Por Leonardo Martín (@leomartin99)
Primero la aclaración, este texto no estaba en los planes. El objetivo inicial de la cobertura de Radio Gráfica de la apertura de sesiones ordinarias era hacer un video para YouTube y generar contenido para las redes sociales. Hablamos con mi compañero de radio y coberturas, Mario Sadras, en la tarde del sábado para ultimar detalles. Ya la cosa venía rara cuando trascendió que iban a cerrar toda la zona, con un despliegue militar como si hubiera una cumbre entre Trump, Putin y Xi Jinping. Acordamos ir igual y ver que pasaba.
Tarde noche calurosa, pesada, en Buenos Aires. Nos encontramos con Mario en la plazoleta de Avenida de Mayo y 9 de Julio. Nos sentamos ahí, charlamos y grabamos una primer parte. La plazoleta tenía una mezcla de personas haciendo tiempo con otros medio jugados que parecían estar en situación de calle.
Después de grabar se nos acerca uno a charlar de política. Nos cuenta que es de Merlo, pero que está viviendo en la calle en Buenos Aires. Nos pregunta qué somos nosotros, que filiación política tenemos. Con bastante claridad argumenta que no quiere a Milei y que él es peronista, “pero viendo al peronismo hoy, prefiero a votar a la izquierda”. Un personaje particular de la zona.
Sobran los efectivos policiales, los hidrantes, los micros que traen policías haciendo un cordón desde la Casa Rosada hasta Avenida de Mayo. Hay micros y micros. Nadie se poner a contar los de la policía que pueblan la zona como cuando hay otras marchas.
Uno se pregunta, ¿para qué ese despliegue absolutamente desmesurado con más efectivos policiales que manifestantes y curiosos? Más que la seguridad presidencial, el mensaje parece ser mostrar el aparato represivo, mostrárselo a la población y recordarle que ahí están los efectivos de Policía Federal, Gendarmería y Prefectura para contener una eventual protesta social.
Caminamos por Avenida de Mayo rumbo al Congreso. Poca gente (permítanme utilizar ese término sin problematizarlo) y muchos policías. Vuelvo al comienzo del texto cuando contaba que no estaba planeado hacer la cobertura de este modo, escrito. Cuando se trata de video, uno va tanteando las caras, los carteles, adivinar quien puede tener ganas de hablar y que diga algo atractivo para una cobertura audiovisual. Pasan las cuadras y con Mario no visualizamos a esos personajes, “deben estar en la plaza”, concluimos provisoriamente con expectativa.
Llegamos a Plaza de los Dos Congresos donde están los granaderos a caballo, un clásico que sobrevive al tiempo y que preserva el magnetismo. Se empiezan a formar para ver pasar a Milei que viene con toda una parafernalia de motos, patrulleros, camionetas, sistemas antidrones y mucho ruido de sirenas.
Disgresión. Quien escribe estas líneas y también Sadras, hemos cubierto la asunción de Milei, la apertura de sesiones del año pasado y cuando presentó el presupuesto 2025, que en realidad nunca quisieron debatir ni contar con el mismo. Con esto quiero decir que hemos estado en contacto con los militantes y simpatizantes de Milei que dicho en términos no con objetivo peyorativo, tienen una singularidad con los militantes políticos tradicionales. Logró representar a quienes estaban fuera de la política tradicional como cosplayers, extravagantes, freaks, frustrados con la política sin pertenencia ni al kirchnerismo ni al macrismo y personajes de los márgenes sociales, no dicho en términos económicos.
Volvemos a la crónica. Recorremos la plaza y no nos aparecen estos personajes, ni otros a los que uno les puede ver un jugo periodístico. Pasa Milei y hay algunas puteadas mientras se escuchan cacerolas. “Esta es la nuestra”, pensamos. “Vamos a donde está este grupo”, la señora más exaltada en los gritos nos saca carpiendo.
Seguimos la recorrida, pocos quieren hablar. Nos cuentan que están de curiosos, unos que vinieron de Mendoza y están de paso que nos miran raro, otro que nos dice “que vino a ver al presidente”, una señora de la zona que vio movimiento y le dio curiosidad, otra que va a ver a los granaderos, turistas extranjeros que están de paso. No hay prácticamente nadie con remera ni bandera de Milei ni de La Libertad Avanza.
Nos miramos con Mario, “acá no pasa nada” y concluimos que ya “ni siquiera son divertidas estas coberturas como antes”. Desistimos de hacer el video porque básicamente no hay nada interesante para mostrar. Una zona llena de policías, poca gente y mayormente curiosos. Un fracaso rotundo como cobertura.
Se me vienen a la cabeza los actos de campaña de 2023. Por primera vez sentí que había algo distinto en Milei cuando vi el acto de cierre de campaña para las PASO en el Movistar Arena. Me preocupó y me llamó la atención el show, el furor, el entusiasmo y el clima festivo que había. Menos de dos años después La Libertad Avanza no logró desarrollar, quizás tampoco fue el objetivo, una expresión callejera. Que haya muchísimos más policías que personas de civil lo dice todo. Está claro que el terreno donde quieren dar la disputa y son muy fuertes son las redes sociales con los trolls de cuenta verificada y la intervención con comentarios en videos y posteos.
Decidimos irnos. Es sábado por la noche temprano. Todavía hay tiempo de hacer planes. Vamos viendo en redes algunas de las cosas del discurso de Milei con datos exagerados, incomprobables, cuando no directamente mentirosos en un tono autocelebratorio. Nada dijo de $Libra, a su manera mostró la debilidad económica al pedir al Congreso que apoye un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional ante la necesidad de contar con dólares frescos.
Milei se mueve en un entorno cuidado, con transmisión oficial, sin reporteros gráficos más que los de la presidencia, con la prensa acotada y enviada a un lugar incomodo, con los balcones ocupados por funcionarios e hinchada libertaria.
-Mario, esto para video no da. Voy a escribir una crónica-, le digo. La noche está pesada y calurosa. Una plaza desangelada, un presidente que insiste con fórmulas retóricas que veremos hasta cuando le servirán y la pregunta que siempre nos hacemos desde hace más de un año: ¿Cuánta tolerancia social queda ante este desquicio y futuro previsiblemente oscuro? Nos despedimos, cada uno sigue su rumbo y evalúa destinos. Así termina la crónica que inicialmente iba a ser un video.
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