Trabajo fotográfico del Colectivo Ruta Documental, que retrata personas que votaron por primera vez en la vuelta de la democracia, evento que marcó sus vidas y reafirmó su compromiso con los derechos humanos.
La búsqueda por el sentido es permanente. Este año se cumplieron 40 años de continuidad democrática. Un día antes de las PASO (elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias), las fotógrafas Alejandra Malcorra, Paola Olari Ugrotte y Soledad Quiroga, empezaron a cranear éste trabajo que muestra cómo cambió la vida con la vuelta de la democracia.
En comunicación con Radio Gráfica, Alejandra Malcorra expresó: “No hubo un cambio de un día para el otro. Fue una democracia que se fue construyendo, desde las instituciones y desde la participación de los y las ciudadanos que con mucho entusiasmo iniciaron ese camino del ’83 a esta parte. Tampoco el miedo se fue de un día para el otro”.
Beatriz Zuloaga es coreógrafa, bailarina y consteladora. Para ella la democracia es la mejor manera de vivir en comunidad. “El horror que vivimos durante la dictadura se iluminó con el triunfo de la democracia. Fue la primera y la última vez que voté con tanta convicción…”. En el 81 nació Danza Abierta continuando el camino iniciado por Teatro Abierto. Fueron 1000 coreógrafos y más de 500 bailarines reunidos para decir: “estamos vivos”, para recuperar el sentido de comunidad. Ese mismo año bailó en el Teatro Picadero antes de que un comando militar lo incendiara, esto sucedió en su barrio, a metros de su escuela, donde aún estudiaba. Con 15 años ya era autora de sus obras. Cuenta que fue una experiencia profunda y maravillosa en la que pudo participar por el compromiso del colectivo de artistas que se puso en movimiento para defender los derechos humanos. En sus tres ediciones recorrieron Buenos Aires, Misiones y Rosario, ciudad donde nació, entre el 81 y el 83 (ya en democracia). De la última edición recuerda la emoción de poder bailar en la calle y contagiar a la gente para que también lo haga. “…Había un peso que ya no estaba más…”.
“La idea del trabajo siempre fue mostrar que había personas que eran militantes y otras que no, que participaban de otras maneras. Pero con la llegada de la democracia había algo en el aire que había cambiado y que había cambiado para todxs”, dijo Malcorra sobre el trabajo “1983: cuando volvimos a la democracia“.
Bajo dos preguntas, las fotógrafas empezaron a estructurar el trabajo: “¿Qué te acordás de ése día? Y ¿Cómo cambió tu vida en democracia?”.
Edgardo Esteban es periodista, ex combatiente y director del Museo Malvinas. “El 30 de octubre de 1983 es una fecha imborrable, marcó mi vida por lo que significó esa transición. Esa noche previa no dormí. Era fiscal de mesa además de votar por primera vez…”. Cuando volvió de la guerra lo hizo en el barco Camberra, que la prensa argentina había dado por hundido. Para luchar contra ese tipo de hipocresías empezó a estudiar periodismo. Cuando se cerraron las urnas lo llamaron a colaborar para la cobertura de Radio del Plata en el centro de cómputos de Luder. Los guarismos aún se anotan con tiza en pizarras inmensas. A pesar de la derrota de su candidato, recuerda que fue una fiesta, la fiesta de la democracia. A 40 años de esa epopeya y con su libro “Iluminados por el fuego” (una crónica de su experiencia en la guerra) llevado al cine, dice que sólo sabe contar historias de dos minutos que duran 24hs.
“A muchas de las personas la vuelta a la democracia cambió y marcó en sus decisiones posteriores de vida y de alguna forma fue positivo. Por ejemplo, Eugenia se sumó a la CONADEP; un ex combatiente de Malvinas estudió periodismo para poder contar lo que no se mostró en la guerra, etc. Reafirmaron su compromiso por los Derechos Humanos para cuidar y seguir construyendo la democracia que queremos”, continuó su relato Malcorra.
Viviana Miño comenzó como enfermera y luego como trabajadora social en el Hospital Paroissien de Isidro Casanova. Hoy está jubilada y sigue colaborando desde el sindicato CICOP. Comenzó a militar en el MAS a los 17 años por una amiga de la escuela que le daba a escondidas los periódicos y enseguida se entusiasmó con la lucha trabajadora y la solidaridad internacional. De la reapertura democrática recuerda: “Me encuentro (en el hospital) a una compañera en el vestuario que había conocido en una peña del partido pero no me saluda, … nos cruzamos en un pasillo unas semanas después y me pide disculpas, dice que tenía miedo. Le habían desaparecido compañeros y familiares, no estaba segura de quién era yo todavía. Aprendí mucho de ella más adelante …”.
Por último, Alejandra contó: “El escenario fue cambiando bastante desde las PASO porque los discursos negacionistas fueron apareciendo con más fuerza. Fue difícil y movilizante para lxs entrevistadxs volver a recordar esos momentos, poder pensar un país distinto, ilusionarse con eso, ya que eran muy jóvenes por ese entonces. Creyeron que podían volver a tener un país como el que soñamos. Por eso es importante reconstruir la memoria, defenderla.
Maria Eugenia Lanfranco es actriz y fue parte de la Conadep. Vive en la Boca. Es co-autora y actriz de Una tarde en el delta, una obra de tres amigas que relata los hechos históricos vividos durante los 9 meses de la investigación del organismo, conserva sus anotaciones en cuadernos manuscritos como tesoros. Votó en Ituzaingó. Se vivió como una fiesta. tenía 20 años. El 24 de marzo del 76 estaba en 1 año del secundario y esa mañana no la despertaron para ir a la escuela. Su papá era radical la miró y le dijo vos no sabes lo que se viene. se viene la noche. Fue un evento muy deseado volver a votar. “La vuelta de la democracia me cambió la vida toda mi secundaria fue durante el golpe de estado. Cuando voté empecé una nueva etapa de mi vida y esa vitalidad me llevó a trabajar en la Conadep. y eso me marcó para toda la vida, soy lo que soy gracias a esa experiencia”.
“Este año electoral develó campañas reaccionarias con un discurso negacionista que creíamos saldado. Como fotógrafas sostenemos la importancia de la memoria activa de las y los jóvenes que protagonizaron ese momento de inflexión que, entre octubre y diciembre de 1983, nos sacó de la dictadura. Ese tiempo de transición y la adaptación posterior fue confuso, arduo y contradictorio. El proceso democrático es dinámico y queda reflejado en las experiencias personales que nos compartieron en este ensayo”.
“Elegimos contar esas historias desde los testimonios de quienes ahora son personas adultas y han continuado en algunos casos esa militancia y en otros han contribuido desde sus familias y trabajos a una participación consciente. Sabemos que seguimos configurando el futuro, en lo cotidiano, para lograr construir la democracia que queremos”, finalizó.
(*) Fotoreportera/ Radio Gráfica.
Información sobre las autoras de la obra “1983: cuando volvimos a la democracia”:
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