Quinta Dosis es uno de esos fenómenos emergentes particulares. Con poco tiempo de trayectoria y una reducida actividad en redes, cada vez que tocan la gente responde. Un mensaje popular, mucha energía y sinceridad son algunos de los condimentos de la propuesta de un grupo joven que levanta banderas del rock de los 90´.
Por Nehuén Gusmerotti*
En horas de silencio stampa debido a la pandemia, Lucho Vázquez, cantante y letrista principal del grupo, habló con Radio Gráfica. “Hay bandas que se han sabido adaptar muy bien a lo que está pasando. Dosis tomó un camino diferente”. El músico explicó que la banda optó por el silencio y el trabajo en las sombras, mientras prepara el camino para su segundo disco de estudio. “Nosotros durante enero y febrero estuvimos laburando tres o cuatro veces por semana en la producción del segundo disco”. Por el lado de los shows en vivo, Dosis tenía planeada una incursión fuera de la Capital Federal, buscando hacer pie en el Conurbano, o las siempre receptivas ciudades de Rosario y Córdoba.
Vázquez planteó la problemática que tienen las bandas para volver a los ensayos, debido a la escasa regulación con que cuentan las salas. “La pandemia hizo saltar una ficha de algo que no tiene que ver con la cuarentena. El 80% de las que conozco están desreguladas. Activar protocolos para las salas de ensayo se vuelve utópico, ¿qué habilitación le podés dar a quien está fuera del sistema?”.
En esta línea aclaró que Dosis propone un disco en vivo, perfil que ya vimos en su primer LP, Carnaval en Llamas (2018). “Hay algo de lo humano, del contacto con los compañeros, de la propuesta sonora que queremos hacer, que se vuelve inviable”. Por otro lado, rescató que más allá de estos impedimentos, el aislamiento lo llevó a un viaje introspectivo y político que pudo volcar en composiciones nuevas. “Eso se transformó en canciones que aparecerán en el segundo disco cuando hagamos la selección”.
Sobre el segundo disco Vázquez comentó que muestra una evolución respecto de las líricas de Carnaval en Llamas. “Un poco el disco habla de como nos vamos cansando del tiempo. De la espera. Si ya pusimos la sangre, si ya pusimos el tiempo, ¿qué seguimos esperando? Seguimos viviendo en un sistema injusto, desigual”. Manifestó que la línea política es la misma, con un fuerte arraigo social. Pese a la literalidad de las letras del grupo, agregó que no se puede desdeñar el lugar que ocupa quien está del otro lado. “Por más que uno piense que es explicito, siempre hay un rol de interlocutor, de interpretante. Eso hay que tenerlo en cuenta”.
Las canciones de Quinta Dosis están fuertemente atravesadas por los contextos sociales. Ergo, es de esperar que una pandemia mundial no sea ajena a lo que se cocina para el segundo disco del grupo. Sobre esto Vázquez aclara que la opinión de la banda sobre este contexto va a aparecer, pero fue crítico con lo que mostró la pandemia: “Acá no hubo un cambio rotundo. La pandemia no reveló nada. Lo único que expuso es lo mal que funciona la sociedad. Y no hablo solo de Argentina, es mundial. Expuso nuestras miserias, lo basuras que podemos ser los seres humanos”.
Pese a ser una banda joven y con poco trabajo de marketing, cada vez que Dosis toca, el público acude. Recitales para más de cien personas son un logro más que destacable en una escena emergente difícil y Vázquez planteó una idea de que puede generar este fenómeno: “Hay una cosa de la subjetividad, de la energía que transmite la banda. Las ganas de salir a comerse el mundo, es nuestro sueño desde chicos. Hay algo de eso en que la gente se espeja”. Además, aclaró que la propuesta popular es parte del combo. La cercanía, esa identificación con los años que el rock fue la calle. Dosis es un sedimento de una generación que vivió esos años y hoy lo transforma en música.
La charla llevó inevitablemente a analizar el presente del género que la banda interpreta. Vázquez, lejos de esquivar la polémica, planteó un enfoque diferente a la media: “El rock perdió la calle y punto”. Fundamentó que la calle no le pertenece a un género, sino que se define por un momento sociopolítico. “Hace diez años atrás era de la cumbia. El rock la tuvo en los 90´. Y hoy, ni siquiera es del trap, es del rap. En el barrio ves a los pibitos tirando freestyle. La calle es de ellos, es la que les toca”.
A su vez dejó en claro que no va a morir el género. Su arraigo cultural es demasiado profundo para llegar a eso. Incluso pasa a ser influencia para propuestas nuevas, como es el caso de los artistas de ritmos urbanos que están atravesados por ese sedimento. Ante una sociedad que cambia, al rock le toca ceder su lugar. “Si vos te parás en una postura de lo que yo llamo ‘machismo musical’ y decís que todo tiene que ser Pappo, sos un pelotudo. Te comiste que sos inmortal y no, sos un segundo en el tiempo”. Expresó que el camino tiene que ser transmitir lo que ellos saben a quienes vienen detrás, y fue crítico con la media del presente: “Acá de repente el que se dice rockero está más preocupado por ir al gimnasio que por tomar clases de canto”.
Para cerrar el tema, Vázquez fue lapidante con la masividad: “Si el rock fue masivo, fue porque el capitalismo lo permitió. Fue un negocio que se llenen estadios”. Aclaró que hoy ese negocio está en otro lado, las bandas de rock dejaron de ser rentables. Aunque remarcó que pese a no tener explotación comercial, el género va a prevalecer en el tiempo.
“Si el rock fue masivo, fue porque el capitalismo lo permitió”
Para su primer disco, Carnaval en Llamas, Quinta Dosis trabajó con David Bensimon como productor. Se trata de una figura de referencia, con amplia trayectoria y una capacidad particular para empatizar con las bandas. “David es el mejor manejador de grupos del planeta. Juega con una experiencia gigante y la capacidad que tiene para jugar como psicólogo, contenedor. Te sabe llevar. Cuando yo llegué a estudio tenía unos nervios terribles. Estaba cagado en las patas. Por más que te digan otra cosa, todos vamos al estudio cagados”. El músico destacó que Bensimon supo conducir esas inseguridades durante la grabación. Manejar las expectativas puestas en el disco y el factor emocional que se manifiesta durante el proceso. “El agradecimiento que yo tengo con David escapa a cuestiones profesionales”.
Uno de los procesos que atravesó Dosis durante 2018 fue la posible partida de su baterista fundador, Santiago Spuch. La banda tuvo colaboraciones de bateros amigos y diferentes audiciones buscando resolver este tema. Consultado por quien será el baterista del segundo disco, Vázquez expresó lo que todos y todas las seguidoras de Dosis querían escuchar: “El baterista del segundo disco será el mismo que el del primero”.
El cantante expresó lo importante del regreso de Spuch a la banda. Destacó sus primeros años junto al baterista y las relaciones personales que sostienen como grupo. “El primer ensayo de Dosis es él y yo, batería y guitarra. Ni una armonía. Me pone re contento que él siga”.
Finalmente, habló sobre como imagina el regreso a los escenarios. “No hay nada más feo que ver llorar a un músico sobre el escenario, pero la emoción que vamos a tener en la vuelta no las puedo describir”. Resaltó las ganas de tocar, de sacarse la bronca de este año y de reencontrarse con la gente. “La música es algo que se vuelve tuyo, te envuelve. El momento en que yo digo “estoy vivo” es cuando estoy arriba de un escenario”.
Quinta Dosis atraviesa este año en silencio. Su combustible es el vivo, es el encuentro. La expectativa de un regreso está latente. Mientras, el segundo disco avanza y toma forma. ¿Cuándo se dará ese ansiado nuevo recital de la banda? No lo sabemos. Lo que sabemos, es que ese día va a ser inolvidable para muchos.
- Entrevista realizada en Resistiendo con Ideas (sábados de 18 a 20, domingos de 16 a 18)
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