Por Nehuén Gusmerotti *
En las últimas semanas Marilyn Manson volvió a ser noticia. No, esta vez no fue por su excéntrica apariencia o su música. El norteamericano fue denunciado públicamente por varias de sus ex parejas. Abusos, manipulación, violencia psicológica. Un dique que rompió la actriz Evan Rachel Wood (Westworld), ex pareja del músico entre 2007 y 2010, y que dio el pie para que otras víctimas de Manson también hagan sus denuncias.
La defensa del músico no se hizo esperar. Manson, Brian Hugh Warner de nacimiento, puso su forma de hacer arte como el foco de la controversia. “Estas afirmaciones recientes sobre mí son horribles distorsiones de la realidad. Mis relaciones íntimas siempre han sido totalmente consensuadas con parejas de ideas afines. Independientemente de cómo, y por qué, otros ahora eligen tergiversar el pasado, esa es la verdad”. Tras estos dichos y las denuncias compartidas de Wood, Esmé Bianco, Ashley Walters, Sarah McNeilly, Ashley Lindsay Morgan y una mujer que dio su nombre como Gabriella, Manson fue despedido de la serie American Gods. Además, la empresa discográfica que promocionaba su disco decidió romper su vínculo con el artista. Incluso aclaró que no volverá a trabajar con él en el futuro.
Este tema atravesó transversalmente el mundo de la música, así como también la discusión de género. Durante lo que va de 2021 también generó efecto en denuncias hacia otras personalidades como Shia LeBeouf, Armie Hammer o Josh Weddon. El tema se puso sobre la mesa: las distintas escalas de violencia física y psicológica, con el agregado del ídolo como asimetría en la relación de poder.
En diálogo con Radio Gráfica, la psicoanalista María Vuotto planteó el tipo de personalidad que tienen quienes ejercen violencia en el ámbito de una relación. “Está bastante emparentado con la personalidad psicopática. No todos los violentos tienen este tipo de personalidad, pero cierto es que aquellas personas con personalidad psicopática son grandes maltratadores”. Además aclaró que estas personas tienen esta forma de vincularse, no solo dentro de la pareja, sino en general. Lo hacen a través del maltrato.
“Una de las características que los distingue es que son grandes seductores. Si esta personalidad es un ídolo, puede utilizar esto para seducir o capturar al otro”, destacó Vuotto. Agregó que se da mucho en este tipo de relaciones. Se “captura” a otro a través del glamour o brillo ejercito por ese lugar de ídolo. Aun así aclaró: “Esto no es excluyente, no necesariamente debe ser un ídolo. Son personas que hacen de la seducción un arte. Así captan a quienes luego devienen en sus víctimas”.
A su vez, Vuotto aclaró que quienes tienen esta personalidad no consideran a un otro como persona. Se los cosifica. “Nada de lo que hagan en una relación con otro, cuenta con el consentimiento”. Y agregó sobre quien queda en lugar de víctima en este tipo de relación: “En estas relaciones hay abuso psicológico y abuso de poder. Relacionarse con niños o adolescentes facilita las cosas en una relación asimétrica. Esto unido a la fascinación que puede producir relacionarse con una celebridad”.
La violencia previa, ¿Qué hacer antes de llegar a los límites?
Lejos de los grandes flashes de Hollywood, más cerca en tiempo y espacio, las últimas horas vieron como una consigna se instaló a nivel social: La complicidad de quien ve la violencia y no actúa. “Quien mira de afuera claramente se da cuenta cuando el otro es un maltratador”, aclaró tajantemente Vuotto. “Depende del grado de proximidad que uno tenga con estas personas. En qué medida uno es amigo, y tiene la obligación de intervenir”.
Sobre cómo detectar un accionar violento antes de llegar a instancias de mayor gravedad, Vuotto dio algunos indicadores a tener en cuenta. “Uno tiene que estar atento a si alguien te hace sentir muy incómodo. Si uno se siente confundido, o que le cuesta tomar decisiones. Si antes era más feliz y relajado y ahora está pendiente de esa mirada del otro. Si se siente que uno debe disculparse frecuentemente, que siempre es culpable de lo que está pasando en esa relación. Se empieza a sentir disminuido, que no hace las cosas bien y si el otro se enoja es porque uno algo habrá hecho. En esos casos hay que estar sumamente alerta antes de que las cosas lleguen a instancias mayores”.
Uno de los riesgos que existen al momento de buscar intervenir, es encontrar resistencia de parte de la víctima. Sobre esta situación, Vuotto explicó los modus operandi de un violento durante una relación. “Una de las características de estas personas es alejar a su víctima de todos los contactos. La persona que cae en las redes de una personalidad psicopática, tiene una personalidad particular también. Eso hace que no sea fácil darse cuenta”. Igualmente agregó la necesidad de generar redes y formas de intervenir en esa situación. “Un esquema que le permita a esa persona pedir ayuda. No es fácil salir de esa situación para quienes caen en esa telaraña”.
(*) Conductor de Resistiendo con Ideas (sábados de 18 a 20, domingos de 16 a 18)
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