El escritor, pensador del campo nacional y latinoamericano que plasmó en numerosos libros y un amplio recorrido académico, Miguel Ángel Barrios, fue entrevistado de los Especiales de Radio Gráfica en una charla que tuvo como disparador la publicación de su reciente libro Por qué Patria Grande, teoría y praxis de una política latinoamericana en tiempos de pandemia editado por Biblos. El libro cuenta con el prólogo de Samuel Pinheiro Guimaraes.
En el diálogo con Gabriel Fernández repasó los principales lineamientos de su libro con un análisis del tablero geopolítico global; la multipolaridad; los desafíos de Argentina y Latinoamérica en ese contexto. Perón y su herencia política; la necesidad de unidad continental; la crucial elección en Brasil, Rusia y el conflicto en Ucrania, el ascenso Chino y el declive de Estados Unidos.
Gabriel Fernández: En este libro te acercás al decurso latinoamericano, pero también al presente global. ¿Por qué Patria Grande?
Miguel Angel Barrios: Estamos en la etapa de los bicentenarios, pero en realidad en Latinoamérica nunca fuimos independientes integralmente. Ahora hay que ir por la segunda independencia. Tuvimos la independencia política, pero después caímos en la órbita económica, tecnológica y cultural primero anglofrancesa y luego de Estados Unidos. En este nuevo orden que aceleró la pandemia de multipolaridad, América Latina va a tener soberanía, entendiendo la soberanía como la capacidad de autonomía posible en una globalización interdependiente y asimétrica, si se logra el Estado región o lo que Manuel Ugarte llamó la Patria Grande, Perón el continentalismo, Bolivar la Nación de Repúblicas y San Martín nuestra Patria América.
G.F.: 200 años donde con la independencia se produjo la balcanización.
M.A.B.: Totalmente. Acá se produjo la balcanización del polo hispánico, con una unidad que se mantiene en el polo lusitano, que es Brasil. La gran tragedia es que Brasil es un polo unificado lusitano semicontinental y después tenemos una América hispánica dividida en nueve repúblicas. En un momento histórico estuvimos unidos, fue entre 1580 y 1640, por lo cual hay que hablar de la reintegración de América Latina. Estuvimos unidos, no es un sueño utópico. A partir de la división en 1640 se funda la primera base de penetración para la división que es Colonia de Sacramento en Uruguay.
G.F.: Ahí es donde uno ve episodios muy violentos que se trata de explicar en forma aislada. La guerra de la Triple Alianza, el golpe de 1955. El hostigamiento surge cada vez que América Latina intenta unir sus fuerzas.
M.A.B: Lo plantea muy bien eso el gran filósofo y político mexicano (José) Vasconcelos en su libro Bolivarianismo y Monroismo. Hay avances notables en la integración, retrocesos y avances en la desintegración, pero nunca Bolivar y San Martín murieron, cuando parecían que morían siempre renacen como el ave fénix.
G.F.: No conquistan, liberan. Hay una diferencia entre la América anglosajona y la América mestiza. No es lo mismo defender tus derechos que hostigar a los ajenos. Estados Unidos no considera su seguridad nacional sin la agresión a otros.
M.A.B.: El origen de Estados Unidos son los puritanos transplantados a la América del Norte con una concepción no política, sino teológica de ser el pueblo predestinado por la humanidad, con una concepción del bien contra el mal. Eso ha regido la historia de Estados Unidos. Con respecto al resto de América marcan una declaración unilateral de Monroe, no es una doctrina, en 1823 como respuesta a los planteos unionistas de Bolivar. Esa mal llamada doctrina Monroe que no es una doctrina, es una declaración unilateral de Estados Unidos en 1823 como respuesta a los planteo unionistas de Bolivar. Ahí dice que iban a defender a sus hermanos menores. Curiosamente el primer ataque expansionista fue en 1831 bombardeando a las Islas Malvinas en un episodio que fue previo a la invasión inglesa de 1833. Estados Unidos es un nacionalismo expansionista, el de la Patria Grande es de liberación continental para ser independiente.
“Ahora hay que ir por la segunda independencia. Tuvimos la independencia política, pero después caímos en la órbita económica, tecnológica y cultural primero anglofrancesa y luego de Estados Unidos. América Latina va a tener soberanía si logra consolidar la Patria Grande”.
G.F.: El bloque anglosajón se plantea a sí mismo como el bien, la democracia y la paz, pero infringe esos valores para aplicarlos. No es democrático, no es pacífico y no tiene afán de compartir los beneficios con la humanidad. Es el bien, pero es el mal transmutado para hacer el bien.
M.A.B.: Lo que une a la Nación es la cultura, la dimensión más profunda de la soberanía es la cultura y entendiendo a la cultura como el conjunto de valores materiales y espirituales de un pueblo y la dimensión más profunda de la soberanía es la cultura. Estados Unidos es un nacionalismo expansionista, imperialista.
G.F.: ¿Será posible reintegrar a Brasil con la América hispana?
M.A.B Cuando hablamos de Brasil tenemos que hablar desde su carácter de semicontinentalidad donde hay tres Brasil. Uno del sur, de Río Grande, Paraná y Santa Catarina; del centro San Pablo, Río de Janeiro y Belo Horizonte, el cordón industrial; y luego el Brasil vinculado al mundo andino y caribeño que es el nordeste, el más pobre. En mi opinión, uno de los déficits que tuvo América Latina en la etapa pos Consenso de Washington es no poder generar la integración por objetivos. Que nos planteamos en términos educativos, de defensa, energía. En ese plano tenemos muchas coincidencias y vemos que Brasil no puede solo. Hemos visto como a Dilma Rousseff y a Lula les han hecho un golpe de Estado un sector militar y la Iglesia Evangelista. Aunque sea un país más fuerte ha quedado demostrado que solo no puede.
G.F.: Si tuvieras que definir la multipolaridad, ¿qué es? Siempre hablando de realidades en proceso, no cristalizadas.
M.A.B.: La guerra de Ucrania obliga a todos los ciudadanos y dirigencia política a entender lo que decía Perón, que la verdadera política es la internacional. Hay un gran desconocimiento de la política internacional que no tiene que ser un ámbito de técnicos o burócratas de la Cancillería. La palabra orden en política internacional significa una estabilidad en un espacio geográfico global en función de poderes, de actores estatales o privados. Se genera una estabilidad a partir de un orden de poderes siempre teniendo como orden una estabilidad entre comillas. Un equilibrio relativo.
Hay tres tipo de orden, el primero es el imperial y unipolar que nunca se dio en la historia a nivel global, siempre hubo imperios regionales. El que más llegó en la globalización a una situación así fue el proyecto de los neoconservadores y halcones de Estados Unidos con George Bush hijo. El segundo orden de una comunidad internacional que nunca se dio en la historia, es una aspiración, de una unidad con intereses. No hay un gobierno mundial.
Luego está la multipolaridad de la cual hay dos tipos, el equilibrio de dos poderes de dos variantes como la bipolaridad que ya existió con Estados Unidos y la URSS. También está el equilibro de variante multipolar que se dio en la historia en el siglo XIX con la Santa Alianza con las monarquías europeas. Pero fue solo en Europa, mientras se repartían el mundo.
Hoy tenemos una desoccidentalización de la política mundial, cuando se planteaba que venía el fin de la historia con el Nuevo Orden Mundial; en realidad nunca hubo fin de la historia porque la historia nunca se fue. La pandemia aceleró los procesos, los conflictos preexistentes porque no solo fue una crisis sanitaria, sino socioambiental, socioeconómica y de mutación del poder mundial. La Organización de la Cooperación de Shangai -Rusia, Irán y China-, tiene mayor fortaleza que la OTAN. Hay una mayor fortaleza cultural porque al desaparecer el conflicto ideológico lo que aparece es un conflicto de soberanía cultural. China hoy más que una economía socialista de mercado es una cultura confuciana.
En el caso de Putin, ya se vio claro 2007 en la Conferencia Internacional de Munich donde habló por primera vez del euroasianismo porque la geopolítica rusa, principalmente con Alejandro y Catalina, fue la alianza con Europa, el eje Moscú – Alemania. En ese cuadro teniendo como elemento aglutinante a la Iglesia Ortodoxa. Eso significa la reconstrucción de un gran actor global que no viene del comunismo, viene de los Romanov. Si eso no se entiende, no se entiende nada.
G.F.: La hegemonía del Consenso de Washington alertó a las potencias emergentes de ponerle freno a ese proceso.
M.A.B.: La ampliación de la OTAN, el Consenso de Washington, el espionaje global, eso se notó con Bush (H). En el momento en que pasó lo de las Torres Gemelas, al mes se fundó la Organización de Cooperación de Shangai. Se da un fenómeno que desde la Argentina no se ve muy bien, Putin aplica una guerra híbrida. La estrategia de Rusia en la defensa de su círculo de seguridad con operaciones convencionales, operaciones convencionales encubierta, utilización de las milicias prorusas y la guerra cibernética. Estados Unidos está aplicando una guerra simétrica, se sienten débiles, no quieren enfrentarse abiertamente para no tener muertos y están armando hasta los dientes a un humorista (Zelenski). Quieren armar una guerra de resistencia nacional con mercenarios. El que siempre nos ilumina y advierte que es Francisco que habló de una Tercera Guerra Mundial con una guerra en continuo. Estos terroristas pueden tirar cualquier cosa sobre una central nuclear y pueden acusar a Putin de criminal de guerra.
G.F.: En el actual contexto mundial, la CELAC necesita reconfigurarse, relanzarse y operar en el ámbito internacional. Esta especie de conjunción que parece observarse entre Argentina y México tiene su importancia.
M.A.B.: Es muy importante México porque es nuestra frontera cultural con el Imperio. Hay una enseñanza de Methol Ferré en una interpretación que él hacía de Perón. El siempre decía que Perón cuando hablaba políticamente hacia el pueblo y de la política internacional hablaba de América Latina. El ejemplo está en el libro América Latina, ahora o nunca. Pero cuando hablaba de geopolítica y estrategia de construcción de una política de Estado siempre hablaba de América del Sur sin que eso no implique dejar América Latina. Methol dice que no puede haber Estados Unidos de América Latina si primero no se materializan los Estados Unidos de América del Sur porque tienen que unirse el polo lusitano y español. Perón marca un antes y un después como Ugarte y Alejandro Bunge. Perón planteó que el núcleo básico de asociación es con Brasil y desde ahí ir para el Pacífico. Tengo la confianza depositada en un triunfo de Lula y uno de Petro en Colombia. También quiero decir que Bolsonaro está levantando y no va a ser fácil. Lula va a tener que trabajar en grande con un PT generoso. El sectarismo del PT a veces lo achica.
G.F.: Hablando de la política internacional, Bolsonaro supo dónde ubicarse. Supo acomodarse después de los cambios en el hemisferio norte.
M.A.B: Supo acomodarse. Brasil más que una presidencia es una Cancillería con Itamaraty. Hay una línea de pensamiento y un sector del Ejército que con sus propias características e historia responde a un nacionalismo que está vinculado a Bolsonaro. Mientras Bolsonaro entablaba las relaciones con Estados Unidos su vicepresidente lo hacía con China. Es la ubicación de Brasil en esa línea de la multipolaridad.
G.F.: Hay una necesidad de establecer un corpus conceptual de política exterior argentina. La Cancillería no consulta a muchos expertos para hacer algo más extenso, duradero y profundo. Esto no quiere decir que Argentina tenga hoy una mala política exterior, relacionado con su interés, pero carece de una conceptualización que la extienda en el tiempo.
M.A.B.: Perón no logró entrar a la academia, eso también significa responsabilidades nuestras. Tampoco ha entrado a la Cancillería. No se estudia Malvinas ni la proyección antártica. Perón fundó en 1949 la primera academia diplomática que se llamó Escuela de Política Internacional y hay egresados. En 1947 se produce la primera ley de Servicio Exterior con una característica extraordinaria porque había un embajador y tres agregados. El militar, el obrero y el científico tecnológico.
G.F.: Qué se puede esperar de este futuro, con una nación tan potente como China, con los Estados Unidos con debilidades estructurales importantes, con una Rusia que observa al mundo diciendo no nos vamos a dejar avasallar. ¿Qué puede suceder en el próximo decenio?
M.A.B.: Si nosotros en los próximos 20 años no logramos reconstruir el Mercosur o la UNASUR en función de objetivos, habremos perdido el siglo XXI y XXII. La clave la da el Papa Franciso en la Fratelli Tutti cuando dice que no puede haber comunidad política si no hay un amor social. En Argentina se van generando los centros hegemónicos de los grandes conglomerados mediáticos, de desinformación. Uno lee Clarín y La Nación y pareciera que en Argentina va a haber una guerra o un golpe de Estado. Debemos recuperar el sentido de polis, pero es muy difícil si no va fortalecido por el sistema educativo, por la familia en un momento de gran vulnerabilidad social por la crisis económica.
Simultáneamente la crisis de Estados Unidos favorece la multipolaridad pero lamentablemente ha decidido avanzar en la militarización. No lo van a hacer con ejércitos en un sentido clásico o golpes de Estado pero sí a través del crimen organizado. Hay una noticia que no se conoció mucho sobre Uruguay que es la negación de Artigas, su derrota. Hace una semana se aprobó una ley en el Congreso para que los marines se instalen un año a entrenar militares y policías de Uruguay para la lucha contra el terrorismo.
G.F.: Qué problema lo aleatorio que representa el sistema político de América Latina donde estas fuerzas pueden ganar elecciones. China y Rusia se han fortalecido porque no han tenido interregnos con liberales a la cabeza que hunden la nación. Lograron una recomposición de las fuerzas propias. Acá, una fuerza que aborrece a la Nación logra ganar una elección.
M.A.B: Argentina fue el primer país donde con el triunfo de Macri fue un laboratorio democrático del Imperio. Macri es un fenómeno curioso, las fuerzas conservadoras llegan por primera vez al poder por la vía democrática. Han ganado las elecciones en sectores sociales que estuvieron identificados con el movimiento nacional. Esto nos obliga a repensar estrategia, a estudiar a los adversarios, esta nueva metamorfosis, en algo que estamos atrasados en la utilización de las redes sociales. Acá han traído especialistas del exterior como Durán Barba.
G.F. ¿Qué es lo último que te gustaría decir?
M.A.B.: Como decía Jauretche debemos hacer las cosas con alegría y esperanza. Sin esperanza los pueblos nunca ganan. Hay una vulgarización cuando se piensa que los pueblos que ganan son los que tienen hambre. Los pueblos que ganan son los que tienen crecimiento económico y social, que generan nuevos liderazgos. Veo ausencia de patriotismo que no es una crisis política, es una crisis moral la que estamos viviendo. Si no hay una reconstrucción moral donde exijamos, pero también demos el ejemplo, la Argentina corre el riesgo de evaporarse. Hay una batalla decisiva que es por la independencia definitiva o la nada. Eso se logra con planificación, estrategia, organización. Hay una alta politización y una baja cultura política y esto nos obliga volver a Perón, pero no para evocar nostálgicamente, sino para repensarlo para el porvenir.
Desgrabación Leonardo Martín
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