Por Lucas Molinari
El 11 de marzo del 2004 el presidente Kirchner habló en el “Encuentro Nacional de la Militancia”. Comenzó recordando la recuperación democrática de 1973 ya que se cumplían 31 años: “Recuerdo hasta hoy que había tanto miedo a la trampa y al fraude que la orden que teníamos era subirnos a los camiones que transportaban las urnas para cuidarlas hasta que se terminara de revisar el último voto”. Luego definió la tarea de la etapa: “Tenemos que volver a reconstruir el espacio de los militantes, de los cuadros, tenemos que volver a valorar la política y no queremos que se repita la mecánica casi empresaria de la política que tiende a acordarse de los amigos y de los compañeros para utilizarlos en cuestiones electorales. No queremos ayudar a conjugar y a que todo el mundo nos diga que sí, a tener tropas “disciplinadas”, como se estila. Queremos tener compañeros que piensen, que nos digan la verdad, que tengan capacidad transgresora, que ayuden a equivocarnos lo menos posible. No queremos más la práctica de un culto al individualismo, a la personalidad y a la teoría del jefe. Esas teorías que tanto daño han hecho a la política argentina y han quebrado su calidad y hasta su propia moralidad los que quisieron llevarlas adelante. Tampoco queremos más generar ese desaliento de que los compañeros, los amigos; donde les toque actuar, sea la fuerza que sea, salen a trabajar políticamente y saben que cuando terminan las elecciones se cierran las puertas del ida y vuelta que deben tener aquellos que son elegidos y aquellos que ayudan a que sean elegidos. Queremos terminar con la idea del influyente, del “vení conmigo que yo tengo conexiones” para generar el acomodo en la historia, porque eso también quebró la moral de la política, de la práctica, que tanto daño hizo. También cuando hay una masa crítica que piensa, que elabora, que participa, evita que aquellos que tenemos que ir a cumplir responsabilidades nos creamos más de lo que somos y nos olvidemos de dónde venimos y para qué venimos”.
Un extracto que vale reponer en estos tiempos.
¿Cómo debate la militancia en nuestro presente sobre lo que nos viene? ¿Qué ámbitos son permeables a poner en práctica esas definiciones urgentes del “Pingüino” en 2004?
Al contrario, la incertidumbre crece y predomina la especulación en torno a los movimientos de Palacio que parecen obturar el desarrollo de la construcción política colectiva.
El Frente de Todos no logró trascender de un frente electoral a pesar de la exigencia de las organizaciones populares de poder “institucionalizarlo” para lograr ese “ida y vuelta” del que hablaba Néstor.
Se podrá discutir qué éxito tuvo la “transversalidad” propuesta en la “década ganada” como contención o proyección de espacios que no eran parte del Partido Justicialista. Otros quizá recordarán cómo el proceso histórico en aquel 2010 provocó la confluencia de las juventudes (Sindical y Peronista): El 14 de septiembre del 2010 Néstor no pudo hablar en el Luna Park por indicación médica (días antes le habían realizado una angioplastia). Quien tomó la palabra en el cierre fue Cristina que expresó: “Quiero agradecerles a todos y a todas, este ejemplo de militancia, de convocatoria, de unidad. En otros tiempos hubiera habido guerra de lugares, de consignas, qué maravilloso es que todos seamos una sola garganta y un solo corazón para gritar ¡viva la patria, viva la Argentina! ¡Vamos con la juventud, vamos con los trabajadores, con los estudiantes, con la educación pública, con el trabajo, con la vivienda, con los jubilados, con los pensionados, con los empresarios, con los comerciantes, con los productores, con los campesinos, con los agricultores! ¡Vamos que es la oportunidad que se nos ha abierto en la historia de nuestros 200 años! No la desperdiciemos, juntos todos para el mismo lado”.

En la edición de hace un año atrás hemos repasado los debates de aquel año 2010 en el que el Movimiento Nacional estaba a la ofensiva.
¿Es imposible recuperar esas banderas? ¿Cuál es la conjugación entre conducción estratégica y conducciones tácticas? ¿Cómo analizar estos discursos de doce años atrás en esta coyuntura?
Vayamos ahora con nuestro presente. Esta semana, el mismo jueves que fue el aniversario de la muerte de Kirchner, obtuvo media sanción del Presupuesto 2023. El economista Horacio Rovelli definió el proyecto de ley: “Es como ha sido este gobierno, generoso para una minoría de la población al que le da todo tipo de beneficios para que liquiden exportaciones y o blanqueen sus tenencias de dólares, pero reduce las partidas para gasto previsional y social, reduce los subsidios a energía y transporte y, apuntala una economía orientada al mercado externo”.
Horacio explicó el ajuste que se aplicará en el sistema previsional “que representa, desde hace años, alrededor del 43% del gasto total de la Administración, punto que no varía (pese al crecimiento vegetativo de los beneficiados de 6.950.749 jubilados y pensionados de este año 2022 a 7.124.285 para el año 2023)”.
Argentina de este modo se encamina a “una economía cada vez más dualizada, donde hay un sector relacionado al comercio exterior (minería, hidrocarburos, granos y sus derivados, maquinarias y equipos, utilitarios y autos de alta gama, construcción privada, grandes bancos y fondos de inversión) que tienen una importante tasa de crecimiento, mientras que los sectores ligados al mercado interno subsisten”, concluyó Rovelli.
Otro dato que destacó el economista es la exclusión en el proyecto de ley de fondos “para las obras en el Canal Magdalena y si, en cambio, para la obra del Canal Punta Indio a 143.900 km., el Codillo hasta la Isobata de 12 m –Río de la Plata, con un monto de 5.000 millones de pesos, que es la salida obligada al Puerto de Montevideo (Uruguay), ratificando la dependencia hacia ese puerto”.
Es decir que se consolida un modelo exportador con salarios bajos y un Estado retirándose de toda posibilidad de intervención en la economía, que justamente es uno de nuestros principales nudos de la Dependencia.
En una entrevista realizada por Ámbito Financiero al ex vicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera, lo consultaron cómo era posible que su país esté logrando una inflación interanual del 1,9% (septiembre 2022). Linera explicó que la respuesta está en las bases que construyeron durante las presidencias de Evo Morales, cuyo ministro de Economía fue Lucho Arce: “Nos llevó tres años controlar la inflación, que había surgido de un ataque empresario, pero lo logramos. Impusimos al inicio un tope de precios a las carnes, cereales, leche, azúcar y aceites mediante la asociación del Estado con pequeños productores. Nos metimos en la cadena productiva y obligamos a los empresarios a vender al precio que fijábamos. Así, logramos corregir los precios nuevamente…”
“A esos productores les garantizábamos un precio superior -y permanente en el tiempo- al que le pagaban las empresas, y luego nosotros fijábamos un valor de venta al público que no tenía ganancia, solo cubría el costo de producción, para obligar a los empresarios a vender sus productos en el mismo nivel. Y se bajó la inflación… El Estado, en nuestro caso, se metió en la cadena de valor agrícola, pero no estatizó la tierra, sino que pasó a formar parte de la industria procesadora. Y en el caso de la carne obligó a los frigoríficos a abastecer el mercado interno a un precio regulado y luego exportar el excedente…”, continuó Linera que agregó: “Es lo que ustedes quisieron hacer con Vicentin, pero no se animaron”.
Finalmente, el intelectual boliviano alertó: “Se requiere de mucha autoridad porque, si no, no podrás contener la suba de precios. Y allí aparecerán los conservadores y lo harán, aunque le saquen el último ahorro a la gente, pero tendrán legitimación social. La inflación en Bolivia la resolvió la derecha y se quedó 20 años, pero privatizaron todo, se destruyó el empleo, se cerraron fábricas”.
¿Es imposible debatir este diagnóstico? ¿Es utópico?
Fernando Gómez en su editorial de Infonativa recuerda al Kirchner del 2001, previo al estallido: “En un acto en Dolores en la Provincia de Buenos Aires, Néstor fustigó al gobierno de De la Rúa al señalarle que “A los que gobiernan la Argentina hoy, lo único que les importa, es el establishment, los grandes números, las bolsas, y el resto de la Argentina parece que está demás” y le espetaba a conjunto de la clase política: “Hay una dirigencia política, que está detenida en el tiempo, que vive asustada, que tiene miedo, porque le dicen: “Esto o el caos”. Y yo les pregunto. Si esto no es el caos ¿Cuál es el caos que está viviendo hoy la Argentina? ¿Qué otras penurias nos esperan? ¿Cuál otra traición nos tienen preparada?”
Además de ese archivo que impacta por su actualidad, Gómez opinó sobre el “Refuerzo Alimentario” por el cual compatriotas que están en situación de indigencia podrán acceder a 45 mil pesos en dos cuotas.
“El esfuerzo presupuestario es de 90.000 millones de pesos. Esa misma plata es lo que el Estado Nacional le paga a los Bancos por intereses de Leliq y otros instrumentos financieros en seis días hábiles. Es decir, los intereses de Leliq, prometidos en la campaña electoral del 2019 que se iban a desmantelar por ser una estafa, permiten pagar en seis días la misma guita que van a recibir dos millones de personas, a las que la decisión de Anses y el Ministerio de Economía, obliga a exhibir su estado de indigencia en largas filas en las puertas de un Estado Nacional que aparece desbordado por el dolor social causadas por sus propias decisiones”.
Ahora bien, volvamos al planteo de Linera: Que el Estado intervenga en la producción. Eso es peronismo. Quizá un repaso por la publicación de 1950 “La Nación Argentina Justa, Libre y Soberana” permitirá hacer memoria sobre el gran legado que tenemos como Movimiento.
¿O será que el derrame del modelo exportador va a dar respuesta al dolor social que se profundizó con este gobierno?
Pero vale también recuperar críticamente al “Pingüino”. Seguramente recuerdan que uno de los ejes que se planteó y caracterizaron su gobierno fue la “reconstrucción de la burguesía nacional” ¿Logró su objetivo?
No, la economía durante la “década ganada” se concentró y la estructura dependiente forjada durante el Plan Martínez de Hoz de 1976 quedó casi intacta (por ejemplo, ley de entidades financieras, dolarización del mercado inmobiliario… la economía bimonetaria).
Vayamos a los números de hoy.
Esta semana se conocieron los primeros datos del Censo 2022 que publicó en tapa el diario cooperativo “Ejes del Mundo en la Patria”: “Del total de empresas, el 1% son empresas grandes (más de 200 empleados) emplean al 44% de los trabajadores” que también destacó el dato geográfico: “La Ciudad Autónoma de Buenos Aires es el área geográfica que muestra mayor concentración de empresas y organizaciones de Servicios inmobiliarios, empresariales y de apoyo. En CABA viven alrededor de 3 millones de personas e ingresan diariamente 3 millones de trabajadores del conurbano. Es así como la Ciudad de Buenos Aires puede sostener el PBI más grande del país: sobre la base de explotación de la mano de obra de los habitantes de la provincia de Buenos Aires”.
La estructura económica, además de concentrada, tiene preeminencia en el sector de servicios: “La masa trabajadora se encuentra mayormente en empresas relacionadas a Servicios y Comercio (61,9%). En el otro extremo, vemos que el sector del agro, el más rico del país, es el que genera menos mano de obra, sólo emplea al 4,3% de la población. Cada vez que los trabajadores intentamos disputar el control de la renta a estos sectores, a través, por ejemplo, de las retenciones, ellos nos dicen que eso atenta contra el aumento de nuevos empleos. Al contrario de lo que nos intentan vender, se observa claramente que es el sector que menos empleo genera”, expuso el diario Ejes.
¿Es posible proyectar un Estado empresario que planifique nuestra Economía al servicio del Pueblo? ¿Qué Fuerza Social debe conducir la construcción de una Patria Liberada? ¿Se puede lograr de manera evolutiva o disruptiva? ¿Se conquista con el protagonismo de las organizaciones populares o con “vanguardias funcionariales”?
Debates que tienen lugar en Gráfica.
Pero sigamos… Porque la Secretaria de Minería, la catamarqueña Fernanda Ávila participó en el London Metal Exchangue Argentina “donde captó la atención de los inversores“, según contó al portal LaPoliticaOnline uno de los participantes. “La secretaria de Minería expuso ante un auditorio repleto” agregó la fuente. “A sala llena, ante los grandes jugadores del sector, Ávila remarcó especialmente el potencial de producción de Litio de la Argentina y aseguró que el país podría aumentar cinco veces las exportaciones de este mineral sumando además nuevos proyectos cupíferos por el equivalente a USD 18.600 millones”.

El título de la nota es concluyente: “Ante la presión de los gobernadores, la secretaria de Minería rechazó la Opep del Litio”. Cuentan que “la Cancillería Argentina avanzó esta semana en las conversaciones con Bolivia y Chile para implementar políticas comunes que permitan fijar, entre otros puntos, el precio del litio con impacto a nivel mundial. Una iniciativa a la que aspira sumarse México”.
Sin embargo, ante estos trascendidos, Cancillería rápidamente negó la existencia de esos diálogos.
Vale recordar que se elaboró una propuesta en la Cámara de Diputados que nunca llegó a proyecto de ley por la falta de respaldo del por entonces jefe de bloque Máximo Kirchner. En junio del 2021 el diputado nacional Marcelo Koenig explicó a Gráfica la iniciativa: Que el litio sea declarado recurso estratégico, se constituya una comisión compuesta por las provincias, el Estado nacional y el sistema científico técnico argentino para definir quien, cómo y para qué es el litio, con el objetivo que ese bien común no sea llevado afuera y pueda ser industrializado en la Argentina.
Sin embargo, la Constitución de 1994 construida sobre la base del Consenso de Washington sigue determinando las grandes definiciones que impiden una planificación estratégica. El proyecto de ley buscaba sacar al litio de la ley de Minería de los `90. No hubo coraje, no hubo voluntad…
Lo que parece caracterizar a la dirigencia es el posibilismo.
Máximo Kirchner respondió en un reportaje en el Destape el lunes pasado que Sergio Massa está “administrando consecuencias”, buscando hacer cargo de la crisis solamente al ex ministro Martín Guzmán. Un reportaje en el que no se escuchó ninguna propuesta programática de cómo salir de la crisis.
Mientras Massa construye un nuevo esquema de relaciones carnales. Esta semana recibió en el quincho de su casa a parlamentarios republicanos y demócratas, además del embajador de los Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley. Firmaron un acuerdo de cooperación entre la AFIP y la Internal Revenue Service para detectar cuentas de argentinos no declaradas en EEUU. “El acuerdo se firmará todo en inglés, sin traducción, para acelerar los plazos”, explicó Página/12.
¿Será que políticos argentinos buscan que naturalicemos nuestra pérdida de soberanía? ¿Será que nos invitan a soñar con los brotes verdes que vendrán aliándonos con un Norte en declive?
El peronismo sigue siendo el hecho maldito porque tiene en su historia la nacionalización del comercio exterior y otra serie de medidas que seguramente resolverían los grandes dolores sociales. Hace falta un pueblo movilizado y una conducción.
Como Piraña Colovos supo definir al Pingüino: “Néstor, al asumir la presidencia, corrió el límite de lo posible, en ese contexto, en esa coyuntura que le tocó actuar. Ese creo que fue su rasgo más sobresaliente como “militante político con responsabilidades importantes”, como solía definirse. Con coraje y voluntad de ir para adelante. El jugarse por las mayorías. Y el pueblo, sin dudas, también se la jugó por Néstor”.
CARRERA DESIGUAL
Abel Furlán, titular de la Unión Obrera Metalúrgica, dialogó esta semana con Gráfica y contó sobre los debates que atraviesan al gremio: “Desde Tucumán a Tierra del fuego, todo el país tiene la misma problemática. Los trabajadores transmiten que se ha recuperado la producción, la actividad está con niveles de pre pandemia y la economía crece pero los trabajadores tenemos más dificultades para llegar a fin de mes por que la puja distributiva continúa sin resolverse”.
“Desde el sindicalismo no vamos a poder recuperar salario si no hay un gobierno mirando ese proceso. No hay solución gremial sin solución política. Podemos tener al dirigente más lúcido pero si los intereses que queremos alcanzar no son acompañados por el proceso político, quedan inconclusos. Cuando el peronismo supo interpretar las necesidades del movimiento obrero y aplicar políticas para darle respuesta a eso, fue cuando mejor estuvimos los trabajadores, pero fue la política la que generó las tensiones necesarias para impulsar una puja distributiva”, definió Furlán.
¿Qué se está discutiendo en el gobierno?
Eduardo “Wado” De Pedro, ministro de Interior y dirigente de La Cámpora, planteó: “Sergio está pensando con Cristina una suma fija para que aquellos que perdieron con la inflación puedan recuperar su nivel de consumo“.
Serían cerca de 30 mil pesos.
Massa lo habló con el presidente Fernández que por ahora se muestra alineado con la Mesa Chica de la CGT que plantea que una suma fija afectaría al proceso paritario.
Luego, habrá que ver el universo que se define ¿Entrarán los empleados públicos?
Leandro Renou escribió: “Los intendentes aseguran que en el caso de exigirse esa suma por decreto, no podrían pagarla si es que apunta a compensar los salarios más bajos. Un número: el 70 por ciento de los salarios menores a 70 mil pesos hoy corresponden a empleados municipales, de allí la queja de los jefes comunales. Pero hay una razón más, que es que la suma fija apunta a subirle el piso al salario formal, y deja afuera al pelotón más golpeado por la inflación, que son los asalariados informales del sector privado”.
¿Cómo equilibrar cuentas en el marco del cumplimiento con el FMI?
En este contexto hay sindicatos que si lograr romper la media. Es el caso de Camioneros que logró el 107% de incremento salarial se hará efectivo de la siguiente manera: 27% en noviembre; 27% en febrero 2023; 27% en mayo y 26% en agosto. También cobrarán un bono de 100 mil pesos en cuatro cuotas dispuestas en marzo, abril, mayo y junio de 2023. En abril se dará la revisión paritaria.
Sanidad, el gremio que conducen Carlos West Ocampo y Héctor Daer, se encamina a un plan de lucha. Mientras el gobierno autorizó un aumento a las prepagas del 13,8% en las cuotas (que implicó la protesta de CFK vía twitter), no reabrió todavía la paritaria de ese sector. De allí la convocatoria a una huelga nacional el próximo 3 de noviembre.
Horacio Wasserman, delegado de Laboratorios Craveri e integrante de la Agrupación 22 de Agosto en Sanidad, contó a Gráfica las expectativas de la conducción sindical: “Quieren llegar al 80% antes de fin de año. Ya tienen 59% están discutiendo un 21% en 3 cuotas de acá a diciembre y revisión en febrero”.
Sin embargo, la expectativa de las bases es otra. En el plenario de esta semana se le acercó al Secretario de Organización la siguiente nota: “Los trabajadores de Emergencias en asamblea autoconvocada hemos resuelto: Que no aceptaremos un arreglo a la baja, del 80% dejando nuestros sueldos muy por debajo de la pobreza, sin cubrir la canasta básica familiar y nuestras necesidades básicas. Teniendo en cuenta la inflación interanual y las proyecciones que la colocan por encima del 90%, exigimos un aumento mayor al 100%. Exigimos se escuchen nuestras voces y reclamos, se tomen medidas reales y se nos haga partícipes de las decisiones y las asambleas. Una parte de la Comisión Interna y el gremio de ATSA nos desoye y nada hace frente a los atropellos de las patronales, haciendo clara su desidia frente a la pulverización de los salarios. Exigimos a Emergencias que no pague sueldos por debajo de la línea de pobreza y en cambio abone salarios dignos y acorde al costo de vida real de sus trabajadores. Remarcamos que no nos vemos representados por el Sindicato de los Trabajadores de la Sanidad Argentina ni por gran parte de la Comisión Interna de Emergencias. Si no luchan por los salarios que necesitamos, nos veremos obligados a una desafiliación masiva del mismo. Un gremio que no nos representa, no se servirá de nuestro esfuerzo de la cuota sindical. Este texto cuenta con el aval y mandato de 57 compañeros y compañeras trabajadores y trabajadoras de Emergencias autoconvocados/as que se organizaron en asamblea, reuniones y recorridas”.
Wasserman contó que el Secretario de Organización de ATSA Javier Pokoik no aceptó recibir el escrito.

Se trata de una carrera desigual donde la mayoría de los sindicatos no logra empatar al proceso inflacionario. Ni que hablar quienes trabajan en la informalidad, que cada vez son más.
Mientras tanto los precios siguen subiendo al ritmo de las ganancias dolarizadas de las Corporaciones.
YAPA, EL LIBRO DE PIRAÑA EN MARCOS PAZ
“Qué lindo que es ser peronista”, suspiró Mónica Ferro, la mamá de Piraña Colovos. Fue al volver de Marcos Paz donde se presentó “¿A dónde vamos los trabajadores?”.
Como siempre un orgullo que Radio Gráfica sea parte de esta experiencia de debate colectivo.
El libro se consigue a tan solo 500 pesos en nuestra emisora.
Nuevas presentaciones se están planificando para difundir los apuntes urgentes para la militancia que plantea el libro de tapa roja.
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