Por Ramiro Coelho
Con alcance nacional, el Instituto para la Producción Popular lanzó “Tod@s Comen“, el primer portal electrónico de comercialización de alimentos elaborados por cooperativas y pequeñas empresas. Logró organizar los sistemas de pago digital gracias a la asociación con el Banco Crediccop y la logística a través de una reconocida empresa de distribución responsable del transporte de la mercadería a todo el país. Este sistema de venta y distribución facilita que lxs produtorxs se queden con el 80% del precio final de venta de cada producto y los consumidores puedan comprar alimentos de calidad a precios competitivos.
Enrique Martínez, coordinador del IPP, destacó en al aire de Radio Gráfica que “con este sistema hemos recibido pedidos ya de catorce provincias. Para nosotros es una gran alegría llegar a cada hogar del país con estos productos”.
La distribución se realiza desde el Mercado Central a cada rincón de la Argentina, manteniendo el mismo precio final, sin importar el destino. Solo varían los volúmenes de compra mínima para hacer sustentable el envío. Mientras que para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el mínimo por envío es de $2500, en Neuquén sube a $5000. Este escoyo puede superarse en la medida que se hagan pedidos entre varias personas.
Gran variedad y productos a precios competitivos
El portal cuenta con más de 100 productos a precios accesibles procedentes de empresas recuperadas, cooperativas de productores de mayor envergadura y pequeñas empresas privadas. Diversidad que permite acceder a productos básicos a precios populares y de mayor sofisticación a un costo razonable. “Del precio que paga el consumidor, el 80% va a parar al productor. Nos manejamos con márgenes de ganancia modestos, pero que nos acercan a precios mucho menores que los de un negocio de proximidad y competitivos respectos de los grandes supermercados”. Los montos de envío también son bajos. Varían entre $150 y $400 de acuerdo a la lejanía del destino respecto de Mercado Central. “Esa es la lógica. Con sacrificio y esfuerzo, reduciendo los márgenes es que le damos un matiz federal muy claro a nuestro proyecto” agregó Martínez.
Producción popular y el futuro de los precios.
A juicio del coordinador del IPP, esta experiencia “es un agujero en el agua”. Las políticas públicas para la producción popular parecen todavía quedarse a medio camino. La ausencia de subsidios para la producción de alimentos de pequeñxs productorxs hace que muchos cultivos estacionales, como el tomate, se vuelvan una quimera. “Nosotros estamos adoptando la lógica de comprarles de manera anticipada a los movimientos campesinos para que cuenten con recursos y certezas a la hora de producir el puré de tomates. Imagínense si esto se hiciera a la escala de una provincia”.
“La producción popular tiene mucho potencial se dice”, parafraseó Martínez, pero parece necesario que el Estado cree las condiciones. “¿Alguien le ofreció una línea de crédito a los pequeños molinos que producen harina y que nunca exportaron?” añadió a modo de pregunta.
Hoy en día, con los precios de los alimentos en el centro del debate, pareciera fundamental reconsiderar el papel que se le otorga a lxs pequeñxs productorxs, relegadxs a los lugares más recónditos, a la hora de obtener los beneficios de la comercialización de alimentos, controlada por grupos monopólicos. Proyectos como los del IPP, parecen abrir una luz de caminos alternativos posibles.
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