El mundo del trabajo y sus debates. Un rasgo de los tiempos que corren en materia laboral es la creciente precarización del empleo analizado en términos temporales amplios, con un masa de trabajadores que desarrollan sus tareas en la denominada economía popular por fuera del sistema formal de empleo y sin los derechos de aquellos que están registrados.
Días atrás se conoció un informe del CITRA (Conicet + UMET) en el cual analizan la evolución del empleo en ese sector por el cual concluyeron que hubo una disminución de los trabajadores englobados en la economía popular tomando como parámetros el segundo semestre de 2020 y el primero de 2021 en torno a los 600 mil trabajadores. ¿Qué tipos de empleos se han generado? ¿Cuál es la política de abordaje a esa situación? ¿Cuál es el peso real de los planes en el campo laboral?
Ana Natalucci, investigadora del CITRA, en diálogo con Radio Gráfica repasó los principales aspectos del informe. “Hay dos datos significativos. A finales de 2020 había, según nuestra medición, 4,8 millones de personas que trabajaban en el campo de la economía popular. En el primer semestre de 2021 hay un descenso a 4,2 millones de personas”, comenzó.
“Partiendo de que sigue siendo un número muy alto, el descenso se debe a básicamente a dos razones, una es el crecimiento del empleo doméstico. El primer año de la pandemia con la imposibilidad de movilizarse fue un sector muy perjudicado, además del alto porcentaje de ilegalidad que hay en la actividad. La otra explicación es que en ese período también bajó la desocupación”, completó.
En cuanto a las características del empleo generado Natalucci advirtió: “ Es en base a monotributistas y trabajo precario, pero en principio son trabajadores que dejan de hacerlo en la economía popular y empiezan a hacerlo en una relación más de dependencia si se quiere. Hay una baja, pero eso que bajó tampoco se convirtió en empleo de calidad en un sector que es muy volátil”.
“Son sectores que volvieron a tener empleo precario. Incluso durante el gobierno de Alberto Fernández hubo muchas pymes que despidieron personal pese a la prohibición de despidos durante la pandemia, muchos vuelven a sus trabajos no como asalariados bajo relación de dependencia, sino bajo la forma de cooperativa o trabajadores tercerizados”, alertó Natalucci.
“El empleo privado de calidad no es lo que está creciendo. Hay toda una discusión porque vos podés priorizar tener empleo porque eso genera las condiciones para trabajadores y trabajadoras que empiezan a tener un ingreso períodico, pero al mismo si dejás de lado la discusión de la calidad del empleo nunca generás procesos más grandes de redistribución económica”, concluyó.
LA FALSA IDEA DEL PLANERO
Un debate que atraviesa la política argentina tanto a nivel dirigencial como en el llano de las discusiones cotidianas es la idea de un país donde crecen los planes con un Estado subsidiando a un número cada vez más importante de la población de bajos recursos. Natalucci criticó la idea del “planero” como lo común dentro de la economía popular.
“A mediados de 2021 tenías 4,2 millones de trabajadores que estaban en la economía popular y existían un millón de planes de empleo. Hay 3,2 millones de personas que no tenían ningún tipo de asistencia por parte del Estado. No es un dato menor porque si no parece que todo el sector estuviera subsidiado por parte del Estado. La situación es bastante grave cuando uno mira los ingresos porque son sectores que no llegan al salario mínimo mayoritariamente”, indicó.
“De ese millón de planes, las organizaciones median en 600 mil por lo cual también se termina deslegitimando la idea de que hay planeros porque las organizaciones les conviene. Cuando uno mira los datos duros de la economía con los sectores populares no hay comprobación empírica, los datos dicen otra cosa”, continuó.
“Después hay otra discusión que es qué tipo de planes, cuánto es el aporte y con qué tipo de proyecto productivo está asociado. No es lo mismo si le das plata a alguien que si le das un proyecto productivo que eso sí genera otro tipo de círculo virtuoso en la economía popular”, añadió.
DEL PLAN EMPALME AL PUENTE AL EMPLEO. DIFERENTES NOMBRES, MISMA LÓGICA. FUTURO DEL TRABAJO.
“Para mí hay dirigentes políticos que no terminan de comprender la transformación del mundo del trabajo donde parece que todo se arreglara con generar empleo, como si se generara por sí mismo y como si el capitalismo no tuviera ciertas condiciones actuales para la generación de empleo”, planteó Natalucci.
“Sergio Massa, a finales de noviembre de 2021, presentó el proyecto de empleo al que denomina Puente que es muy parecido al Plan Empalme impulsado por el macrismo. Hay una coincidencia de las elites partidarias y políticas que se va a resolver todo con pleno empleo con un capitalismo que hoy no crea pleno empleo y que no lo va a hacer en el mediano plazo”.
“El desafío es cómo garantizar la ampliación de sistemas de protección social que sean sostenibles en el tiempo y lo sean financieramente para el Estado en un país complejo como Argentina y al mismo tiempo garantizar la ampliación de derechos para todos esos trabajadores y trabajadoras que no tienen obra social, jubilación, ART que sí tienen los asalariados registrados”, planteó.
“Creo que es necesario comenzar a desacoplar e imaginar nuevas opciones de integración social que no sea el trabajo asalariado. Tampoco hay que caer en un cosa celebratoria de la economía popular porque hay muchos empresarios que utilizan esta forma cooperativa para precarizar empleo y en eso es clave el rol de registro y árbitro del Estado que no se puede desentender de cómo se regula el campo de la economía popular justamente para impedir que los empresarios precarizen a los asalariados”, concluyó.
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