El periodista e investigador, Ricardo Ragendorfer sostuvo que en la Argentina “el discurso del odio marca el surgimiento de organizaciones fascistas y muchos no se atreven a hablar de esto”, a raíz del atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
En diálogo con Vivian Elem, Rodolfo Colángelo y Jorge Benedetti de Radio Gráfica, señaló que “los discursos del odio vienen desde hace mucho ‘mueran los salvajes unitarios’, ‘viva el cáncer’, no hay nada nuevo bajo el sol, salvo una situación mundial en la que la ultraderecha comienza a desarrollarse como los hongos debajo de la lluvia, la toma del Capitolio en los Estados Unidos por parte de supremacistas, la existencia de organizaciones como Vox en España”.
“El mundo se ha convertido en una especie de República de Weimar”, indicó en alusión al régimen que gobernó Alemania tras la Primera Guerra Mundial y dio surgimiento al nazismo.
Al opinar sobre el atentado contra la vicepresidenta, remarcó que “se avanza en la investigación, pero la justicia tiene la flecha, aunque le falta el arco”. En ese sentido, dijo que en los respectivos teléfonos de los detenidos –especialmente en el de Nicolás Carrizo y Brenda Uliarte- “se han encontrado elementos de prueba que ameritan su permanencia tras las rejas”.
Al respecto, indicó que hace falta “profundizar más la investigación para llegar a los autores intelectuales”, más allá de los integrantes de Revolución Federal y Nación de Despojados, que serían los que planificaron el ataque.
En cuanto a los abogados que defienden a los detenidos, algunos de ellos muy importantes y que cobran altos honorarios –lo que no está al alcance de vendedores de copitos de azúcar- indicó que “esto llama la atención, sobre todo porque uno de esos abogados, Gastón Marano, es asesor de un legislador del PRO en la Comisión de Inteligencia de la Cámara baja, aunque ahora renunció a ese cargo, y sus socios también están ligados a personajes de Juntos por el Cambio”.
Sobre algunas encuestas que indican que un sector de la sociedad cree que el atentado estuvo armado para victimizar a la vicepresidenta, dijo que “esto forma parte de una vieja historia. Por ejemplo, algunas encuestas dicen que una gran cantidad de gente sostiene que al fiscal Nisman lo mataron aunque no hay prueba de ello. Lo mismo opinan sobre que Yabrán no se suicidó y está disfrutando en una playa de Medio Oriente. Son cosas que forman parte de la deformación de los hechos”.
Sobre si es optimista en relación al futuro, dijo que en el país “tiene que suceder algo que alivie esta situación, no sé si soy optimista, pero si no ocurre nos vamos todos al carajo”.
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