A bailar la polka y la mazurca. Eslovaquia cambia la sintonía. Modelos que definen rumbos. Seymour Hersch: ¿Ya terminó? Papa: Cardenales multipolares. China en Asia Occidental. Cierre albiceleste.
Por Gabriel Fernández *
Hay transformaciones dentro de los procesos de cambio que se vienen desplegando en el orden internacional.
Qué interesante. Armenia y Polonia hoy ocupan posiciones diferentes a las consideradas tradicionales. El preciado avance atlantista en el Cáucaso Meridional no alcanza para grandes festejos occidentales, pues la ruptura de Polonia, Eslovaquia, Hungría, Bulgaria y Rumania con el gobierno de Kiev implica un deterioro geo político significativo.
Esos dos movimientos simultáneos no deberían considerarse perennes. Ni la Federación de Rusia ni la República Islámica de Irán (ni el pueblo armenio) facilitarán la consolidación panturkista de Azerbaiyán en la zona montañosa, ni la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hará sencilla la vida al siempre problemático Este europeo. Nunca faltan encontrones.
POLONIA Y UCRANIA. El equilibrista de Kiev se la vio venir. Antes de la decisión polaca de prohibir la importación de grano ucraniano en defensa de sus agricultores y de anular la entrega de armas para la guerra, Volodímir Oleksándrovich Zelenski acusó en la Organización de Naciones Unidas (ONU) a “ciertos países” de ayudar a su temido rival, Vladímir Vladímirovich Putin.
Polonia se sintió aludido y tomó cartas en el asunto.
Pero la reacción del presidente Andrzej Duda está forjada por otros elementos, cuya densidad es aún mayor que la de los dos apuntados. Hasta la provocación sobre Rusia de las corporaciones financieras que orientan la OTAN, Polonia creció de modo sostenido con un esquema equiparable -en términos relativos- al esbozado por la Alemania gobernada por la canciller Angela Merkel.
Sus claves fueron el desarrollo de la infraestructura de transporte y energía, en especial la energía nuclear, un alza suave del poder de compra de la población con el consecuente dinamismo de su mercado interno, apreciables cosechas con fuerte destino exportador y aprovisionamiento de combustible en precios adecuados.
A partir de la guerra, los compradores externos (Alemania, China, Rusia, Europa en general) bajaron o eliminaron el vínculo, el petróleo del Oso fue relevado por el oneroso remesado por los Estados Unidos, y casi el 4 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) fue destinado a la Defensa con el objetivo de ayudar a Kiev; la consecuencia fue un descenso de la actividad en todos los rubros y un rápido descenso del bienestar social promedio.
El país tiene elecciones el 15 de octubre. Con ese panorama, la opinión pública está agitada. La popularidad del partido gobernante, Ley y Justicia, va en declive, lo cual tiene un sentido no exento de cierta complejidad. A decir verdad esa formación, que se postula nacionalista y ha contrastado con la Unión Europea (en 2019, por caso, reformuló su sistema judicial y fue severamente cuestionado por las autoridades continentales) quedó en falsa escuadra al respaldar a Ucrania.
Puede trazarse un paralelismo con Italia en esa dirección. Ambos gobiernos tienen en alta estima su independencia y resultan incómodos para la UE. Son persistentemente catalogados como derechistas y autoritarios por los medios concentrados occidentales, y padecen ingentes campañas de descrédito. Por lo bajo, todos saben que el modelo productivista polaco, que líneas atrás comparamos con el germano, no es de fácil admisión para las corporaciones financieras y su desmonte, parte de la naturaleza del accionar atlantista.
Con esos parámetros, el disciplinamiento a la política de la OTAN resulta un demérito para la prédica autodeterminada y una decepción para sus seguidores. Por eso, el comando de Ley y Justicia, que el presidente Duda comparte con el histórico Jaroslaw Kaczyski –viceprimer ministro en lo formal pero mucho más trascendente por su liderazgo federal- ha resuelto un giro apreciable que puede redituarle una victoria destinada a garantizar su continuidad.
La movida, si miramos en proyección, puede ser aún más atractiva porque desde hace unos meses la mirada identificada con Davos fantasea con una colisión de la nación polaca con Bielorrusia, lo cual potenciaría el infierno ya desatado en Ucrania. De hecho, logró la citada contradicción en el Cáucaso Meridional, al punto de disolver la República de Artsaj. Como había quedado claro en el Concepto de Madrid diseñado el año pasado, y ratificado en la Cumbre de Vilna en julio del presente, la guerra es la táctica escogida por Occidente para desplegar una estrategia ominosa y de futuro incierto.
ESLOVAQUIA Y UCRANIA. Ayer nomás, el partido Smer, del ex primer ministro Robert Fico, ganó las elecciones generales adelantadas de Eslovaquia, con un 23,3 % de los votos. Las caracterizaciones periodísticas del vencedor son buena guía para aprehender la rigurosidad de los medios occidentales. Este dirigente, con apellido de jugador brasileño, siempre fue socialista; por largo tiempo se lo catalogó de ese modo. Como en los años recientes se posicionó a favor de la Federación de Rusia en el conflicto sobre Ucrania, pasó a ser enfocado como “populista de derecha”.
El hombre, en realidad, no modificó su ideario. La comunicación concentrada pone sellos a diestra y siniestra según el vínculo de cada espacio político con sus accionistas. Así, importantes criminales invasivos han pasado a ser demócratas concienzudos y defensores de los derechos humanos, y luchadores contra las injusticias merecen motes ciertamente despectivos. La lectura de los guarismos y las preferencias populares puede ofrecer un panorama algo más transparente acerca del significado profundo de este comicio. Acérquese, lector.
En Eslovaquia, es habitual que el presidente -en este caso Zuzana Strapáková Caputová, ambientalista y europeísta que defiende todos los derechos, menos los que corresponden a los pueblos del Donbás- pida al ganador que intente formar gobierno, por lo que se estima probable que Fico vuelva a ser primer ministro. Ocupó ese cargo en 2006-2010 y de nuevo en 2012-2018. Su sociedad, lo conoce. Dejó atrás al atlantista Partido Progresista del vicepresidente del Parlamento Europeo, Michal Simecka, quien al final obtuvo un 17,1 % de los votos. El tercer partido fue La Voz (Hlas), del ex primer ministro Peter Pellegrini, un antiguo aliado de Fico, con el 14,9 %, de acuerdo al recuento oficial. Pellegrini se separó de Fico después de que Smer perdiera las anteriores elecciones en 2020, pero las coincidencias perviven y allí abrevará el vencedor para armar su gabinete. Otro posible socio de la eventual coalición, es el Partido Nacional Eslovaco, que obtuvo el 5,7%. También demanda el cese del respaldo a Ucrania.
Esos tres partidos (Smer, Hlas, PNA) tendrán mayoría parlamentaria si unen sus fuerzas en un gobierno de coalición. ¿Por qué esto resulta destacable? En esa faja se visualiza con claridad la opción del pueblo eslovaco: un 80 por ciento se ha manifestado, según los sondeos de opinión y las manifestaciones callejeras, en favor de restablecer vínculos con la Federación de Rusia y dejar de lado el apoyo al gobierno de Kiev. En buena medida, esa mirada equivale, en versión reducida, a la reflejada líneas atrás al analizar las causas del realineamiento polaco: historia, nivel de vida, agricultura, exportación, desarrollo.
Este país de 5,5 millones de habitantes, fue creado en 1993 tras la desintegración de Checoslovaquia. Desde el último tramo del extenso conflicto ucraniano (24 de febrero de 2022), su gobierno fue orientado por la OTAN a respaldar a Zelenski, canalizando grandes recursos en nombre de la democracia. Fico se opone a las sanciones contra Rusia y quiere impedir que Ucrania ingrese en el conglomerado europeo. Propone que, en lugar de enviar armas a Kiev, la UE y los Estados Unidos utilicen su influencia para obligar a Rusia y Ucrania a alcanzar un acuerdo de paz.
Tras conocerse los resultados, los medios internacionales expresaron gran preocupación. Estiman, desde hoy, que una administración con Fico y las otras formaciones indicadas puede llevar a Eslovaquia a “abandonar su rumbo, siguiendo el camino de Hungría bajo el primer ministro Viktor Orbán y, en menor medida, el de Polonia bajo el partido Ley y Justicia”. Ya perfilan su diagnóstico. Qué democracia ni democracia, el pueblo eslovaco ha escogido a un populista de derecha, que descree de los derechos ciudadanos. ¿Los votos? Un accidente que debe ser reparado.
Don Arturo Jauretche podría decir que el bueno de Fico ya está siendo acusado de nipo–nazi–fasci–falanjo–peronismo. Le aguarda un lindo desafío.
¿LA GUERRA HA TERMINADO? Mientras tanto, concretó una nueva irrupción el periodista Seymour Hersh. Y lanzó otra bomba de profundidad, con repercusión tan intensa como la vinculada a la destrucción del Nord Stream. Afirmó que “La inteligencia estadounidense sabe que Rusia ya ganó el conflicto en Ucrania, pero la Casa Blanca y los medios de comunicación occidentales lo encubren difundiendo información falsa”. Asentó su decir en la información suministrada por un oficial de inteligencia de los Estados Unidos.
En un nuevo artículo publicado este jueves, el ganador del premio Pulitzer reveló que hay en la comunidad de inteligencia estadounidense analistas trascendentes que consideran que el desmoralizado Ejército ucraniano ha renunciado a la posibilidad de superar las líneas defensivas rusas y llevar la guerra a Crimea y a las cuatro nuevas regiones. “La realidad es que el debilitado ejército de Zelenski ya no tiene ninguna posibilidad de victoria”, destacó.
Washington no tiene interés de hablar sobre un alto el fuego ni en generar conversaciones que puedan poner fin al litigio. Sin embargo, el supuesto progreso de la ofensiva ucraniana es “toda una mentira”, indicó Hersh, citando a su fuente. “Tras semanas de muchas bajas y escasos avances, junto con terribles pérdidas de tanques y vehículos blindados, importantes elementos del Ejército ucraniano, aun sin declararlo, prácticamente cancelaron la ofensiva”, resaltó el periodista.
Al leerlo, este narrador recordó que alguna vez Carl von Clausewitz formuló una consideración que calza justo. La buscó y la encontró: “La obstinación es una falta de temperamento. La terquedad y la intolerancia a la contradicción son el resultado de un tipo especial de egoísmo, que eleva por encima de todo el placer de su intelecto autónomo, ante el cual otros deben inclinarse”.
Sigamos. “La guerra ha terminado. Rusia ha ganado –añadió Hersh-. Ya no hay ofensiva ucraniana, pero la Casa Blanca y los medios de comunicación estadounidenses tienen que mantener la mentira”, aseguró en base a esa versión. “La verdad es que si al Ejército ucraniano se le ordena continuar la ofensiva, se amotinará. Los soldados ya no están dispuestos a morir, pero esto no encaja con la mentira de la que es autor la Casa Blanca”, anticipó, quizás temerariamente.
La política hostil de la Administración del presidente estadounidense, Joseph Biden, hacia Rusia y China, reflejada en las declaraciones del secretario de Estado, Antony Blinken, ha provocado una división en la comunidad de inteligencia estadounidense, según la fuente. Esto ha llevado a que algunas unidades de la CIA hayan comenzado a negarse a participar en la compilación de los informes oficiales de inteligencia nacional. “Los analistas de la CIA se han mostrado sistemáticamente mucho más escépticos sobre las perspectivas de éxito de Ucrania que sus homólogos de la Agencia de Inteligencia de Defensa”, indicó Hersh, destacando que esa es una disputa ignorada totalmente por los medios de comunicación occidentales.
“Biden, con el apoyo de Blinken y del consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, pero con un respaldo cada vez menor en otras instancias de los Estados Unidos, ha convertido su implacable apoyo financiero y moral a la guerra de Ucrania en una cuestión de vida o muerte para su reelección”, destacó. Es ostensible que los datos vertidos coinciden con los informes presentados por el gobierno de la Federación de Rusia. Según el Ministerio de Defensa de ese país, el Ejército ucraniano lleva realizando infructuosos intentos de ofensiva desde el 4 de junio. E indica que las Fuerzas Armadas ucranianas perdieron durante ese tiempo 71.500 militares, 543 tanques y casi 18.000 vehículos blindados de diferentes clases.
EL PAPA, INSISTE. Francisco nombró este sábado a 21 nuevos cardenales. Los instruyó para impulsar un “proyecto común” en la Iglesia, a universalizar al cuerpo que deberá elegir a su sucesor y reducir la influencia europea en las zonas de decisión vaticanas. Esto sucedió en el noveno Consistorio público en la Plaza San Pedro; allí oficializó la creación de nuevos cardenales, entre los que están los argentinos Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe; el arzobispo de Córdoba Ángel Rossi y el fraile Luis Dri, de 96 años, quien no estuvo presente y recibirá la nominación en Buenos Aires.
“El Colegio Cardenalicio está llamado a asemejarse a una orquesta sinfónica, que representa la sinfonía y la sinodalidad de la Iglesia”, expresó el Papa . Por tanto, esa entidad quedará formada por 242 miembros, entre ellos 137 cardenales “electores” -que tienen menos de 80 años- y con derecho a voto en un cónclave destinado a elegir a un nuevo Papa. El 72% de los mismos fueron creados por Francisco a lo largo de su década al frente del Vaticano. De tal modo, promovió su búsqueda de descentralizar el poder interno: entre los 137 electores están representados 71 países, y solo 52 purpurados son europeos.
En 2013, cuando fue elegido Francisco, 62 de los 115 cardenales que votaron eran del Viejo Continente, en un cónclave en el que solo hubo representantes de 49 naciones. Durante su homilía, el Papa destacó la cantidad de países que aportan purpurados al Colegio Cardenalicio y realzó que “gracias a Dios provienen de todas partes del mundo, de las naciones más diversas“. De hecho, Asia, pasó de los 10 que tenía en 2013 a 34 cardenales (el 24%). También África, que ahora tiene 29 purpurados con capacidad de elección (21%) frente a los 11 de hace una década (el 9%). En contraposición, varios países europeos, en especial Italia redujeron su influencia de manera significativa.
Los nuevos cardenales argentinos se suman a los cuatro que integran el Colegio: el ex prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales, Leonardo Sandri; el exarzobipo porteño, Mario Poli; el arzobispo emérito de Tucumán, Luis Villalba y el ex titular de la arquidiócesis de Paraná Estanislao Karlic.
Jorge Bergoglio apuntó que “una sinfonía cobra vida de la sabia composición de sonidos de los diferentes instrumentos” en donde “cada uno brinda su aporte, a veces solo, a veces unido a algún otro, a veces con todo el conjunto” ya que “la diversidad es necesaria, es indispensable”. “Pero cada sonido debe contribuir al proyecto común“, dijo en la homilía. “Y el director de la orquesta está al servicio de esta especie de milagro que representa cada ejecución de una sinfonía. Él debe escuchar más que todos los demás y al mismo tiempo su tarea es ayudar a cada uno y a toda la orquesta a desarrollar al máximo su fidelidad creativa, fidelidad a la obra que se está ejecutando, pero creativa, capaz de darle un alma a esa partitura, de hacerla sonar en el aquí y ahora de una manera única”.
CHINA EN ASIA OCCIDENTAL. A lo largo de las intensas jornadas que caracterizaron el período reciente, se llevó adelante un acuerdo que pasó desapercibido para las más variadas vetas informativas y, sin embargo, está llamado a jugar un rol de importancia en el planisferio. China y Siria establecieron un plan de asociación estratégica, informó la agencia Xinhua tras una reunión de los jefes de Estado de ambos países. La dimensión de esta amalgama es comparable a los acuerdos entre Rusia, Turquía e Irán para proteger el hostigado territorio de Oriente Próximo.
“El presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo sirio, Bashar al Asad, anunciaron conjuntamente (una semana atrás) el establecimiento de una asociación estratégica entre China y Siria”, publicó el medio. La aproximación contó, como era de esperarse, con beneficios para las dos partes. Beijing señaló su determinación a impedir que núcleos irregulares distorsionen la vida siria y perjudiquen el desarrollo de su gobierno constitucional. Damasco subrayó que está en contra de cualquier intento de interferir en los asuntos internos de China.
Al Assad manifestó dos aspectos centrales de la asociación planteada: “Siria se opone decididamente a cualquier interferencia en los asuntos internos de China, está dispuesta a ser un amigo seguro y a largo plazo de China”, y “la asociación estratégica está destinada a reforzar la amistad de los dos países y estrechar la comunicación en asuntos regionales e internacionales”. En nítida coincidencia con el documento planteado por la tríada antes indicada, China y Siria se pronunciaron conjuntamente contra “la incautación ilegal de los ingresos del petróleo sirio”, y contra “toda ilegítima iniciativa de autogobierno y las agendas separatistas”.
Vale la noticia para no descuidar flancos decisivos que, ante las restallantes novedades surgidas de otros territorios, vienen quedando opacados. El lector comprenderá: tras la dificultad surgida en el Cáucaso Meridional, Irán no puede afrontar complicaciones en el barrio. En medio, el tembladeral de Irak ofrece un movido panorama que puede ser usufructuado por operadores occidentales de lo más variados. No hay que olvidar que el gobierno sirio respaldó los gasoductos que vinculan a Rusia e Irán, en detrimento de las iniciativas norteamericanas y europeas. El retiro de tropas dispuesto por Donald Trump fue la admisión de un nuevo orden en materia energética, y es uno de los factores que explican el raudo belicismo de Biden.
Con estos elementos, cabe inferir que la presencia de China en la región ha dibujado una sonrisa en el sobrio rostro del presidente iraní Ebrahim Raisol-Sadati, más conocido como Ebrahim Raisi.
Es hora de repasar lo apuntado. Y matear, porqué no. Todos los datos poseen un sentido.
Quien escribe no ignora que el lector argentino está cautivado por la campaña electoral que sacude al país. Bien que hace. En las magníficas tierras australes también se juega una parte del destino de la Multipolaridad. Es preciso dar batalla, sin por eso olvidar que todas las naciones pueden cometer errores, como se detalla en las dos ediciones recientes de esta saga. El asunto es detectarlos, para poder subsanarlos. A veces, lleva un buen tiempo.
Claro que el futbolero sabe que no es lo mismo reparar las equivocaciones mientras se disfruta de una victoria, por ajustada que sea, que hacerlo cuando todo el estadio abuchea, el equipo se retira derrotado y el cuerpo técnico presenta su renuncia.
Se aprende mucho de las caídas. Los filósofos saben de eso. Pero es mejor ganar.
Area Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
Pintores polacos. Jan Matejko, Wladislaw Szujski, Vassili Timm. Jacek Malczewski.
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