Por Leonardo Martín
Un 6 de noviembre de 1924 se constituía formalmente la Asociación Bancaria como consecuencia de una serie de luchas reivindicativas que habían sostenido trabajadores del sector en el período previo. De allí que esa fecha haya sido la elegida para celebrar el día de los y las trabajadores de una organización que hoy tiene un protagonismo sindical y político de relieve.
La conformación del gremio había tenido como disparador las huelgas reivindicativas que comenzaron un 19 de abril de 1919 y una lucha que se extendió hasta julio de ese mismo año. Una etapa con predominio de militantes de ideas socialistas, una de las vertientes del sindicalismo argentino en aquellos años en la disputa de la representación de los trabajadores de un sindicalismo que fue ganando en volumen en esa década del `20.
También en años del gobierno radical de Hipólito Yrigoyen, primer presidente electo con el voto universal, secreto y obligatorio tras la sanción de la ley Saenz Peña en 1912. Vale aclarar que aún no votaban las mujeres en un logro alcanzado durante el primer gobierno de Perón con una ley de 1948.
Un gobierno el de Yrigoyen con una primera etapa donde buscó tender puentes con el sindicalismo a la que algunos autores califican de “obrerista” al atender demandas de las organizaciones gremiales y zanjar en su favor algunos de los conflictos de la época. Es cierto que luego esa postura fue virando a una relación más conflictiva como quedó expresado en los episodios de la Semana Trágica (1919), la Patagonia Rebelde (1921) y la también dura represión en La Forestal en 1922. Tiempo de avances para el sindicalismo y de límites políticos que aún no era posible sortear.
En ese contexto, el 6 de noviembre de 1924 nace la Asociación Bancaria tomando una forma institucional tras esas luchas previas. Habría que esperar hasta 1939 para la realización del primer Congreso del gremio que se desarrolló en la ciudad Buenos Aires con la participación 11 seccionales. El auditorio de una radio de la época llamada Stentor fue el lugar de encuentro en la Semana Santa de ese año.
Con la irrupción del peronismo en la década del ’40 el mapa sindical se reconfigura y amplía en cantidad, protagonismo, organización y recursos. En esos años la Asociación Bancaria acompañó activamente al proceso que se abrió el 4 de junio de 1943. También hubo huelgas importantes en ese período en 1948 y 1950.
Un hito en la historia del gremio es la grandes huelgas de 1958 y 1959, primero durante la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu y luego con el gobierno de Arturo Frondizi. En un reclamo que tuvo como principal demanda una recomposición salarial realizaron 52 días de paro durante 1958 y 69 en 1959. La respuesta en ese año fue dejar cesantes a 6.200 trabajadores cesantes en un conflicto en el cual terminaron interviniendo las Fuerzas Armadas. Sería otra lucha en los años siguientes lograr la reincorporación de esos cesantes.
En el período más oscuro de la historia argentina con la última dictadura cívico militar (1976-1983) hay registrados 188 bancarios y bancarias detenidos desaparecidos. La normalización del gremio llegó con la vuelta de la democracia desde el 10 de diciembre de 1983.
En tiempos más recientes, el gremio sufrió una dura crisis institucional en 2009 que incluyó la detención de su entonces secretario General Juan José Zanola y posibilidades concretas de sufrir una intervención. En ese contexto de crisis asume Sergio Palazzo la conducción del gremio que en los años siguientes se fue consolidando como una organización de referencia del sindicalismo argentino a partir de las luchas por el salario, por los puestos de trabajo y con un posicionamiento de un modelo de país que incluyó un rechazo inmediato a las políticas del macrismo.
Dentro de las conquistas de los últimos años una de ellas es la participación en las ganancias empresarias obtenida durante el gobierno de Cristina Kirchner y que logró sostener pese a la arremetida durante el macrismo para terminar con ese derecho que está planteado en la Constitución Nacional, pero donde lamentablemente el gremio bancario es una excepción.
Durante el gobierno de Mauricio Macri, la Bancaria, integrando la Corriente Federal de Trabajadores, fue punta de lanza en la resistencia al macrismo. Defendiendo el salario, resistiendo contra los despidos en el Banco Central con un histórico acampe y siendo una referencia ineludible en la luchas durante ese período.
Desde hace más de una década venía planteando la eliminación de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias que afectaba a una gran cantidad de los alrededor de 100 mil trabajadores de la actividad. En noviembre de 2022, Sergio Palazzo presentó un proyecto de ley para introducir modificaciones. La premisa de todos esos años fue que el “salario no es ganancia“.
Finalmente, ante reclamo bancario y de tantas otras organizaciones sindicales, en septiembre pasado finalmente fue eliminada esa cuarta categoría a partir de también una iniciativa del ministro de Economía, Sergio Massa. Dejaron de ser un tema de preocupación y malestar los descuentos por el Impuesto a las Ganancias.
También es una característica del último período del gremio, la introducción de la perspectiva de género con paridad en la conformación del Secretariado Nacional y en las delegaciones regionales, con la creación de la Escuela Sindical de Género que cuenta con diversas diplomaturas. Ampliación de licencias, protocolos ante casos de violencia de género, cupo travesti trans en bancos públicos, son algunos de los logros de esta última etapa.
En términos de ingresos para los trabajadores es una actividad privilegiada en el mapa laboral argentino, pero lo cierto es que hoy se le presentan situaciones muy desafiantes como organización ante los avances tecnológicos como la digitalización, implementación de inteligencia artificial así como de nuevas tecnologías; la irrupción de las fintech, aún sin la adecuada regulación del Banco Central y el correcto encuadramiento de esos trabajadores. Por otro lado, las tensiones con determinadas entidades bancarias que buscan cerrar sucursales digitalizando el vínculo con los clientes.
Para abordar los cambios tecnológicos y la transformación en el trabajo bancario, en 2022 fue anunciada la creación del Instituto Universitario Bancario para abordar la reconversión laboral a cargo del ex ministro de Educación, Nicolás Trotta. El mismo está en proceso de conformación y validación correspondiente.
En cuanto al presente, en una no muy amplia representación gremial en el Congreso nacional, la Asociación Bancaria cuenta con tres diputados nacionales: Sergio Palazzo, Carlos Cisneros y Claudia Ormachea. A ello se suman legisladores provinciales y concejales en diferentes regiones del país. Una necesaria visión del sindicalismo en el espacio donde se debaten las leyes.
99 años cumple la Asociación Bancaria de una rica de historia dentro del valioso sindicalismo argentino. El año previo al centenario, con un pasado y presente de protagonismo y al mismo tiempo desafiante.
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