Durante el último tramo de su gestión, el entonces presidente Mauricio Macri impulsó el golpe de Estado registrado en noviembre de 2019 contra el gobierno constitucional boliviano. La gravísima imputación fue confirmada al conocerse una carta enviada por quien orientaba a la Fuerza Aérea del altiplano, Jorge Gonzalo Terceros Lara, en agradecimiento a la acción ilegal de la administración Cambiemos.
Del golpe participaron miembros de las Fuerzas Armadas y de seguridad de Bolivia, varios gobiernos del continente, vertientes políticas liberal conservadoras de la medialuna oligárquica, empresas vinculadas a la extracción de litio … y el Gobierno argentino.
El hecho quedó registrado por la carta enviada por el entonces comandante general de la Fuerza Aérea boliviana, Jorge Gonzalo Terceros Lara, donde le agradece al embajador argentino de entonces “la colaboración prestada” en el marco del respaldo internacional “debido a la situación conflictiva que vive Bolivia”.
La misiva, cuyo original consta en los archivos de la embajada en La Paz, agradece el “material bélico de agentes químico” que el gobierno de Macri les entregó. En el Gobierno argentino califican esto como “gravísimo” e incluso advierten que puede tener consecuencias judiciales para Macri.
“Dolor y vergüenza”, afirmó sentir el presidente Alberto Fernández en una carta que hace pocas horas remitió a su par boliviano Luis Arce, luego de haber tomado conocimiento de la nota que se encuentra en la embajada argentina en Bolivia y que fuera enviada por el golpista Terceros Lara el 13 de noviembre de 2019, apenas tres días después de consumado el golpe contra Evo Morales.
En la Casa Rosada sostienen que la nota de Terceros Lara implica a Macri como un “partícipe necesario de la sedición en Bolivia”. La situación se ha tornado lo suficientemente grave como para que algún espacio judicial emita una orden de detención contra el actual jefe de Juntos por el Cambio.
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