Por Gabriel Fernández *
Miles de agricultores se reunieron este lunes en Berlín. Fue la cúspide de una semana de protestas contra la retirada de las subvenciones al gasoil prevista por el Gobierno Federal de Alemania. Durante el acto, fue abucheado e invitado a retirarse el ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, quien había concurrido para expresar la voz oficial después de las intervenciones de los líderes de la movilización.
Ante un operativo policial sin precedentes, desfilaron camiones y tractores en cuyos parabrisas podía leerse “Depósito vacío – vete” o “Sin agricultores no hay futuro”. Debido a la gran afluencia, la ciudad quedó paralizada. Además, la Policía intentó bloquear activamente la entrada a la capital de vehículos que transportan estiércol, que los manifestantes vertieron en las calles durante las jornadas previas.
La Ciudad Ave Fénix, como se conoce históricamente a Berlín, huele a mierda desde hace varios días.
En medio de una crisis presupuestaria inducida, el Gobierno de Olaf Scholz resolvió suprimir las exenciones al gasoil agrícola vigentes desde hace más de 70 años, una medida que ha sido rechazada por la Unión de Agricultores Alemanes. “El fomento del gasoil agrícola y la exención del impuesto de vehículos [para el sector] son importantes para la competitividad de la agricultura”, denunciaron los convocantes.
Es importante comprender que no se trata de una excepción sectorial sino de un proceso lanzado desde que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tomó el poder en el Viejo Continente por encima de los gobiernos y disciplinó a la Unión Europa (UE) para garantizar la transferencia de recursos desde las regiones productivas de la economía hacia las finanzas y las armas.
El actual canciller arribó al gobierno con la promesa de persistir en los lineamientos trazados por su predecesora, Angel Merkel, que impulsaron la nación teutona como el motor económico de la región. Los condicionamientos del suprapoder y su oportunismo para adecuarse llevaron a Sholz a invertir el sentido y cancelar las políticas industriales activas.
Pero ¿cómo y porqué creció Alemania?
LAS CLAVES DEL ÉXITO. Hemos señalado en esta saga que la historia alemana facilita la comprensión de los episodios desplegados en el tramo reciente. Algunos apuntes merecen consideración. Hace tiempo ya, en 1871, la unificación nacional conducida por Bismark congregó 27 territorios que se habían desarrollado aceleradamente y de forma autónoma durante la revolución industrial. Así surgieron las Mittelstand (empresas pequeñas y medianas) que conforman el 95% de la economía alemana.
Los analistas que van a fondo, lo admiten: “A diferencia del modelo anglosajón centrado en la maximización de la rentabilidad para los accionistas (objetivo de corto plazo), las Mittelstand son estructuras familiares con planes a largo plazo, fuerte inversión en la capacitación del personal, alto sentido de la responsabilidad social y fuerte regionalismo. Alemania es especialmente fuerte en empresas que tienen unas 100 o 200 personas. Con una característica adicional. A pesar de su tamaño, muchas de estas empresas compiten en el mercado internacional y son exportadoras», explicó a la BBC Sebastián Dullien, economista alemán del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
En efecto, Alemania ha estado entre los tres primeros exportadores mundiales en las últimas décadas, prueba de la eficacia de este sistema para competir con productos tecnológicamente complejos y una fuerza laboral altamente calificada y bien pagada. Mientras el comercio internacional está dominado por multinacionales que representan un 60% de todos los intercambios globales, en Alemania las Mittelstand conforman un 68% de las exportaciones.
Eso no es todo. Dullien enfatizó que el consenso y la cooperación han estado presentes en todos los estamentos de la economía: «En el centro se encuentran los sindicatos y la patronal que coordinan el salario y la productividad teniendo como meta el aumento real del salario y el mantenimiento del empleo. La integración es tal que por ley los sindicatos están representados en la junta directiva de la compañía a cargo de las decisiones estratégicas». Cabe añadir que la estructura impositiva es progresiva: pagan más los que más tienen, y no se admiten exenciones para multinacionales que buscan asentarse en el país.
Agudicemos la mirada. El modelo bancario alemán es mixto (depósito y crédito comercial, y participación directa en el negocio financiero industrial) y universal (incluye todas las operaciones). Alemania cuenta con 1.717 entidades de crédito. Sin embargo solamente 275 de ellas son privadas con fines de lucro. Existen 844 cooperativas de crédito -Kreditgenossenschaften- y 380 cajas de ahorro -Sparkassen-. Hay además 6 bancos públicos regionales, denominados Landesbanken, que ejercen la función de cámara de compensación de las cajas de ahorro del Estado o región en que actúan. También funcionan como banco público de la zona y ejecutan los aspectos crediticios de las políticas de fomento.
Las Cajas de Ahorro se guían por el principio de territorialidad, de acuerdo con el cual sólo ejercen actividad bancaria en su ámbito. No pueden ser compradas por los bancos privados. Las fuerzas liberales ya venían cuestionando lo que evalúan una excesiva fragmentación, que perjudicaría la competitividad del sector; la mayoría de los germanos, no las han escuchado.
A pesar de roces e insistencias del Banco Central Europeo para “liberalizar” el esquema, ha persistido firme la autoridad monetaria que ejerce el Deutsche Bundesbank. Del Bundesbank dependen 11 Bancos centrales regionales, Landeszentralbanken, que supervisan los mecanismos de pagos, ejecutan la política monetaria en sus respectivas jurisdicciones y se relacionan con las distintas administraciones (federal y regional) y con los institutos de crédito.
La inspección bancaria corresponde a la Oficina Federal de Supervisión de los Servicios Financieros, Bafin (Bundesanstalt für Finanzdienstleistungsaufsicht), dependiente del Ministerio de Finanzas. En base a la Ley de Supervisión de Servicios Financieros (Finanzdienstleistungsaufsichtsgesetz) centraliza las funciones de control, no sólo del sistema bancario, sino también del sector asegurador y de los mercados de valores. En estas breves líneas está una fase decisiva de la respuesta al interrogante.
¿Un dato más? Fíjese: El gobierno tiene representantes en estos bancos para garantizar principios rectores de su política crediticia, entre los cuales se destaca el mantenimiento del empleo. Un banco alemán no tiene permitido financiar actividades que generen despidos.
LAS CLAVES DE LA CAÍDA. Ahora, la pulseada es fuerte. Todo esto se intenta desmontar a partir de la intervención atlantista. Tanto las medidas anti monopolistas como la democracia del esquema financiero. Así, la sociedad germana, cruje.
Europa y China suscribieron, a comienzos de enero de 2021, un pacto económico que involucraba elaboración de manufacturas, servicios financieros, bienes raíces, construcción y servicios auxiliares al transporte marítimo y aéreo. De hecho, implicaba la apertura de zonas del gigantesco mercado asiático a firmas del Viejo Continente. En esta saga lo titulamos “El acuerdo menos previsto. El acuerdo más pensado”. Se concretó días antes de la asunción de Joseph Biden, y eso tuvo mucho sentido; meses después, la coalición Londres – Washington tensionó para desmembrar el pacto.
Los argumentos presentados por los objetores fueron trillados, pero como en el mundo financiero global y en sus medios de difusión no incomoda ese detalle, cobraron inusitado vigor. Desde viejas acusaciones contra China por lo ocurrido en la Plaza Tienanmen hace tres décadas hasta los derechos cívicos de la minoría uigur en la provincia de Xinjiang, sin olvidar críticas del virtuoso Occidente a las políticas medioambientales y laborales en los pagos de Mao. Desde Bruselas surgió otro cuestionamiento que vale citar: El subsidio estatal chino para las compañías que participan en las áreas imbricadas en el acuerdo.
¿Por qué cabe mencionarlo? Mientras las firmas monopólicas occidentales trasladan en su beneficio los recursos sociales a través de sus socios o empleados en los Estados, tienen el tupé de declamar libre mercado y, a un tiempo, estimar que China efectúa competencia desleal por derivar fondos públicos al sostenimiento de sus empresas. Los chinos conocen desde hace rato, gracias a la perspicacia conceptual de su legendario líder, que la aseveración de Juan Domingo Perón es una verdad incontrastable: “La economía y el libre mercado son sólo afirmaciones para el consumo de los tontos e ignorantes. La economía nunca es libre, o la controla el Estado en beneficio del pueblo, o la controlan las grandes corporaciones en perjuicio de éste”.
Más allá de las incursiones históricas, retomamos el eje del artículo: Alemania y Francia pretendían la ratificación del acuerdo. El contraste Berlín – París con el tándem Londres – Washington se intensificó, pero el atlantismo se impuso. En todo el período se registró un dato de interés: China fue el socio comercial más importante de Alemania. En tanto, se constituyó en el tercer vínculo en importancia para los galos. Pero claro, la OTAN logró forzar la guerra en Ucrania y a partir de la misma, exigir el traslado de recursos hacia la Defensa.
Otro factor sensible es el vínculo entre Alemania y Rusia. La gran obra de abastecimiento Nord Stream 2 fue hostigada desde un principio por los Estados Unidos y sus aliados en la Unión Europea; el gran invasor también se mostró escandalizado por las restricciones a las libertades cívicas en la potencia euroasiática. La estación de gas natural Lubmin 2, a pocos cientos de metros de la costa báltica alemana, quedó articulado. En la ciudad de Greifswald, el gasoducto Nord Stream 2 completó la vía de abastecimiento. Cuando arrancaba la distribución, la obra fue destruida por un ataque norteamericano, denunciado por el periodista Seymour Hersh.
DAVOS, IZQUIERDAS Y DERECHAS. Ahora, la potencia europea ha entrado en recesión. Por eso, en agosto de 2023 este periodista se preguntó ¿Contra quién es la guerra?
Mientras esto sucede, se concreta la reunión anual en Davos. Allí, las corporaciones financieras y los jefes de Estado que admiten su orientación, están debatiendo sobre los nuevos paradigmas del trabajo a nivel planetario. Los especialistas en tecnologías avanzadas e Inteligencia Artificial ya presentaron informes según los cuales en seis años será posible relevar más del 50 por ciento de la fuerza laboral.
Por eso los alemanes marchan y protestan. En paralelo a la acción de los agricultores, se registró un masivo encuentro de las fuerzas de izquierda, que fue reprimido con severidad por las fuerzas de seguridad. Los trabajadores industriales y los estudiantes congregados, alzaron banderas en recuerdo de Rosa Luxemburgo y grandes carteles contra el ajuste y la recesión incentivados por el oficialismo.
Sholz, para ratificar su fe democrática, realizó ayer un acto “contra la ultra derecha” intentando re enfocar la discusión. En el interior del mensaje se percibió la intención de identificar a los demandantes con variantes autoritarias. Claro que siempre es posible hallar tontos que agitan la svástica, confunden a la opinión y facilitan a los atlantistas un panorama tan abarcativo como inexacto: la república estaría amenazada por fuerzas tiránicas de ambos flancos del espectro político.
En realidad, esa nación está siendo derruida por el capital financiero que conduce la OTAN.
El bloque anglosajón sigue recuperando viejos adversarios.
- Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
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