El surgimiento del esquema financiero. Cómo reptó en Occidente. El bloque multipolar, en desarrollo. Aroma fúnebre. El atlantismo en la región austral. América latina y la Argentina. Quién piensa en el futuro.
Por Gabriel Fernández *
Cuando el sentido de la historia se modifica, es difícil tomar ejemplos previos e intentar repetirlos. Sobre todo, si los mismos han sido narrados en base a los intereses de un protagonista, anulando elementos que contribuirían a la comprensión.
TOMÁ, COMPRAME. Veamos, por caso, el célebre Plan Marshall. Tras la Segunda Guerra, los Estados Unidos destinaron fuertes sumas de dinero para la reconstrucción de Europa, con extensión hacia el nordeste asiático. Esto gestó un rediseño de sólida ligazón entre las naciones sobre cuyo territorio se disputó la contienda y la potencia del Norte, siempre imbricada con Gran Bretaña.
Lo que no se informa, lector, es que la condición, el requisito decisivo para acceder al volumen inversor, fue que los beneficiarios utilizaran esos recursos para comprar productos elaborados en los Estados Unidos. Asi se comprende por qué, avanzados los años 40, esa nación se había convertido en la locomotora mundial: el dinero entregado al Viejo Continente -con aura de salvataje- extremó la relación política intercontinental y dinamizó la industria norteamericana.
Mientras esto sucedía, los vencedores se lanzaron a construir instituciones de alcance mundial para regular el proceso de pos guerra. Surgieron el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, entre otras. Ambas fueron creadas el 27 de diciembre de 1945 tras una cumbre realizada en Bretton Woods, población ubicada en New Hampshire, un año antes. El sistema de gestión monetaria de Bretton Woods estableció las reglas para las relaciones comerciales entre los Estados Unidos, Canadá, las naciones de Europa occidental y Australia, así como otros 44 países. Aunque el proceso recién se completó en 1971, esta elaboración marcó el ritmo planetario desde su origen.
MULTILATERAL Y UNIPOLAR. Claro que las entidades financieras citadas presumían de estar coordinadas, y hasta disciplinadas, por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), fundada en octubre de 1945 en San Francisco, California. Pero a poco de andar se fue percibiendo que varias compañías, a través de algunos estados, definían con intensidad el rumbo de las mismas.
En tanto, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) articulaba con esfuerzo su propia reconstrucción. En su tierra, como en la del resto de Europa, oriental y occidental, se había desplegado el gigantesco conflicto armado. Los Estados Unidos mostraron el episodio de Pearl Harbour de diciembre de 1941, como el summun de la violencia, pero no tenía comparación con lo acaecido en otras latitudes.
En el tramo que va desde el cierre del litigio hasta fines de los años 60, el país del Norte creció a zancadas asentado en su desarrollo industrial. Logró ordenar la Europa a su alcance según sus necesidades e intervino, junto a los británicos, en Asia, Africa y América latina para poner en caja naciones con intenciones soberanas. La desarticulación del Imperio Otomano fue otra de las claves y generó una zona que, años después, sería candente en extremo.
REPTANDO. La creciente industrial trajo consigo una fuerte demanda de combustible fósil. Aunque los Estados Unidos fueron, desde el comienzo del proceso indicado, grandes productores, toda la economía de Occidente exigió ingentes dosis de petróleo para funcionar. Las regiones bendecidas por el recurso natural quedaron en el foco y padecieron continuos embates de apropiación. Su riqueza, resultó una maldición.
Pero no solo eso preocupa apuntar a este periodista. En sintonía oculta, aquel ordenamiento financiero se fue desplazando bajo el impulso de otros protagonistas. Por un lado, los estados centrales se esmeraron para que aquellos deseosos de modificar su moneda de reserva recibieran el castigo adecuado; por otro, el conglomerado financiero se fue tornando denso y autónomo, y reptó hasta ubicarse en la pole position de la acumulación.
En 1971 el dólar fue impuesto moneda de reserva y de intercambio. Como señalamos en una de nuestras Fuentes, su presentación se asentó en el mecanismo de tipos de cambio flotantes y su deriva el aplastamiento de las economías periféricas mediante un gran traslado de recursos. El control financiero se articuló adoptando como impulsor el crecimiento productivo aquilatado por los Estados Unidos y las potencias aliadas; lograda esa hegemonía se desplegaron los mismos planes económicos sobre los territorios de los vencedores. Por eso aquí se empleó el término reptar, cuyo origen en la acepción económica vale indagar.
La pregunta es ¿quién gobierna a los poderosos? De una respuesta nítida, basada en datos reales y despojada de consignas altisonantes, puede manar la comprensión del período en marcha y de las acciones que en su interior se despliegan. Se puede ignorar la realidad, mas no las consecuencias de ignorar la realidad.
UN BLOQUE SÓLIDO. La gran apuesta occidental de la actualidad radica en intentar la desarticulación de los vínculos multipolares. El sueño de las corporaciones, traducidas en medidas bélicas y políticas presentadas en público por sus voceros, requiere anular las coaliciones de estados industriales que anunciara, proféticamente, nuestro Alberto Methol Ferré. No va a ser fácil. Veamos.
China, Irán y Rusia realizaron, dos semanas atrás, ejercicios navales conjuntos en el golfo de Omán, zona marítima de vital importancia en las cercanías del golfo Pérsico. Las autoridades chinas enviaron a los ejercicios el destructor de misiles guiados Urumqi y la fragata de misiles guiados Linyi. Las fuerzas rusas fueron lideradas por el Varyag, un crucero de clase Slava.
Irán, por su parte, desplegó un llamativo potencial misilístico. La República Islámica intensificó su cooperación militar con Pekín y Moscú en respuesta a las crecientes tensiones con los Estados Unidos en Asia Occidental. Los persas vienen suministrando drones militares a Rusia que se utilizan en la guerra que libra contra Ucrania. Atenti: los estrategas persas han calibrado la zona como el “nuevo triángulo de poder marítimo”.
El golfo de Omán ha sido testigo de una serie de ataques desde 2019, acciones que los Estados Unidos ha atribuido a Irán, así como de incautaciones de barcos, desde el colapso de su acuerdo nuclear con las potencias atlantistas. Una quinta parte de todo el petróleo comercializado en el mundo pasa por el estrecho de Ormuz, que conecta el golfo Pérsico con el golfo de Omán.
En las pruebas de instrucción participaron más de 20 buques, embarcaciones de apoyo y lanchas de combate de los tres países, así como helicópteros navales. Nada que ocultar, ya que la disuasión es parte de los conflictos: Azerbaiyán, Kazajistán, Omán, Pakistán y Sudáfrica fueron invitados como países observadores de los simulacros. La noche llega al desierto de una sola vez, como cuando alguien apaga la luz.
EL AROMA DE LA MUERTE. Las esquirlas del ataque terrorista contra la población civil rusa en el Crocus City Hall, ubicado en Krasnogorsk, Óblast de Moscú, siguen flotando sobre la brisa fresca que acaricia el espacio de la Federación. En su más reciente alocución, el presidente Vladimir Putin señaló que los autores podrían pertenecer al ISIS -Daesh- pero que su destino de fuga -esto es su amparo- era Kiev. De tal modo, evitó un contraste innecesario.
Este narrador intentó subrayarlo pocas horas después de la agresión: en ambos casos el aroma fúnebre que se desprende de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) marca singular presencia. Es que las bandas mercenarias inspiradas en el formato Al Qaeda fueron creadas por Occidente para hostigar con presuntos valores islámicos a las naciones árabes que anhelan el cuidado de sus recursos naturales y una vinculación económica multipolar. El mismo espacio se ha encargado de armar e incentivar a la Ucrania de Volodímir Zelenszki para que pelee más allá de sus fuerzas.
De resultas, la admisión del presidente de la Federación implica buen trabajo de sus servicios de inteligencia, pero sobre todo razón política al frente del Estado. Ahora, el desafío es reforzar la seguridad interior, hablar con franqueza y hacer vibrar la perceptible cuerda patriótica del pueblo, y sobre todo mantener el crecimiento -inmune a las sanciones- en el propio territorio. El vigor ruso nace de ese desarrollo, en el orden local, y de aquellos vínculos emergentes, en el plano internacional. La aprehensión del enlace entrambos, que se ha observado hasta el presente, será la esencia del futuro inmediato.
ATLANTISMO SUREÑO. En este Sur, mientras tanto, los zarpazos atlantistas para rajar las articulaciones en marcha, han logrado resonantes pero tenues éxitos. El gran decidor es el presidente argentino, Javier Milei. Un gandul. Un patán. Un zote. Si antes había insultado al brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, en los últimos días avanzó territorialmente para embestir sobre el colombiano Gustavo Petro y el mexicano Andrés Manuel López Obrador.
Esta pirotecnia verbal es parte de un juego comunicacional que se asienta en extraordinarias mentiras destinadas a fundamentar las operaciones realizadas en contra del propio pueblo austral. Contiene la intención de evidenciar un avance “derechista” en el continente que solo visualizan los zonzos locales y los columnistas de El País, periódico global. Sin embargo, lo etéreo de ciertos análisis no implica que carezcan de impacto en la interioridad argentina.
Entre los grandes medios de comunicación y las redes sociales, que difunden los mismos contenidos en modo bomba de racimo, se ha impuesto un sorprendente manto que oculta la realidad a los ojos de los protagonistas. Así como se está logrando que vastos sectores sociales admitan un ajuste que los perjudica directamente, se pretende expandir el habla mileísta para sugerir a las gentes de la región que los liberales pro anglosajones son mayoría y definen el rumbo.
No es así. Brasil, Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Cuba, Colombia, México, entre otros, están plantando su potencial incalculable (industria, tecnología, petróleo, gas, litio, legumbres, cereales, carnes, etc) en dirección unificada, a imagen y semejanza del andar de las potencias emergentes en varios lugares del planeta.
(Considerar que el respaldo a ese sendero es un devaneo de “progresistas” contiene dos factores curiosos. Por un lado, el desconocimiento de las diferencias terminológicas entre los distintos países -carece de sentido exigir a Lula que se presente como “peronista”- y por otro la necesidad de contribuir al aislamiento del pueblo argentino de un camino que lo incluye como generador de La Idea.
Quienes desde una presunta postura nacional dan crédito a esas acciones comunicacionales solo contribuyen a sofrenar, aunque no a cancelar, el destino albiceleste de promover un ABC que, desde el Sur, articule la confluencia de la Patria Grande. En extraña semejanza, los anti regionalistas vernáculos proceden como el ISIS -Daesh-: fingen defender valores propios pero operan en detrimento de los mismos).
En la gran nación que se extiende hasta la Antártida, existen muchos asuntos para resolver. Uno de ellos se sitúa al interior del Peronismo, la fuerza que desde hace 79 años proclama la construcción de una Patria Justa, Libre, Soberana, con anclaje en la Comunidad Organizada y la Tercera Posición. Esa vertiente, poco valorada y escasamente comprendida en otras regiones, proclama un nuevo orden equilibrado desde antes que surgieran los No Alineados y, por supuesto, con gran antelación al sendero Multipolar.
Si este país cambia de rumbo en breve lapso, esos factores pueden hacerse valer.
Más de lo que se piensa.
CIENCIA Y CENSURA. Volvamos, para terminar, con una idea que trabajamos tiempo atrás y, debido al fulgor de los estallidos, ha quedado relegada. Se trata de la posibilidad de encarar una Terraformación asentada en las posibilidades científico técnicas presentes y en las necesidades concretas de la humanidad. Uno de los principales generadores es el sociólogo estadounidense Benjamín Bratton. Su concepto básico indica que ya el caudal imprescindible para reordenar el planeta está disponible, pero no se logra plasmar precisamente por el volumen político de la presencia neoliberal en la adopción de decisiones.
Bratton, junto a otros, descree del ecologismo y del retorno a la naturaleza idílica, así como cuestiona la tecnofobia que pretende anular o al menos desprestigiar los formidables adelantos científico técnicos. El desarrollo de sus investigaciones ha sido muy intenso, y defiende a capa y espada la perspectiva de su plasmación. Sin embargo, después de seguir el rastro, este narrador observó que el pensador desapareció de las informaciones referidas a los desafíos planetarios, justo cuando los mismos están a la orden del día.
Entre preguntas e inquietudes, aquí se pudo constatar que el problema que los medios occidentales consideran una traba para la difusión de una de las propuestas más atractivas de la actualidad, no es otro que: el fuerte de su tarea se realiza en el Instituto Strelka de Moscú. Desde hace un par de años, Bratton lleva adelante conferencias en Pekín mientras se reducen sus incursiones en las casas de estudio norteñas. Es que una búsqueda franca de las soluciones requiere definiciones estructurales lo suficientemente profundas como para quebrar las triviales premisas que ensalzan la superioridad de un centro descentrado.
Para aprehenderlo con más hondura, esto es lo que plantea Bratton: “La terraformación va más allá de la gestión de la radiación solar o la captura y almacenamiento de carbono: no es una tecnología, sino un proyecto que incluye una variedad de intervenciones sobre el clima a gran escala, empezando por la economía. De hecho, como ha señalado en alguna ocasión el escritor norteamericano Kim Stanley Robinson, la medida más eficaz de geoingeniería sería la abolición del capitalismo. La geoingeniería debe pensarse como parte de una estrategia más amplia cuyas metas son la descarbonización, la producción equilibrada, la redistribución de la riqueza y la justicia social”.
Es que la mejor manera de predecir el futuro es creándolo
Como puede observarse, los ítems de los distintos segmentos del artículo presente, están conectados.
Reflexionemos juntos, lector, mate de por medio. Ha refrescado.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
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