Julio De Vido, ex ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios durante las presidencias de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, conversó en el aire de Radio Gráfica repasando múltiples temas de la actualidad política nacional. La persecución política, la marcha del gobierno de Alberto Fernández, la política energética, la necesidad de una reforma constitucional que recupere el espíritu de la sancionada en 1949.
Entrevista realizada por Claudio Orellano, Leila Bitar y Lautaro Fernández Elem.
–El lunes pasado hubo una intensa jornada judicial. Jorge Rachid hizo un reclamo frente al Palacio de Tribunales, con la presencia de tu esposa. Después se confirmó que el Presidente del Tribunal Superior de Jujuy pidió una licencia. También se conocieron versiones según las cuales el presidente Alberto Fernández iba a visitar a Milagro Sala y Cristina Fernández de Kirchner hizo una denuncia contra el lawfare. ¿Cómo viviste todo esto?
-La denuncia de Cristina en términos judiciales es lo correcto, lo que deben hacer las defensas de todos nosotros. Estimo que el doctor [Maximiliano] Rusconi lo hará en el corto plazo. De todas maneras, anoche lo escuché a [Santiago] Cúneo en su programa, donde pidió que esto tenga un sentido más político que técnico. Es decir, que todos tengamos el carácter de presos y perseguidos políticos, no solamente Cristina, o Amado [Boudou], o Milagro [Sala], o yo. Cada uno tiene su perfil político en la sociedad por un lado, pero también tenemos un denominador común, que fuimos apresados y perseguidos. La palabra ‘lawfare’ encubre la realidad más dura, se oculta la horrible y terrible persecución llevada a cabo materialmente por el gobierno del presidente [Mauricio] Macri. Todos las figuras de gobiernos populares de la región sufrieron esta persecución, que nace claramente en la Embajada de Estados Unidos. Esto es parte de la política imperial que quieren imponernos. Por eso creo que si bien es muy correcta la presentación técnica de cada uno de nosotros en los juzgados pertinentes, todos debemos dar testimonio y fe de que nuestro sufrimiento, la separación de nuestras familias, el derrumbe de la economía de las mismas, fueron producto de esta persecución. Buscan aniquilar nuestra voluntad de lucha. En mi caso y en el de muchos otros no lo han conseguido. Hablo con todos los compañeros perseguidos y acusados. Te puedo asegurar que el peor cargo que les han inventado es menos grave que la mugre de quienes los persiguen. No estaríamos cumpliendo nuestro rol con la Historia si hacemos punto en la persecución personal en vez de la política, sistemática y digitada por una potencia extranjera.
“Todos las figuras de gobiernos populares de la región sufrieron esta persecución, que nace claramente en la Embajada de Estados Unidos. Esto es parte de la política imperial que quieren imponernos”.
–A propósito, Luis D’Elía dice que aparte de los más conocidos hay un total de setenta y dos presos políticos en todo el país en este momento…
-Coincido con él, si no son esa cantidad, son más. Es muy difícil contarlos, y hay muchos casos, como el de Juan ‘Pata’ Medina. Está preso porque defendió los intereses de los trabajadores argentinos, lo cual sigue siendo un pecado grave. Nosotros vamos a dar la pelea y vamos a dar vuelta esa historia, sin duda. Estamos trabajando aquí, desde prisión domiciliaria. Vamos a presentar una propuesta de restauración de los valores ético-morales de la Constitución de 1949. Lo haremos entre varios compañeros, no quiero hacer nombres todavía porque estamos confirmando presencias. Creemos que la Argentina necesita un tercer período peronista para poner las cosas en su lugar. Y evidentemente este gobierno es progresista. Su política es más cercana al puerto de Buenos Aires, contraria al federalismo del Interior. Vemos que la mayoría de los funcionarios del gobierno son porteños. No vamos a bajar los brazos, vamos a seguir dando la pelea y el testimonio, como el que dio el compañero Rachid y la gente de Primero la Patria. Valoro enormemente el gesto de Jorge y también la reunión que hubo donde se planteó una posibilidad de diálogo para levantar el acampe en Tribunales. Soy escéptico acerca de esas conversaciones pero también es cierto que no hay que enamorarse excesivamente de la herramienta de lucha.
–¿Por qué estás escéptico?
-Porque estoy viendo las cosas que pasan, he visto la ley que se votó la semana pasada [Sustentabilidad de la Deuda Externa, N. del R.]. Podemos definir al contubernio a partir de lo que pasó en el Congreso. Alguien que dice tener una esperanza de tener la patria liberada porque lo que tenemos que pagar ahora lo vamos atener que pagar en 2024, no se da cuenta que vamos a sufrir las consecuencias de todas maneras. Ahora no podemos pagar, y después tampoco vamos a poder, porque no hay ninguna posibilidad de crecimiento si no hay políticas emancipadoras. Lo que se ha votado es un nuevo endeudamiento, una prórroga que conlleva intereses. Queda claro que se va profundizar la política de endeudamiento del presidente Macri. Sus partidarios lo votaron a dos manos porque obviamente, hablando mal y pronto, le limpiamos el culo de la deuda espuria, fraudulenta y de la plata que entró por una ventana y que por otra se llevó toda su banda de amigos y socios. El anterior fue un gobierno de grandes negocios, donde los funcionarios eran al mismo tiempo los empresarios o representantes de las empresas interesadas, en detrimento de la soberanía nacional, del bienestar del pueblo argentino. Fueron contrarios a la movilidad social ascendente, lo que hubo en los gobiernos de Néstor [Kirchner] y de Cristina.
“Ley de Sustentabilidad del Endeudamiento Externo: Ahora no podemos pagar, y después tampoco vamos a poder, porque no hay ninguna posibilidad de crecimiento si no hay políticas emancipadoras. Lo que se ha votado es un nuevo endeudamiento, una prórroga que conlleva intereses”.
–¿No te trae nada de alivio que la canciller alemana Ángela Merkel le pida al Fondo Monetario Internacional [FMI] que declare insolvente el último crédito a la Argentina? Hablamos del que violó todos los estatutos del ente. ¿O te preocupa más?
-Todo lo que viene de ellos me preocupa. Está claro que la canciller alemana pelea y lucha por el desarrollo de Alemania. De hecho, si bien la salida de Inglaterra de la Unión Europea tiene un claro viso asociativo con Estados Unidos, hay una supremacía de Alemania respecto a los demás países del bloque, que impone un valor de moneda en perjuicio de la competitividad de la economía, y eso causa empobrecimiento.
–¿Dónde ponés la expectativa política para que la situación cambio o se encauce dentro del movimiento nacional?
–Tenemos que trabajar para que se amplíe la base de sustentación del movimiento nacional. Hay sectores de izquierda con los que debemos dialogar, que votaron con dignidad en contra de esta ley vergonzosa. También hay nacionalistas, no aquellos profundamente liberales al modo de los nuestros dictadores del siglo XX. Hay que buscar debatir temas que hacen a la esencia de los intereses del pueblo argentino, como restaurar la Constitución del ’49, que es una constitución que otorga derechos y saca como prioridad los valores neoliberales de enriquecimiento y concentración de la riqueza. En cambio su espíritu apunta a la redistribución de la riqueza, y tiene dos puntos que para nosotros debieran ser considerados inamovibles. La nacionalización del comercio exterior y la recuperación de todas las concesiones a manos privadas de servicios públicos, para que las manejen los auténticos representantes del pueblo argentino. La idea de que eso traería corrupción es mentira, porque la mayor corrupción, tal como demostró el gobierno de Macri, está en el sector privado.
“Hay que buscar debatir temas que hacen a la esencia de los intereses del pueblo argentino, como restaurar la Constitución del ’49, que es una constitución que otorga derechos y saca como prioridad los valores neoliberales de enriquecimiento y concentración de la riqueza”.
–¿Conocés o te enteraste de algunos puntos de la posible reforma judicial que planteó [la ministra de Justicia] Marcela Losardo, que el mismo presidente dijo que va a enviar? ¿Algo de eso te genera expectativas?
-Tengo expectativas en que las instituciones funcionen más allá de la reforma judicial. Estas causas por las que hemos sido perseguidos, deben ser revisadas. Nadie se tiene que poner colorado, no es pérdida de independencia de la Justicia, es funcionamiento de las instituciones. El Consejo de la Magistratura que fue detentado durante cuatro años por el sinvergüenza del diputado [Pablo] Tonelli le robó la presidencia que le correspondía al Frente Para la Victoria con una argucia legal, compra de voluntades y mostrándole archivos a sectores que en ese momento deberían haber sido opositores. Con o sin él al mando del Consejo, no ha habido ninguna reacción. El Presidente fue muy claro el 10 de diciembre respecto a que estos procesos se iban a resolver, fundamentalmente estas persecuciones que son delitos para ser investigados. De lo contrario la independencia de la Justicia es una utopía. No conozco el proyecto, aunque leí algunos artículos. Según algunos medios de prensa la vicepresidenta reunió algunos juristas en el Instituto Patria. No se sabe con quiénes ni qué discutió porque todavía no hay un proyecto. Que esté Gustavo Béliz por ahí atrás no me da mucha confianza. Es una persona que estuvo diez años en los Estados Unidos, que se dijo perseguido por los servicios de inteligencia, pero fue funcional a cuanto organismo internacional o multilateral ante los cuales somos deudores. Dicen que también está el fiscal [José María] Campagnolli, lo cual no garantiza nada. Como verán no soy muy optimista, pero tengo una enorme fe en la fuerza del pueblo argentino, que sabrá poner las cosas en orden de producirse una crisis.
–Jorge Rachid habló de volver a plantear la creación de una nueva constitución, ¿pensás lo mismo?
-Está claro que los derechos de la Constitución del ’49 deben ser actualizados. Lo que quiero que esté en la nueva carta magna es la nacionalización del comercio exterior, y la recuperación de los servicios públicos por parte del Estado. Y por otro lado, la restauración del espíritu de aquellos derechos, del trabajador, ancianidad, familia, etc., adecuados a los tiempos que corren, a la voluntad del pueblo argentino de vivir en un país soberano, con movilidad social ascendente y en una Patria Grande.
De Vido sobre la reforma judicial: “No soy muy optimista”
–Hablás concretamente de restaurar los artículos del 37 al 40.
-El 40 fundamentalmente, a rajatabla. Los demás son conversables. Y en realidad del 40 se puede discutir la propiedad imprescriptible de los recursos naturales, en el sentido de que hoy las provincias son titulares de ellos, y ese punto no puede ser violentado. Se debe partir de la base superior del federalismo como valor supremo a respetar. Hoy es una entelequia, los representantes del Interior en los equipos del Gabinete Nacional son los menos. El federalismo tiene que ser el espíritu profundo de esa Constitución. Si uno va a las provincias y habla del tema la gente tal vez no sabe definirlo teóricamente, pero sí sabe que en sus regiones hubo conducciones leales a ese espíritu federal, fueron los de mejor nivel de vida de su comunidad.
–Concretamente, lo que decía Rachid era terminar con todo vestigio mitrista. Terminar con esto de que el pueblo no gobierna sino a través de sus representantes.
-Comparto al cien por cien la idea de eliminar al mitrismo. Tenemos ideología y valores propios, suficiente para no ser solamente antimitristas. Es la causa de todos nuestros males, de un diseño del país y de la redistribución de la riqueza desde Buenos Aires. Por eso cada vez que se habla de modificar la Constitución, el diario La Nación salta como gallina embarazada.
–Volviendo al tema judicial, ¿qué pasa en la causa de gas licuado y en particular con el perito oficial David Cohen, que elaboró el informe acerca de sobreprecios por el cual el juez Claudio Bonadío dictó tu detención junto a Roberto Baratta? Después se supo que había datos falsos, por lo cual Cohen fue enviado a juicio. ¿Qué te genera todo esto, qué balance hacés?
-El informe es una falta de respeto al criterio técnico de cómo se fija un costo. No tiene valor técnico, y es obviamente una inmoralidad porque resultó en una privación de libertad para dos personas. Tenemos que rever el procesamiento. Todo lo que generó esa causa debe ser revisado, no solo en la causa de Cohen, sino en la causa que lleva adelante en Dolores el juez Alejo Ramos Padilla. Cohen tenía vinculaciones con el falso abogado Andrés D’Alessio, como demostró Baratta mirando el expediente de cruces de llamadas con estudios jurídicos de Buenos Aires, diputados, diputadas y algunos senadores también.
–Volviendo a Cristina, ¿cómo tomaste su visita a las centrales hidroeléctricas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, acompañada por uno de los empresarios perseguidos por Macri? ¿Te pareció un gesto hacia tu figura?
-Lo tomé como la visita de la Vicepresidenta a una obra muy importante, la más importante de los primeros treinta años de este siglo. Va a darle a todo el Sur, no solo a Santa Cruz, la oportunidad de desarrollarse en la cuestión industrial, en la medida que la energía que produzca tenga costo argentino y no precio internacional como tiene ahora. La visita me parece bien, la vicepresidenta puede ir a donde ella quiera. Sí me hubiera gustado que hubiese habido algún comentario sobre los presos políticos. Sobre todo teniendo en cuenta que dos de ellos, Roberto Baratta y yo, hicimos posible esta obra junto a muchos otros procesados del sector energético. También me hubiera gustado que se le hubiera dado más relevancia al padre de esta represa, Néstor Kirchner, y al ingeniero, desarrollista de ideología, Hugo Castillo que fue el que vio en el complejo La Leona, en Santa Cruz, la posibilidad de un futuro diferente para los santacruceños y los patagónicos. También me pareció un mensaje a los funcionarios del gobierno para que avancen, porque están los créditos otorgados. Pareciera ser que la única plata que sirve en la Argentina es la del FMI. Con China y Rusia también conseguimos compromisos, incluso dejamos firmados contratos que quedaron firmes por veintisiete mil millones de dólares. De haberse ejecutado los contratos como correspondía, esa plata hubiera entrado a la Argentina, hubiéramos podido enfrentar el tema de los Fondos Buitres, y en vez de una deflación industrial en estos cuatro años hubiéramos tenido desarrollo en esa rama. Inversión en red eléctrica no hubo, y hay la misma cantidad de cortes de energía que cuando estábamos nosotros. Y si hay menos es porque bajó el consumo. Nosotros veníamos invirtiendo a mayor nivel con tarifas populares. Ahora ponderamos que vamos a exportar energía en bruto. Eso es como escupir a la bandera, no se puede hacer. Nos acusaban de importar energía. Y sí, era para desarrollar la industria, para el bienestar de la gente. Las finanzas daban desde 2003 a 2007, los problemas posteriores no pasaban por la importación de energía, sino por la crisis financiera internacional y por medidas que se tomaron, como la dolarización del gas en boca de pozo.
“Ahora ponderamos que vamos a exportar energía en bruto. Eso es como escupir a la bandera, no se puede hacer. Nos acusaban de importar energía. Y sí, era para desarrollar la industria, para el bienestar de la gente”.
–Después de las elecciones, la transición y esta primera etapa de gobierno. ¿Hay realmente condiciones para poner en línea todos estas visiones, valores, del campo nacional, o era el momento, como se está haciendo, de una transición más progresista?
-El presidente ganó las elecciones, aunque perdimos un montón de votos entre agosto y diciembre de forma inexplicable. A mí hay cosas que no me cierran, pienso que de alguna manera hubo un fraude electoral que no se denunció. Parece que tenemos miedo de denunciar a Macri. El presidente tiene derecho a poner el equipo que quiera. Cristina obviamente va a ir opinando. Si ve cosas que no corresponden va a actuar. La jefa del movimiento nacional, la que más votos tiene, es ella. El tema es que hay que ponerse al frente, y hay que plantear algunas cuestiones que me parece van por muy mal camino. Por ejemplo, Horacio Verbitsky señaló algunas cuestiones acerca del shell gas. Cuando asumió Alberto valía tres dólares con cuarenta centavos, ahora vale alrededor de un dólar y medio el millón de BTU y en Vaca Muerta cuesta siete. Tenemos yacimientos convencionales que han sido abandonados en función de exportar energía a otros países. Eso es terrible. En el equipo de energía no veo homogeneidad. Me parece que [Matías] Kulfas opina de una manera, [Axel] Kiciloff tiene su gente, no veo una posición clara del equipo de energía acerca de los servicios públicos concesionados, especialmente EDESUR, EDENOR y TRANSENER, que deberían volver rápidamente a manos del Estado.
–Lo que vos decís es que no se los tocó a Marcelo Mindlin por ejemplo, ni a Nicolás Caputo…
-No me gusta esta suerte de ‘libanización’ de la energía. Kicillof tiene una parte de energía, otra la tiene otra persona que a su vez quiere hacer una recuperación terciaria del petróleo… Es algo que hay que encarar, pero incluso a nivel mundial está en pañales. Estamos haciendo recuperaciones secundarias en Cerro Dragón con muy buenos resultados. Gracias a eso hay gas en la Argentina, con un costo menor a siete dólares, un precio que por otro lado hay que ver si está en relación con el costo real de producción o si se toman precios internacionales, otro tema que debe erradicarse para siempre de la política energética. Sea en carbón, gas, petróleo o hidroelectricidad, toda la cadena, desde el ingeniero hasta el portero de la planta, es de cotos argentinos.
–¿Cómo viviste la designación de Aníbal Fernández al frente de Yacimientos Carboníferos Río Turbio?
-Me pareció bien. En nuestro país hay universidades como la Tecnológica, material humano. Si YCRT fracasó en su momento hay que imputarlo a otros intereses, no a las luchas de los trabajadores por sus condiciones laborales. En la medida en que él avance y se mueva junto a los trabajadores del yacimiento, con el sindicato ATE, que los representa, y con la comunidad entera, la cosa va a andar bien. Va a tener dentro del equipo de energía, y de algunas corrientes del gobierno que no son tan productivas, para cambiar de cuajo el camino que llevó la economía en tiempo pasado.
–Por último, ¿tenés algo que decir con motivo de la muerte de Bonadío?
-Las peleas las doy con los vivos. No guardo ni odio ni rencor. Ofrezco todo mi respeto a sus familiares. El hombre falleció, y ahora habrá que dar otras peleas. No era el único juez del esquema de persecución, que sigue vivo.
MG/GF/RG
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