Un 2 de julio de 1889, hace 131 años, Cecilia Grierson se titulaba como la primera médica mujer de Argentina dando un paso fundamental para la historia. Egresó de la Universidad de Buenos Aires, fue una pionera a nivel local de la ginecología.
Por Juliana Milanesio*
Cecilia nació un 22 de noviembre de 1859. Era la mayor de seis hermanos criada en una familia de emigrantes irlandeses y escoceses. Gran parte de su primera infancia la pasó en Uruguay y luego en Entre Ríos, donde su padre tenía una estancia.
Si bien tuvo acceso a una buena educación y a una gran biblioteca familiar, su padre falleció cuando ella tenía aproximadamente 10 años y debió volver a la estancia para ayudar a su madre. Emprendedora e inquieta como era, con apenas 14 años, Cecilia ya se encargaba de la escuela rural que su madre debió abrir dentro del campo donde vivían para mantener a toda la familia.
Así fue que comenzó a inclinarse por la educación. Estudió y se recibió de Maestra Normal en Buenos Aires donde ya se empleaba como institutriz. Parecía que la docencia iba a ser su camino pero algo inesperado surgió. Una amiga de Cecilia se enfermó gravemente de una enfermedad respiratoria. Cecilia quería ayudarla, encontrar la cura para la enfermedad de su amiga. Y fue así que tomó la decisión que cambiaría su vida y el de muchas mujeres: estudiaría medicina, una carrera por entonces exclusivamente para hombres.
No había ningún antecedente en toda América Latina de una mujer que hubiera obtenido el título de médica. Y si bien no existía una prohibición explícita que impidiera la inscripción, había sí una trampa reglamentaria, un requisito imposible de cumplir. Para anotarse en la carrera había que tener aprobado latín, pero esa materia se dicta sólo en el Colegio Nacional de Buenos Aires, una institución que por entonces era sólo de varones.
Cecilia sorteó todos los obstáculos que los varones y la lógica patriarcal le impusieron. Y en 6 años realizó la carrera de medicina, recibiéndose como decíamos el 2 de julio de 1889. En 1886 ya había fundado la Escuela de Enfermeras, más tarde creó la Asociación Médica Argentina, la Sociedad Argentina de Primeros Auxilios y la Asociación Obstetricia Nacional de Parteras.
En 1899 participó en Londres del Congreso Internacional de Mujeres, que la eligió vicepresidenta. De regreso al país, en 1900 fundó el Consejo Nacional de Mujeres de la República Argentina y más tarde la Escuela Técnica del Hogar. Fundó también el Liceo Nacional de Señoritas. Presidió el Primer Congreso de la Sociedad de Universitarias Argentinas y formó parte del grupo fundador de la Sociedad Argentina de Biotipología, Eugenesia y Medicina Social. Si todo eso y más.
Un dato que llama la atención es que en 1894 se inscribió en un certamen para ser profesora sustituta de la Cátedra de Obstetricia para parteras, pero el concurso fue declarado desierto. Cecilia, según el historiador que escribió su biografía Alfredo G. Kohn, cuando pasó esto dijo: “Fue únicamente a causa de mi condición de mujer, según refirieron oyentes y uno de los miembros de la mesa examinadora, que el jurado dio en este concurso de competencia un extraño y único fallo: no conceder la cátedra ni a mí ni a mi competidor. Las razones y los argumentos expuestos en esa ocasión llenarían un capítulo contra el feminismo”.
Hoy los medicas cumplen un rol fundamental enfrentando día a día la pandemia que existe y sostienen el legado Cecilia Grierson: maestra, médica, pionera en el campo de la obstetricia, de la kinesiología y en la difusión de primeros auxilios.
(*) Columna “la fea, sucia y mala de la semana” en Feas Sucias y Malas (sábados de 9 a 12hs)
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