Por Agustín “Piraña” Colovos*
Pasaron diez años de la muerte de Néstor Kirchner. Mucha agua corrió bajo el puente durante esta década en nuestro país. Muchos recuerdos y sentimientos también afloran en esta fecha. Intentaré realizar un recorrido sentimental y político de lo que significo Néstor para mí y para mi generación de trabajadores/as. Muy ambicioso, lo sé.
¿Cuál es el rasgo mas sobresaliente a rescatar de la acción política de Néstor Kirchner? Sin dudas que se me vienen un montón de cosas a la cabeza, pero la primera es que no hubiera existido Néstor Kirchner, sin diciembre de 2001 y sin 26 de junio de 2002, es decir, sin toda la resistencia al neoliberalismo que nuestro pueblo realizó durante la década del ´90. Una resistencia por abajo, que Néstor leyó desde arriba.
Su carrera política empezó por la JUP (Juventud Universitaria Peronista) en los ´70, continuó como intendente de Rio Gallegos a partir de 1987, para pasar a ser gobernador de la provincia de Santa Cruz a partir de 1991 hasta que asume la Presidencia de la Nación aquel inolvidable 25 de Mayo de 2003.
También el factor suerte (¿existe el azar en la historia?) jugó por fin alguna vez a favor del pueblo argentino, ya que luego de los asesinatos de Darío Santillán y de Maximiliano Kosteky, Duhalde se vio forzado por la respuesta popular a adelantar las elecciones. Ahí fue cuando Néstor logró salir segundo detrás del inefable Carlos Menem, que finalmente se bajó del ballotage para dejar al pingüino “con más desocupados que votos”.
No hace falta entrar en detalle de lo que era social y políticamente la Argentina en el 2003; el “infierno” mismo, un país donde los dueños de todo descargaron su revanchismo y re-diseñaron quirúrgicamente a la sociedad argentina, especialmente a la clase trabajadora a partir de 1976. Se impuso a sangre y fuego el modelo neoliberal que ya era hegemónico a nivel mundial. La democracia a partir de 1983, no solo fue la “democracia de la derrota”, sino también la “democracia de la desigualdad”.
Néstor, al asumir la presidencia, corrió el límite de lo posible, en ese contexto, en esa coyuntura que le tocó actuar. Ese creo que fue su rasgo más sobresaliente como “militante político con responsabilidades importantes”, como solía definirse. Con coraje y voluntad de ir para adelante. El jugarse por las mayorías. Y el pueblo, sin dudas, también se la jugó por Néstor.
Recuperar el espacio donde funcionó la ESMA, bajar el cuadro de Videla en 2004, desmarcarse del FMI y el no al Alca en 2005, la política exterior con eje en la patria grande, su presidencia de UNASUR, son hitos que marcaron a fuego mi generación.
La reactivación económica que costó, pero se hizo a base de mercado interno (utilizando nuevamente la capacidad instalada industrial ociosa) y del boom de los commodities, con retenciones mediante, para redistribuir esa renta agraria diferencial, principal fuente de divisas de nuestro país históricamente en manos de la oligarquía agroexportadora, para así poder tener un proyecto nacional integral (en ese nuevo orden mundial multipolar que fue naciendo post Torres Gemelas).
Al ritmo de la generación de puestos de trabajo, Néstor reactivó las paritarias y los convenios colectivos de trabajo volvieron a discutirse y, después de mucho tiempo, el Ministerio de Trabajo dejó de negociar bolsones de alimentos con las organizaciones de desocupados para pasar nuevamente a la discusión tripartita de sindicatos, estado y patronales, típicamente peronista.
Para esto se valió de una CGT luego de muchos años unificada y fuerte. Después de un interregno con un triunvirato, asumió de secretario general Hugo Moyano, representante del ala más dinámica del movimiento obrero. La que había resistido en los ´90 con el MTA y del poderoso sindicato de Camioneros. Con la transformación neoliberal del país, y la con la caída de la ocupación industrial, los gremios de transporte, se habían transformado en estratégicos, ya que eran (aún lo son) los únicos que podían paralizar el país y que se notara. Por eso esta CGT era representativa del momento. Néstor Kirchner lo sabía y se apoyó en esa estructura gremial.
Personalmente
Durante el gobierno de Néstor pasé por todos los “estamentos contractuales de la clase trabajadora”, en negro primero, por “agencia” después, hasta que pude ingresar todavía durante su gobierno al establecimiento metalúrgico Envases del Plata (ex – Camea) en la localidad de El Palomar en el Municipio de Morón.
La experiencia sindical que viví fue también representativa de la época para muchos trabajadores/as. Las injusticias que se vivían en planta eran muchas, y había bastante producción. Los compañeros venían de toda la época de la desocupación y había mucho miedo de organizarse, porque si te quejabas o intentabas hacer algún reclamo, la patronal siempre se enteraba y te echaba. La conducción de la seccional Morón de la UOM, fiel a su política de antaño, también actuaba en acuerdo con la patronal.
Con varios compañeros nuevos y algunos más antiguos comenzamos un trabajo semi-clandestino, para ir charlado e intercambiando opiniones, pero fuera de la fábrica, para prepararnos para las elecciones de delegados de final de 2008.
En síntesis, en esas elecciones logramos cambiar 13 de 15 delegados y así comenzar a dar vuelta toda la relación de fuerzas dentro de la planta. Con lucha conseguimos casi duplicar el salario, estabilidad laboral, condiciones dignas, democracia sindical dentro de la planta y sobre todo, lo más importante que una Comisión Interna puede lograr: el respeto de la Patronal. Hablar de igual a igual con los dueños. Y que si ellos querían tomar una decisión, primero debían consultarla y consensuarla con los representantes de los trabajadores. Ese poder obrero, más que la duplicación del salario, es lo que los patrones no le perdonaron al kirchnerismo. Y de ahí, el revanchismo macrista-patronal.
El proyecto nacional encabezado por Néstor Kirchner fue la condición de posibilidad de todas las conquistas que luchamos y conseguimos los trabajadores/as esos años. No hay solución gremial, sin solución política.
Esta experiencia resumida que estoy narrando sé que es la de miles de delegados/as jóvenes, lo que Cristina llamó generación del bicentenario, más de 70.000 en todo el país que desde las bases militaron el proyecto (muchas veces sin el aval de sus conducciones gremiales) y se hicieron peronistas-kirchneristas. Hoy esa masa es menor de 45 años.
Pero volvamos al año 2008…
Ese año se da el conflicto con las patronales agropecuarias por las retenciones móviles, es decir, por ver quien se apropiaba del excedente de la ya mencionada renta agraria diferencial. O el Estado, para redistribuirla, o las corporaciones agropecuarias, para seguir amarrocando. También ese año comenzaba la crisis mundial capitalista. Con epicentro en EEUU, tras la quiebra de la casa Lehman Brothers, explotaba la burbuja financiera del capitalismo global y como siempre se intentaba descargar la crisis sobre los pueblos.
El conflicto con las patronales agroexportadoras desató todas las tensiones sociales que venían incubándose. El círculo rojo del establishment, siempre consciente de sus intereses, comenzó a desatar una guerra contra el gobierno. La frase de Néstor “¿qué te pasa Clarín, estas nervioso?”, data de esa época. Y claro que la gran burguesía argentina estaba nerviosa, con la crisis había menos para distribuir, y el objetivo de estos sectores fue y es siempre que los trabajadores/as se lleven lo menos posible.
Esta es la base material de las disputas políticas, mediáticas, sociales y culturales que vivimos a diario. ¿Cómo se reparte la torta? Ellos siempre quieren ganar más, nosotros, en cambio, solo vivir dignamente con justicia social.
Tras meses de conflicto, la CGT bancó al Gobierno ante las medidas desestabilizadoras de la oligarquía. Movilizaciones multitudinarias de ambos lados, hasta que el voto no positivo de Cleto Cobos, vicepresidente de Cristina, terminó zanjando el conflicto para el lado de las patronales rurales.
Pero con esa derrota táctica comenzó un proceso interesante de toma de conciencia del Gobierno y de amplios sectores del pueblo, visualizando cuál es el enemigo histórico a vencer (si realmente se quiere una patria para todos con soberanía nacional y justicia social). Comenzó a forjarse una identidad política en la juventud y en los trabajadores/as, de este nuevo tiempo histórico.
Néstor y Cristina, acertadamente, decidieron salir para adelante. Tomando medidas a favor de las grandes mayorías. Como siempre se dice, la mejor defensa es un buen ataque.
No solo protegieron los puestos de trabajo, sobre todo industriales, por la crisis mundial con el programa REPRO (se ayudaba a las empresas a pagar una parte de los salarios con la condición de que no haya despidos), sino que definieron la estatización de las AFJP terminando con un negocio millonario que hacían los bancos con el dinero de los trabajadores/as. Esto le dio relevancia a la Anses, que desarrolló políticas como la AUH, Argentina Trabaja, Conectar Igualdad, la moratoria jubilatoria para millones de personas que nunca habían aportado (por haber trabajado en negro o ser amas de casa, lo que permitió que millones de compatriotas tengan una jubilación). Es decir, se profundizó con medidas redistributivas, garantizando derechos.
En 2009 se realizaron elecciones de medio término, y aquí nuevamente se dejó ver el carácter y la actitud militante de Néstor Kirchner. Se puso al frente de la lista de diputados por la Provincia de Buenos Aires y realizó una campaña frenética. Del otro lado estaba el candidato del poder real Francisco de Narváez, haciendo campaña con el “Alika alikate” desde el programa de Marcelo Tinelli.
Esa elección se pierde. Recomiendo el discurso que da Néstor al domingo siguiente en el Parque Lezama, donde dijo que “Una elección es una elección…les puedo asegurar que no tengo ningún dejo de tristeza, por el contrario, tengo la alegría interior de sentirme con más fuerza que nunca para dar la batalla que haya que dar, desde los lugares que haya que dar, sin especular, acá estamos peleando por un país distinto…”. Este era también Néstor.
El 2010 fue el año del Bicentenario de la Revolución de Mayo, y se conmemoró con una fiesta popular increíble, con el pueblo ganando las calles, haciendo cultura, con los presidentes de la patria grande caminando entre todos nosotros, Lula, Evo, Correa, Chávez, Lugo, Pepe Múgica. Maravilloso. Ese año también se sanciona la ley de matrimonio igualitario y se hace el informe de Papel Prensa.
En septiembre se realiza el acto en el Luna Park de Néstor y Cristina con la Juventud, donde por primera vez la juventud sindical ocupa toda una popular, compartiendo el evento con el resto de las organizaciones juveniles, muchas de ellas en formación y en pleno crecimiento. Ese día Néstor tenía que hablar, pero ya por una cuestión de salud, nos dirigió la palabra Cristina.
El 15 de octubre de ese mismo año en el estadio de River Plate, se realizó una concentración multitudinaria de la CGT, donde los dos oradores principales fueron Hugo Moyano y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, donde hubo divergencias semánticas entre ambos compañeros, pero que marcaban algunas diferencias ideológicas profundas, que en poco tiempo después llevarían a la tragedia política de la ruptura del frente nacional (por las consecuencias nefastas que trajo al pueblo todo).
Esto tiene su historia, resumiendo…
Desde 2009 se había creado la Corriente Nacional del Sindicalismo Peronista (CNSP), y la Juventud Sindical se proponía retomar los programas históricos del movimiento obrero con la idea de que los trabajadores/as debíamos dejar de ser un factor de presión para pasar a ser un factor de poder. Es decir, intervenir en la política, tratando de hegemonizar el movimiento nacional con la idea de la profundización del proyecto con la fuerza de la clase obrera organizada. En realidad, nada nuevo en la historia del peronismo.
Esta experiencia fue muy rica para miles de trabajadores/as, sobre todo jóvenes delegados y activistas de los más diversos gremios, la cual nos llevó a discutir qué proyecto de país necesitábamos como clase. También, a realizar cursos de formación política y a coordinar acciones con las agrupaciones políticas del movimiento. No por casualidad en ese año se llegó a presentar un proyecto de ley, del compañero Dr. Héctor Recalde, de participación en las ganancias de las empresas por parte de los trabajadores, reglamentando un inciso del artículo 14 bis de la Constitución Nacional. Allí se establecía que no solo se debía participar de un porcentaje de las ganancias, sino que se debían abrir los libros contables de las empresas a las comisiones internas. Este último punto sin dudas fue al que los empresarios se negaban rotundamente.
El punto más alto de esta experiencia fue el encuentro de la Juventud sindical en Chapadmalal en abril de 2011.
El 20 de octubre muere asesinado Mariano Ferreyra, joven militante del PO, que se estaba manifestando junto a un grupo de trabajadores tercerizados del ferrocarril Roca por el pase a planta permanente, cuando una patota de barras y de la burocracia de la Unión Ferroviaria disparó a mansalva contra los manifestantes hiriendo de muerte a Mariano. Este hecho indignó a Néstor Kirchner e hizo que se pusiera toda la voluntad política para lograr justicia, tanto de los autores materiales como intelectuales del hecho. José Pedraza, histórico dirigente y secretario general de la Unión Ferroviaria, terminó preso como responsable último.
Lo de Mariano Ferreyra mostró uno de los puntos débiles y pendientes del proyecto nacional en materia laboral, que aun hoy sigue sin resolverse, que son las tercerizaciones y el trabajo en negro en la Argentina, algo que padecen miles de trabajadores/as.
Ese día estuvimos con varios delegados metalúrgicos de varios establecimientos de la UOM seccional Morón en la fila para pasar a despedirnos de Néstor Kirchner, ese aciago 27 de octubre de 2010. Fueron más de 14 horas de cola, recuerdo. Impresionante. La gratitud del pueblo con quien sabe ser fiel y defender los intereses de las mayorías. No voy a olvidar más ese día.
Recuerdo que dije unas palabras frente al féretro y Alicia Kirchner se acercó a darme un abrazo. Salimos de madrugada de la galería de los Patriotas Latinoamericanos donde velaban a Néstor y fuimos caminando a la estación de Once, para tomar el ferrocarril Sarmiento para que nos devuelva al oeste.
A Néstor y a Cristina, gratitud eterna, por el coraje, por haber recuperado la patria y por ponernos de pie como pueblo. Nunca habíamos pensado que un Gobierno nos podía representar, estábamos acostumbrados a tirar piedras contra el neoliberalismo. El peronismo gobernando para nosotros había sido Menem, tan lejano de Perón y Evita.
El balance de la década ganada nunca puede ser neutral, el peronismo no es solo una política o un análisis de coyuntura, sino que es identidad y sentimientos, es vida, lucha. Rescato a estos diez años del paso a la inmortalidad de Néstor Kirchner, su valentía, su audacia. Siempre para trascender se necesita aunque sea un poco de audacia, de correr el límite de lo posible, como remarco más arriba en este artículo.
Como trabajadores/as también sacamos nuestras lecciones del kirchnerismo, que nos marcó a fuego. No hay proyecto gremial sin proyecto de país. No se puede profundizar el proyecto nacional en el camino de la independencia económica, la soberanía política, la justicia social y la unidad latinoamericana, sin protagonismo político de los trabajadores/as organizados, aunque nuestros dirigentes estén hoy en el corporativismo mas pacato.
¿Qué sería volver mejores hoy para Néstor Kirchner? Es una respuesta ahistórica, porque Néstor no puede responderla, pero siguiendo su práctica militante, creo que diría: “Muchachos denle pa delante, no se conformen con lo establecido, no se trata de administrar la dependencia, enfrenten lo que tengan que enfrentar, a los sectores de la anti-patria, a los mezquinos de siempre; pues no se olviden que a la historia pasan los que más se la juegan, no los que especulan”.
* Delegado establecimiento “Envases del Plata”, Agupación Metalúrgica “José Ignacio Rucci”, UOM Seccional Morón
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