“La verdadera amenaza en cuanto al coronavirus es confundir comunicación con pensamiento; esta era es la de la comunicación y hay que acabar con ella”, advirtió en Radio Gráfica Alejandra González, filósofa, docente, investigadora de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de Avellaneda, y activista política.
En diálogo con Ariel Weinman y Erika Eliana Cabezas en Panorama Federal, González señaló que tras la campaña mundial sobre el COVID-19, “la comunicación es el mal de esta época, en el sentido de que evita que se desarrolle el pensamiento”, pues los sectores del poder global “están informando como si (el coronavirus) fuese un mal terminal, una pandemia que amerita tener las características de una especie de ‘virus del fin del mundo’”.
La docente contrastó la campaña informativa sobre el coronavirus con la realidad de la Argentina, porque “hay otras enfermedades evitables fácilmente, como la desnutrición, que ni siquiera es una enfermedad, es una faltante de alimentos indispensables, o el dengue. Son dos de los motivos por los cuales muere mucha más gente”.
“La comunicación es el mal de esta época, en el sentido de que evita que se desarrolle el pensamiento”
“No estamos pensando, sino que se comunica a modo de vertedero de información nula, en tanto no aparece lo que sería un pensamiento crítico”, reflexionó la filósofa, y propugnó que “pensemos sobre lo real y no nos dejemos abrumar por esta batalla informativa banalizadora”.
Desde el primer día que se dio a conocer el virus a nivel internacional, el tratamiento de la información “nos deja expuestos a una especie de subjetividad global, donde para estar en el Primer Mundo tenemos que ser víctimas del Coronavirus”, subrayó.
“La comunicación apuesta a un modo de concebir a la información como una fugacidad de una serie de datos y no al momento de ‘demora’, que convierte el pensamiento informativo en política y en ética”, explicó la investigadora.
“Pensemos sobre lo real y no nos dejemos abrumar por esta batalla informativa banalizadora”
“Esa es la demora que nos falta”, definió González, pues a través de la catarata de información sobre un mismo eje, a su vez se oculta temas y hechos informativos de relevancia para la comunidad.
Sobre el modo de esta comunicación abrumadora, la docente indicó que “es un dispositivo de control social y su finalidad es suprimir el lazo entre los cuerpos”.
De esta manera, “lo que tenemos es una subjetividad aislada, desesperada, angustiada y reproducida indefinidamente”, puntualizó la filósofa, fuera del contexto que está inserta, “porque no es nuestra la realidad de Italia o la de otros países donde esto tiene otras características”.
“Nos estamos insertando en una problemática global que no se corresponde materialmente”
Por último, González propuso que “para hacerle frente a esto, hay que sostener la comunidad”, pues a través de la comunicación del cuerpo y no mediante la mediación global informativa de estos tiempos “nos encontraremos con la realidad, que son los niños que mueren de hambre o los ancianos, toda esa parte de la sociedad que está desprotegida por el sistema social”, culminó.
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