión de condenarlos y los dejó de vuelta en la instancia de revisarse esta condena”, precisó.
“En todos los casos son mensajes que van en paralelo pero que se están mirando de reojo todo el tiempo”, afirmó el periodista e historiador.
- Entrevista realizada por Lucas Molinari y Leila Bitar en Punto de Partida (lunes a viernes de 8 a 10hs)
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