Angel Cadelli, integrante de Astillero Río Santiago y candidato a presidir la institución, dialogó en La Señal sobre la actual situación de los buques venezolanos anclados, las problemáticas por las que pasa el organismo, y de los proyectos de cara a la nueva gestión.
Entrevistado por Gabriel Fernández, Cadelli explicó la situación de los buques: “tuvimos una reunión con Petróleos de Venezuela, Sociedad Anónima (PDVSA), donde manifiesta una cantidad de necesidades. Estamos trabajando para resolverlas. Los dos buques venezolanos están atorados en el astillero y nadie quiere hacerse cargo de terminarlos. Cuando destrabemos los dos buques, entregar el Eva Perón y tirar el Juana Azurduy, vamos a tener una cartera de trabajo mayor para el astillero”.
Además indicó, “hay dos buques sin terminar en Brasil, que podrían traerse para terminarlos acá. Estuvimos con gente del taller naval, del Sindicatos Unidos Petroleros e Hidrocarburíferos (SUPeH), y ellos estarían de acuerdo en aceptar uno de estos petroleros porque las válvulas, las tuberías, las bombas y los tanques son prácticamente como los de una destilería, nada más están amontonados en un barco. El otro buque brasilero podríamos situarlo en la ribera sur de riachuelo, donde está la Sociedad Anónima Naval y Mecánica (SANYM), un astillero que fue cerrado y su gente indemnizada. Ahora es una cooperativa naval. Ellos estarían en condiciones junto con los talleres de la ribera del Riachuelo de poder abordar el segundo buque que está sin terminar en astillero Niterói en Brasil”.
Sobre la posibilidad de completar 6 buques: “Uno entregado prontamente, otro en etapa de avistamiento dentro del Astillero Río Santiago, otro en el puerto de La Plata a cargo de talleres navales Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), otro en el riachuelo a cargo de SANYM y dos nuevos para construir en el astillero. Los 6 son exactamente iguales. Por lo tanto el aprendizaje que siempre tarda un poco más con el primero, se agiliza en el segundo, tercero, cuarto y demás. Cuando más larga la serie , el último sale más fácil y barato”.
El integrante del Astilleros Río Santiago señaló los puntos a implementar en la fábrica “en particular, tendríamos que dimensionar la técnica para la conducción de obra, lo que es garantía de calidad para hacer control de obra fuera de fábrica y garantizar la calidad cuando va intervenir gente que no está del todo preparada porque entonces los errores se multiplican. Tenemos que hacer crecer la fábrica de manera que todos los trabajadores de nuestra propia planta, que tienen que crecer hacia los 9000 hombres y los dos centros de avistamiento, tengan la oportunidad de prepararse adecuadamente”; y agregó “la automatización, la preparación del puente de mando del buque, lo que es estrictamente naval, requiere de preparación específica para que el trabajador se desempeñe con seguridad”.
Cadelli manifestó su confianza en la próxima gestión y aseveró que la cartera de trabajo tiene un financiamiento basado en el mercado interno y el Estado “se obtendría para nosotros y para toda la industria naval argentina, a partir del Fondo para el Desarrollo de la Industria Naval Nacional (FODINN), proyecto de ley presentado por Magui Sierra – diputada nacional-, está en tratamiento en la Cámara de Diputados y tiene estado parlamentario, eso cobraría un 2% de impuesto al flete lo cual haría una caja anual de 140 millones de dólares piso, 360 millones de dólares hecho, con eso alcanza y sobra para reactivar toda la industria naval argentina”.
Agregó “a los buques que se construyan en el país hay que darles tarea, recuperando el derecho soberano a transportar la mitad de lo que entra y sale del país en bodega propia. Generaría un mercado interno de fletes de 3500 millones de dólares por año, eso es el bruto de facturación de lo que hoy se llevan flotas extranjeras que no construyen su buque en Argentina. Si las flotas extranjeras nos declaran un lockout patronal (cierre) y ninguno se aviniera a navegar con bandera argentina, también tiene estado parlamentario de la mano del diputado Grana y Correa. Eso crea la Empresa de Líneas Multimodales Argentinas del siglo XXI (ELMA) que combinaría los diferentes modos de transporte y fundamentalmente con el marítimo haría una caja tremenda porque un 33% de la facturación de las navieras es ganancias”.
Sobre el problema real del transporte de ultramar, Angel expresó “cuando se gasta a igualdad de distancia y de carga un dólar en barcaza se gasta 4 dólares en barco, 7 dólares en tren y 10 dólares en camión. Batir el parche con una hidrovía que tiene mil kilómetros a un dólar que es la barcaza, distrae de los 20 mil kilómetros que hay a la China a 4 dólares en barco. 4 por 20 mil es 80 mil, uno por mil es mil. Es 80 veces más grande el transporte de ultramar que el transporte de hidrovía, por lo tanto los que agitan contra el imperialismo boliviano o paraguayo en realidad operan políticamente a favor de las multinacionales que se llevan la plata grande que está en el transporte de ultramar. Lo mismo pasa con la pesca, al lado de lo que es el comercio exterior argentino la pesca y la hidrovía son negocios menores. Por lo tanto hay que atender el transporte de ultramar, que es el problema central”.
Finalmente, mencionó su candidatura a presidir la institución “tengo ganas de caminar, si es posible como presidente del astillero, por las riberas del riachuelo y empezar a repartir trabajo entre colegas de la industria que son pequeña y mediana empresa, que son indispensables para nosotros. Somos complementarios los unos de los otros, no antagónicos. Con la conducción de obras, con la garantía de calidad y con la formación del personal del astillero muchas pequeñas y medianas empresas puede hacer negocios y darle trabajo a mucha gente”.
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