Por Nehuén Gusmerotti *
“Lo viejo funciona Juan”, la frase popularizada por El Eternauta se hizo remera, taza, meme. Podemos decir también que se hace canción. Este martes La Renga hizo su segundo estadio de Huracán en su glorioso regreso a la Ciudad de Buenos Aires y probó que las fórmulas añosas siguen siendo efectivas. Rock pesado, frases conocidas, clásicos y un trío que ya peina canas, pero no pierde el calor en la sangre, incluso si la temperatura a su alrededor anda por debajo de los cinco grados. “Qué lindo tocar en Capital de nuevo”, largó Chizzo apenas comenzado el banquete.
Hay algo que hay que decir, ir a ver a La Renga no es una experiencia que tenga demasiadas sorpresas. Equipo que gana no se toca y el trío integrado por Chizzo, Tanque y Tete, completado hace añares por el gran Manu Varela, sale a la cancha siempre a hacer lo que sabe: tocar fuerte, hacer sonar sus clásicos y dejar clara su postura ante algunos temas delicados. La amalgama entre las viejas canciones y algunos sencillos y extractos de sus más recientes discos suele despertar algunos debates y cada lista tiene su joyita o tema que despierta un gesto de aprobación en el renguero viejo.
Un retrato de época fue la concurrencia. Si bien las localidades para el sábado 28 de junio estuvieron agotadas, el martes el público del Ducó no pasaba la mitad de la capacidad. ¿El día de semana? ¿El frío? Hace ocho años La Renga hizo seis estadios repletos, con fechas entre semana y en una fecha de temperatura similar. El bolsillo siente el impacto y el público de La Renga debió priorizar las fechas del fin de semana. Así y todo, el calor popular se hizo presente en los alrededores del estadio y esa postal familiar con las bebidas y las banderas alrededor de parrillas y merch no oficial que caracteriza cada banquete en cada rincón del país. El clima ameno y de camaradería hace extrañar siempre la reticencia de los gobiernos liberales a ceder ante los pedidos de la banda para tocar en sus territorios. El operativo policial desmedido también es un rasgo de una época a la que la banda de Mataderos ya le cantaba en sus primeros discos. “El águila muerte siempre vuelve y afina su aguda vista”.

Claro, la respuesta a las razones de la reticencia no está solo en el contenido de las letras del grupo pesado. Antes de hacer “Parece un Caso Perdido”, tema de su último disco Alejado de la Red, Chizzo hizo una de sus clásicas introducciones alusivas a la canción y habló del mundo que nos rodea y la falta de amor y de empatía, que sin nombrar a quien se refería, lo sabíamos todos. Por si quedaban dudas remató, “Qué pasa con los viejitos que los tienen abandonados, con los chicos que están enfermos. Vamos che, un poco de cariño, un poco de empatía”. Presente se hizo, como siempre, “El que no salta votó a Milei”, incluso sin las clásicas “Vende Patria Clon” o “Panic Show”, en las que Los Mismos de Siempre recuerdan al nefasto presidente argentino.
La renga 1/7/25 Huracán
“¿Que pasa con los viejitos que los tienen abandonados?¿A los chicos que están enfermos? Vamos un poco de cariño, un poco de de empatía loco” pic.twitter.com/uF6dZCAN6f
— Sebas Garcia (@sebitagarciadx) July 2, 2025
La cosa arrancó temprano, apenas minutos pasados las 21:00, para ajustarse a la disposición de la Ciudad. Treinta y una canciones repartidas entre clásicos y “nuevos”. Las siempre destacadas joyas inoxidables como “Tripa y Corazón”, “La balada del Diablo y la Muerte”, “Motoralmaisangre” o “Desnudo para Siempre”, la época dorada del trío sin dudas. Algunas como la inicial “Buena Pipa”, “Hay un Tirano que es para vos” o “Destino Ciudad Futura” más recientes que lejos están de desatar la euforia de sus predecesoras. Algunas que mejoran notablemente en vivo, como “Ese Lugar de Ninguna Parte”, un manifiesto rengo de la época de su última película, Totalmente Poseídos.
Entre las joyas podemos nombrar “En los brazos del Sol”, un rock pesado en que Tanque nos recuerda su pasado metalero en Nepal con un doble bombo que sacude el pecho, o “El Rito de los corazones Sangrando”, de sus primeros años. Junto a las Cucarachas de Bronce, el frente de vientos que le pone épica viva a muchas de las canciones de la banda en sus shows, hicieron la “trifásica” blusera con “Caricias de Asfalto”, “Arte Infernal” y un homenaje al gran Willy Quiroga cerrando con “A Nadie le interesa si quedás Atrás”, con el propio Quiroga en las pantallas.
Mención aparte para la puesta en escena del grupo. Las pantallas y visuales del show fueron de nivel internacional. Temáticas para cada canción, los músicos en pantallas, las luces, una locura que se valoraba en la imagen completa del escenario.

Minutos después de las once, luego de meter una raíd con “El Viento que todo Empuja” y “La Razón que te demora”, dos clasicazos que hicieron que el frío se evapore del público rengo, llegó el clásico parate previo a los bises con escenas de Totalmente Poseídos en las pantallas y luego cuatro cañonazos de cómo debe sonar una banda de rock pesado. “Somos los mismos de Siempre”, “Oscuro Diamante”, “El Final es en Donde Partí”, y la salida como siempre, “Hablando de la Libertad”. Aproximadamente dos horas y media de show para un cierre tempranero que no ponga nervioso a ningún intendente amarillezco.
Y pasó el segundo Huracán. Rock pesado, popular y con canciones llenas de verdades que a algunos incomodan. Por eso le cuesta tanto a La Renga tocar en el feudo del Pro. Si bien la crisis social pegó en los bolsillos, casi 20.000 almas se hicieron presentes en el Ducó para escuchar a Chizzo bramar algo que deberíamos tener presente para la vida diaria y que se hace mantra en estos tiempos oscuros y que te detienen sin razón. Solo un camino hemos de caminar, cualquier camino que tenga corazón, y si no, moriremos queriendo ser libres. Aguante La Renga.
(*) Conductor de Resistiendo con Ideas (Lunes a viernes de 20 a 21 horas)
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