A partir de la nueva situación, las diferencias en el seno de la sociedad quedarán expuestas a la luz del día. Los poderes concentrados ya tensionan por el aplanamiento de la economía con el objetivo de canalizar recursos hacia la cúspide y fomentar el “ahorro” estatal para el cumplimiento de los compromisos. La economía real encarnada en quienes necesitan producción y consumo para existir planteará la presencia de la administración con el objetivo de dinamizar la generación de bienes. Los ingresos de la población están en el centro de la disputa. De su resolución depende el futuro nacional.
Por Gabriel Fernández *
Una historia reciente
Aunque resulte un paso adelante para la reconstrucción de la economía nacional, es preciso no perder el eje. La Argentina acordó pagar una suma que condicionará parcialmente sus perspectivas de crecimiento. Esa suma fue contraída para beneficiar negocios privados de los funcionarios de la gestión anterior y de una franja empresarial ligada a la misma. Jamás llegó al país ni contribuyó al desarrollo local en modo alguno. En ese marco es posible señalar que, dadas las circunstancias, la negociación encabezada por el ministro de Economía Martín Guzmán resultó exitosa.
Si no se define el cuadro de situación, el presente llama a equívoco. Algunos argentinos cuestionan agudamente al gobierno nacional; pero no lo hacen porque consideran que deba avanzar hacia un Proyecto Nacional con más intensidad, sino porque anhelan retrotraer la historia y despejarla de amenazas populistas y comunistas. Es preciso situar las responsabilidades con nitidez e indicar que la administración macrista recibió en 2015 una economía en buen estado relativo que sólo necesitaba inversiones puntuales sobre algunos rubros, pero no un adeudo del volumen concretado.
La argumentada ausencia de divisas para afrontar la acción interna se hubiera resuelto aplicando el poder estatal para la liquidación de los dólares en manos de las grandes compañías agroexportadoras. De haberse desplegado esa medida legítima, sólo hubiera quedado una zona –a modo de cuello de botella- con dificultades; pero las mismas se podrían haber resuelto con una tarea de mediano plazo destinada a la sustitución de importaciones en los insumos importados. Entonces: la Argentina gobernada por Mauricio Macri tomó deuda que no necesitaba y ese dinero nunca contribuyó a mejorar la economía local.
El Acuerdo
Ahora vamos a pagarla. Y vamos a hacerlo en el período posterior a una grave emergencia sanitaria que desmembró una gran parte de la producción nacional. A través del acuerdo alcanzado, una zona de las nuevas realizaciones de bienes de producción y consumo que se mensuran en el PBI irá a parar a un puñado de tenedores de bonos relacionados con los funcionarios del gobierno anterior, con las empresas que contienen a los grandes medios de comunicación, con sectores financieros que acumularon fortunas en el lustro reciente y con direcciones de empresas privatizadas de servicios públicos, responsables de aumentos inconcebibles en las tarifas y por tanto, coautores del hundimiento nacional.
El acuerdo, bien llevado por Guzmán y contenido por un Fondo Monetario Internacional que no modificó sus preceptos sino que les añadió un toque de realismo, consiste en una reestructuración con tres grupos de acreedores para canjear 66 mil 300 millones de dólares en títulos emitidos en el exterior. Así, los demandantes se beneficiarán con 54,8 dólares por cada 100. Como lo adelantamos en Fuentes Seguras, la reducción implica un 45 por ciento. El plazo para que los demás acreedores se sumen al pacto se corrió hasta el 24 de agosto.
Este compromiso nacional fue suscripto con representantes del Grupo Ad Hoc de Bonistas Argentinos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo de Bonistas del Canje y otros tenedores. El gobierno que comanda Alberto Fernández señaló, en un comunicado emitido este 4 de agosto, que se trata de “un alivio de deuda significativo”. La gestión del Frente de Todos, “ajustará algunas de las fechas de pago, sin aumentar el monto total de los pagos de capital o los pagos de interés” que el Estado se compromete a realizar “y mejorando al mismo tiempo el valor de la propuesta para la comunidad acreedora”.
Asimismo, el Gobierno informó que “Argentina ajustará algunas de las fechas de pago contempladas para los nuevos bonos establecidas en su Invitación del 6 de julio”. El Ministerio de Economía también aclaró que las modificaciones no significan “aumentar el monto total de los pagos de capital o los pagos de interés que Argentina se compromete a realizar y mejorando al mismo tiempo el valor de la propuesta para la comunidad acreedora”.
El cronograma
- Las fechas de pago sobre los Nuevos Bonos serán el 9 de enero y el 9 de julio en lugar del 4 de marzo y el 4 de septiembre.
- Los nuevos bonos a ser emitidos como compensación por intereses devengados y compensación por consentimiento adicional comenzarán a amortizar en enero de 2025 y vencerán en julio de 2029.
- Los nuevos bonos 2030 en USD y en Euros comenzarán a amortizar en julio de 2024 y vencerán en julio de 2030, donde la primera cuota tendrá un monto equivalente a la mitad de cada cuota restante.
- Los nuevos bonos 2038 en USD y en Euros a ser emitidos como contraprestación por los bonos de descuento existentes comenzarán a amortizar en Julio de 2027 y vencerán en enero de 2038.
“Tal como se contempla en la Invitación, los tenedores de los bonos denominados en Euros y CHF podrán canjear sus bonos por los nuevos bonos denominados en USD, sobre la base de los tipos de cambio vendedor en Euro/CHF/USD como se exhiba en la página FXC del monitor de precios Bloomberg, o por cualquier fuente de cotización reconocida seleccionada por los bancos colocadores a su sola y absoluta discrecionalidad si Bloomberg no estuviera disponible, o estuviese manifiestamente errónea, a las o alrededor de las 12.00 pm hora de Nueva York el día 6 de agosto de 2020″, enumeró el comunicado.”En consecuencia, los límites de emisión sobre los nuevos bonos denominados en dólares estadounidenses se aumentarán para reflejar la diferencia en los tipos de cambio entre la Invitación original y la Invitación revisada”, completó el informe.

La disyuntiva
Ahora bien, con este panorama, el debate abierto en los meses recientes se relanza. Baja salarial general para canalizar recursos o fuerte impulso al consumo para concretar una economía productiva. Aunque los factores internos de esa pulseada son muchos más y contienen una serie de variables de cuidado, ahí están los ejes de la cuestión. El grueso de los planteos empresariales conocidos se asientan en la reducción del rol estatal al asistencialismo Hood Robin y a garantizar la creciente de la tasa de ganancia. Claramente, el bloque productivo nacional –movimiento obrero, organizaciones sociales, pymes, cooperativas, empresas importantes ligadas al mercado interno- propone un rol rector integral del Estado, ayuda a las firmas locales y una mejora del ingreso popular promedio para alzar la circulación interna de dinero.
Los Profetas del Ajuste, a través de sus medios concentrados, ya definieron el camino que prefieren. Es tiempo de una enérgica postura al respecto por parte del espacio nacional popular pro industrial. El gobierno no podrá, aunque lo desee genuinamente, surfear entre ambas posturas intentando contentar a diestra y siniestra. Del sendero que escoja dependerá su continuidad. Y nuestro futuro como sociedad.
- Área Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
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