Dolores Etchevehere, hermana del ex ministro de Agroindustria de Mauricio Macri y ex presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Etchevehere, cedió el 40% de los terrenos que le corresponden por herencia para la fundación del “Proyecto Artigas”. “Para un modelo agrario sostenible, libre de agrotóxicos y explotación, distinto al que su familia representa”, aclaró. Patrocinada legalmente por el dirigente Juan Grabois, denunció a su familia por “corrupción, lavado de dinero, violencia económica y despojo de derechos hereditarios”. Política y medio ambiente, en un complejo entramado de relaciones.
Por Juan Patricio Méndez*
La cesión del 40% de los terrenos que le corresponden por herencia a Dolores Etchevehere, para la formación de un proyecto agroecológico, sustentable y cooperativo, marcó un hito.
“Una red integrada por movimientos sociales, profesionales del derecho, la comunicación y el cuidado del ambiente que, movilizados por la búsqueda de la verdad, la justicia y el bien común, actuamos conjuntamente en aquellas causas donde se vulneran los derechos de la Tierra; causas que han sido ignoradas, cajoneadas y/o boicoteadas por las propias instituciones de la República, corrompidas por los privilegios de quienes usan el poder en su provecho, en un sistema estructuralmente perverso”, aclaró el sitio web del Proyecto Artigas.
El dirigente social y abogado de Dolores Etchevehere, Juan Grabois, señaló en Radio Gráfica que el objetivo principal del proyecto es el establecimiento de un nuevo tipo de modelo productivo, en donde “se van a producir todo tipo de alimentos sanos. Una parte considerable se va a destinar a comedores comunitarios y escolares y el resto será para sustento de las familias que se van a arraigar en esas tierras, quienes ya son propietarios de manera colectiva”.
Esta interpretación sobre el acceso a la tierra, sobre los métodos productivos, el respeto al medio ambiente y la biodiversidad, y la cualidad cooperativa y solidaria de la red que encarna el proyecto, es contradictoria a la histórica ideología de la familia Etchevehere. Lo planteado por las partes es que la cesión del 40% de la tierra heredada “se destinará a la construcción de un modelo agrario sostenible, libre de agrotóxicos y explotación, distinto al que la familia representa”.
Todo ambiente es político
En un vídeo, donde Dolores denunció a su familia por corrupción, explotación laboral, violencia económica y clientelismo, confirmó la legitimidad de la ocupación de las tierras, presentando el hecho como un acto de “reparación histórica por los daños y despojos sobre ella y los trabajadores humildes”.
El conflicto familiar que protagonizan los hermanos es por las maniobras fraudulentas llevadas adelante por el núcleo familiar Etchevehere, luego de la muerte de su padre, Luis Félix. “Dolores comenzó a investigar las maniobras fraudulentas de sus hermanos en lo que respecta a los bienes heredados, pero encontró todo tipo de defraudaciones a ella, a terceros, y al propio Estado. Lleva once años de investigación y denuncia en la Justicia sin ningún resultado positivo”, detalló el sitio web del Proyecto Artigas.
Asimismo, explicaron que “el abordaje del Caso Etchevehere parte de un diagnóstico contundente: las estrategias utilizadas durante 11 años de investigación y denuncia fracasaron porque los planteos meramente jurídicos, independientemente de su solidez técnica, no alcanzan para enfrentarse a un entramado de corrupción política, judicial e intereses económicos”.
El lobby empresario, institucional y político no es una novedad en estos casos. Según lo aclaró la denuncia en el sitio web, y en el video subido por Dolores Etchevehere, esto es la “impunidad de todos sus delitos, como por ejemplo estafar al Estado fraguando documentos públicos, evadiendo impuestos, accediendo a tierras fiscales a precios viles y atentando contra el medio ambiente”.
Y del mismo modo, la pertenencia a un sector conservador como lo es la Sociedad Rural Argentina (SRA) da mucha tela para recortar. Daniel Pelegrina, actual presidente de la SRA, rechazó la medida que tomó el gobierno de La Pampa al prohibir la comercialización de agroquímicos en dicha provincia por un reclamo de falta de cumplimiento en la construcción de depósitos de envases de estos productos.
En mayo del año 2019, entidades que integraban la Mesa de Enlace del Foro de Agroecología, entre ellas la SRA, realizaron una protesta y corte de calle frente a los tribunales provinciales en Paraná, en rechazo del fallo judicial que confirmó la inconstitucionalidad del decreto 2.239/19 que permitía fumigar a 100 metros de escuelas rurales.
Yendo más al grano (o casualidad), Luis Miguel Etchevehere señaló, al respecto de esta resolución de inconstitucionalidad del decreto, que “ojalá se resuelva de la mejor manera porque sino Entre Ríos va a perder 300 mil hectáreas productivas, y eso es perder trabajo”, dejando en claro cuál es su opinión respecto al uso de fitosanitarios y agroquímicos. Reclamo que fue acompañado por el entonces Secretario de Ambiente de la Nación, Sergio Bergman, quien declaró que “la distancia no es el único criterio para evaluar la aplicación de agrotóxicos”.
Para tirar más carne al asador, en marzo de 2018, en el marco de la reunión del Consejo Nacional Apícola, un miembro de la Sociedad Argentina de Apicultores (SADA) recriminó que el uso extensivo de agroquímicos es el responsable de la crítica situación que se vive con respecto a la muerte de abejas, debido al “progresivo deterioro ambiental por la pérdida de biodiversidad, como resultado de una política agrícola vinculada al uso intensivo de agrotóxicos”. La respuesta del entonces presidente de la Sociedad Rural fue que “el modelo productivo no va a cambiar”.
Cortita y al pie, el ex funcionario dejó bien en claro cuál es su postura respecto al medio ambiente y al uso de fitosanitarios, en un país donde la extensividad de los cultivos estuvo acompañada por la exacerbación en la aplicación de agroquímicos, superando la barrera de los 500 millones de litros anuales.
Reparación histórica de los suelos
Este mensaje de Dolores Etchevehere es esperanzador en términos de transición productiva. La comprensión de que el uso extensivo de químicos sobre los suelos nacionales es perjudicial para el conjunto entero de los seres vivos y la naturaleza fue el puntapié inicial para la creación del Proyecto Artigas. Grabois señaló que se plantea “un modelo agroecológico sustentable y productivo. Hay 50 trabajadores realizando labores en ese campo junto a ingenieros agrónomos y los chicos de Jóvenes por el Clima, que están asesorando en cuestiones agroecológicas y de sustentabilidad”.
El hecho de que una gran cantidad de hectáreas pasarán a estar a disposición de la agroecología es un gran avance en términos de producción sustentable y cuidado del medio ambiente. Esta lógica promueve la integración entre la naturaleza y el ser humano, la sustentabilidad de los ecosistemas, la construcción de un territorio sano y no destructivo, y el crecimiento sostenible de una economía al servicio de la comunidad.
“Entre Ríos es la provincia ícono de la impunidad de los crímenes ambientales. No es casualidad que el 55% de las internaciones por casos de cáncer en niños en el Hospital Garrahan provengan de la provincia. La mitad de la población en muchos pueblos sufre de patologías asociadas a la aplicación del paquete tecnológico agroindustrial. Entre Ríos es un territorio liberado para contaminar y envenenar”, señala la web del Proyecto Artigas.
A favor del proyecto se expresaron varias organizaciones socioambientales. “Quienes militamos y luchamos por un modelo productivo justo, inclusivo y sostenible, a la altura de los desafíos que nos plantean problemáticas como la crisis climática y la pérdida de biodiversidad, sabemos que Entre Ríos es una provincia en donde priman lógicas repudiables”, señala el comunicado compartido en la web del Proyecto.
“Quienes militamos y luchamos por un modelo productivo justo, inclusivo y sostenible, a la altura de los desafíos que nos plantean problemáticas como la crisis climática y la pérdida de biodiversidad, sabemos que Entre Ríos es una provincia en donde priman lógicas repudiables”, concluyeron los firmantes de la carta de apoyo, Jóvenes por el Clima Argentina y Extinction Rebellion Argentina.
La necesaria transición hacia un modelo agroecológico fue puesta en la agenda gubernamental a principio de año, y reafirmada en la presentación del Plan de Políticas Ambientales en el mes de septiembre. Sin embargo, la presión y el lobby de los sectores conservadores es muy fuerte. Durante la noche del miércoles 21 de octubre, al menos 4 personas, que responderían a Luis Etchevehere, se acercaron a la tranquera del terreno para pedirle a Dolores que se retire.
La familia señaló que el terreno que Dolores cedió al proyecto implicó una usurpación y ocupación. Y es por ello que el ex funcionario macrista comenzó a organizar, durante la última semana, protestas “anti-usurpaciones” con la consigna “Fuera Grabois de Entre Ríos”. El dirigente social respondió en sus redes sociales que “así se prepara la patota del Filonazi Schneider y los amigos de Etchevehere. Mintiendo, pagando, invitando a matar negros”.
Etchevehere muestra orgulloso la infantería para-estatal de la Republiqueta del Glifosato con las que pretende sacar por la fuerza a su hermana y los integrantes del @ProyectoArtigas. La fuerza de los débiles va a triunfar sobre la prepotencia del poder fáctico. pic.twitter.com/qNb59mMZZo
— Juan Grabois (@JuanGrabois) October 21, 2020
Asimismo, Grabois denunció el ataque hacia Dolores y sus hijos: “Acaban de violentar el departamento y amenazar a los hijos de Dolores Etchevehere para extorsionarla”.
La modificación del esquema productivo es un imperativo impostergable. La transición a la agroecología también lo es. Este Proyecto emerge esperanzador en términos de sustentabilidad. El apoyo de las organizaciones es fundamental para el crecimiento y la formación de más proyectos de esta índole.
*Columnista de Ambientales en Abramos La Boca (Lunes a Viernes de 16 a 18 horas por Radio Gráfica).
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